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jueves, 4 de julio de 2013

La estrategia terrorista de la purga contra intelectuales


"Ese camino del odio al maketismo es mucho más directo y seguro que el que llevan los que se dicen amantes de los Fueros, pero no sienten rencor hacia el invasor" Sabino Arana. Bizkaitarra, nº 4


Tras cuarenta años de asesinatos indiscriminados, extorsiones, torturas y amenazas tanto por la banda terrorista ETA como por sus diversas entidades políticas llega el momento de analizar las estrategias utilizada por el nacionalismo de gatillo y sus socios de la alta burguesía con pedigrí sabiniano.

Más tarde o más temprano, con cura irlandés o sin él, los liberales caerán en la trampa de permitir una consulta sobre el derecho de Autodeterminación del pueblo vasco. Al igual que Mohamed VI en el conflicto con el Sáhara y el Frente Polisario, será determinante todos los votos para una consulta distorsionada tras décadas de limpieza étnica.

Este era el principal papel que se tenía reservado al terror etarra en una primera fase del conflicto. Superada la primera fase, y cuando las pistolas den paso a las urnas, a la diáspora se le impedirá participar en un debate que como vascos se les niega su derecho. 

Por ello, es importante situar las consecuencias a largo plazo de cuarenta años de violaciones sistemáticas de los Derechos Humanos en el País Vasco y del racismo antiespañol que desde Arzalluz a Otegui se ha configurado como una forma de relación en la sociedad vasca. 

El concepto limpieza étnica se refiere a varios modos de eliminar de un territorio a seres humanos de otro grupo étnico. Se encuentra en un extremo del espectro en el que es virtualmente indistinguible de la emigración forzada, mientras que en el otro extremo se encontrarían la deportación y el genocidio.

En general, se entiende como "limpieza étnica" la expulsión de un territorio de una población "indeseable", basada en discriminación religiosa, política o étnica; o a partir de consideraciones de orden ideológico o estratégico; o bien por una combinación de estos elementos.

Algunos comentaristas políticos evitan utilizar la expresión, que consideran un eufemismo que pretende aplicar una palabra con connotaciones positivas (limpieza) a unos actos moralmente condenables (movimientos forzados de población conseguidos mediante el uso de la violencia).

200.000 vascos han abandonado Euskadi desde 1985

Profesores e intelectuales:

Aurelio Arteta. Profesor de Filosofía en el campus de San Sebastián, fue objeto de todo tipo de amenazas. Marchó a Estados Unidos. 

Begoña García Merino. Profesora de Lengua Española en el Instituto San Adrián, de Bilbao, dejó el País Vasco ante las dificultades impuestas por la euskaldunización forzada, cuando el centro para el que trabajaba fue convertido, de la noche a la mañana, en «modelo D» (enseñanza íntegra en vasco). Con Begoña abandonaron el País Vasco otros 200 profesores ese mismo año.

Conchita Bujedo. Profesora de Lengua y Literatura Española. Enseñaba en el Instituto Miguel de Unamuno de Bilbao.

Francisco Llera: Catedrático de Ciencias Políticas de la Universidad del País Vasco

Imanol Larzábal. Cantautor euskaldún. En octubre de 2000 anunció su marcha del País Vasco por considerar «irrespirable» el ambiente. Había sido hostigado desde que, en 1986, participara en un concierto de homenaje a Dolores González Katarain, Yoyes.

Jon Juaristi. Escritor y profesor universitario, autor de «El Bucle Melancólico». Miembro del Foro de Ermua. Director de la Biblioteca Nacional, cargo que le permitió dejar el País Vasco.

José Antonio Binaburo. Profesor de Filosofía en el Instituto de Basauri, colaborador de la Universidad de Deusto y de El Correo Español, coautor de los planes vascos de estudio de Filosofía. Sufrió múltiples agresiones por portar el lazo azul, manifestarse o publicar contra la violencia.

Mikel Azurmendi. Profesor de la Universidad del País Vasco. Euskaldún, ha publicado varios libros en euskara. Procedente de una familia rural, fue uno de los jóvenes de los años 60 que entraron en ETA. Pronto fue uno de los teóricos del grupo que evolucionó hacia el marxismo, rechazó expresamente el terrorismo y rompió con la banda.

Raúl Guerra Garrido. Escritor. Autor de «La Carta». La farmacia que regenta su mujer ha sido incendiada tres veces. Ahora será reconstruida con la indemnización del seguro y vendida.

Teresa Carcedo. Profesora de Historia en el Instituto Miguel de Unamuno de Bilbao.

Txema Portillo. Profesor de Historia Contemporánea de la Universidad del País Vasco.

Periodistas:

Aurora Intxausti. Corresponsal de El País en San Sebastián, padeció un gravísimo intento de atentado por parte de ETA en noviembre de este año. El artefacto pudo acabar con su vida, la de su compañero y su hijo de dos años. 

Carmen Gurrutxaga. Periodista. Una de las mejores y más audaces investigadoras de la actividad terrorista, fue «premiada» por ETA con una bomba instalada en el edificio en el que vivía con sus dos hijos, en diciembre de 1997. Ello le obligó a dejar San Sebastián, donde nació. 

Germán Yanke. Subdirector de EL MUNDO en el País Vasco dejó su tierra «por saturación», cansado de las amenazas y del clima imperante. Actualmente dirige «Época».

