Ligeramente apartada del Camino de Santiago francés encontramos la pequeña Iglesia de Santa María de Eunate. A primera vista no destaca por ser una construcción grandiosa, pero realmente es una pequeña joya del románico español. La ermita se encuentra a 20 kilómetros de Pamplona que se recorren en unos 20 minutos o a dos kilómetros escasos del pueblo de Muruzábal, localizado en el valle del Valdizarbe, que se encuentra aproximadamente en el centro geográfico de Navarra.
El conjunto de Eunate se compone de una pequeña iglesia de planta octogonal, una arquería exterior de la misma forma y un muro que circunda a ambos. A su vez, el templo cuenta con una espadaña que hace las veces de campanario y una torre cuadrangular de corta estatura. La torre pertenece al edificio original y cobija una escalera, mientras que la espadaña es de antigüedad discutida. También destaca la portada norte, adornada con motivos profanos como decoración humana, vegetal o figuras demoníacas. Dichos motivos son infrecuentes en las portadas de las edificaciones de este tipo.
Otro de los factores que contribuyen a su encanto es su origen: Se sabe que la construcción de la misma se puede datar hacia finales del siglo XII, pero existe un vacío documental que impide determinar con exactitud quién la construyó. La teoría más extendida es que se trata de la iglesia asociada a un hospital y un cementerio de peregrinos del Camino de Santiago que probablemente pertenecerían a la orden de San Juan de Jerusalén (la actual orden de los Caballeros de Malta). De hecho se han encontrado tumbas aledañas en las que a parte de restos humanos se encontraron conchas de peregrino, lo que reforzaría esta tesis al menos en parte.
La hipótesis más romántica es la que atribuye la construcción de la misma a la Orden de los Caballeros del Temple. Los argumentos que juegan a