José María Calleja. Periodista. Siendo presentador de informativos en Euskal Telebista recibió multitud de amenazas por su oposición a ETA. Sus jefes le recriminaron su postura y él aceptó una oferta de trabajo de CNN Plus en Madrid.

Juan Palomo. Corresponsal de Antena 3 en el País Vasco se encuentra en paradero desconocido desde que un artefacto de ETA estuviese a punto de acabar con su vida y la de su familia.

Políticos:

Alfredo González. Concejal de Unidad Alavesa del Ayuntamiento de Vitoria.

Álvaro Esparza. Concejal del Partido Socialista de Euskadi. Dimitió en mayo de 2000 por «la falta de democracia y libertad para desarrollar mi trabajo».

Ana Crespo. Concejala de Ermua. Muy amiga de Miguel Ángel Blanco y de su familia, encabezó las movilizaciones tras su muerte. Dejó el País Vasco en septiembre de este año.

Andrés Bernabé. Secretario provincial del PP de Guipúzcoa, se ha trasladado por dos años a Inglaterra, para hacer un trabajo sobre polímeros. No es ajena a su decisión la presión de ETA.

Carmen Nagel. Concejal en San Sebastián. El comando Donosti intentó asesinarla.

Concepción Gironza. «Cocó», concejala de Rentería, dimitió el 15 de abril de 1998 y dejó el País Vasco en mayo de ese año. Sus dos compañeros en el Ayuntamiento, José Luis Caso y Manuel Zamarreño, fueron asesinados.

Eugenio Damboriena. Miembro del Comité Ejecutivo del Partido Popular, parlamentario vasco y concejal de San Sebastián.

Elena Azpiroz. Concejal del PP por San Sebastián dejó el País Vasco en 1999, tras un intento de atentado en el que su escolta perdió un ojo.

Francisco Probanza. Vicesecretario general de Unidad Alavesa y ex concejal del Ayuntamiento de Vitoria.

Iñaki Gurtubay. Médico de 45 años, casado y con dos hijos, dimitió de su cargo como concejal de Basauri por el PSE-PSOE en marzo pasado, ante la «amenaza global a los demócratas».

Israel Núñez. Concejal de Zaya.

Jesús Toña. Alcalde de Guernica, dejó el País Vasco tras ser acosado y se estableció con su familia en Alicante.

José Manuel Rosso. Concejal del PSE.

Mª Ángeles Ochoa. Ama de casa, concejala de Arria-Maeztu dimitió en abril de 1998, poco después del atentado sufrido por Fernando Visa Landa, concejal del PP de Santa Cruz de Campezo.

Pablo Mosquera. Secretario General de Unidad Alavesa.

Jueces y funcionarios de la Justicia:

Begoña Hernani. Magistrada de la Sala de lo Social de Bilbao. 

Carlos Rozas. Magistrado de lo Contencioso de Bilbao.

Enrique García. Magistrado de la Audiencia Provincial de Vizcaya.

José María Arza. Juez de lo Penal de Bilbao.

José Luis Barragán. Presidente de la Audiencia Provincial de San Sebastián. «Lo volvieron loco, literalmente», confiesa alguno de sus amigos, «estaba aburrido a fuerza de amenazas».

Fernando Breñosa. Juez de lo Social en Bilbao.

Fernando Ruiz Piñeiro. Magistrado de la Sala de lo Contencioso, Bilbao.

Joaquín Jiménez. Presidente de la Audiencia de Vizcaya. Fue amenazado con un secuestro y decidió dejar el País Vasco.

Mercedes Oliver. Magistrada de la Audiencia de Vizcaya.

Miguel Escamilla. Magistrado de la Audiencia de Vizcaya.

Empresarios:

Arruabarrena. El fabricante de las conocidas palmeritas y galletas cerró su fábrica de Lazkano y puso el negocio en Pinar de Ebro (Zaragoza). 

Lizariturry. Las familias Lizariturry y Rezola se hicieron famosas por la extraordinaria comercialización del Jabón Lagarto. En los años 80, lastrados por la competencia con los detergentes, el impuesto revolucionario y los alborotos callejeros cerraron la centenaria fábrica de San Sebastián y continuaron la producción en Malpica (Zaragoza). Un éxodo semejante experimentaron, tras numerosas extorsiones y amenazas, los dueños de cervezas El León y Contadores.

Marcelino Cristino. El empresario abandonó el País Vasco y vive actualmente en Levante.

Otros ciudadanos:

Ana María Vidal. Ha presidido la Asociación de Víctimas del Terrorismo durante los peores años de indiferencia, incomprensión y silencio. Vasca de fuste, dejó su tierra tras el asesinato de su marido, Jesús Vidal, jefe de los Miñones (policía foral) de Vitoria.

Concepción Jaular. La viuda del funcionario de prisiones Máximo Casado, asesinado en octubre pasado en Vitoria, dejó el País Vasco poco después junto con sus dos hijos.

Pilar Ezquerra. La viuda de Lázaro Vicente, jefe de la Policía municipal de Álava, dejó el País Vasco, donde había nacido y vivido, tras el asesinato. 

Maite Castells. Esposa del capitán de Farmacia Martín Barrios, secuestrado y asesinado en uno de los episodios más largos y crueles de la banda terrorista, dejó Euskadi con sus hijos, de 18 y 11 años.

María Victoria Vidaur. Actual presidenta de la Asociación de Víctimas del Terrorismo de Alicante, dejó el dejó el País Vasco tras el asesinato de su esposo, Alberto López Jaureguízar, apoderado de Tabacalera en Bilbao.

Ilustrado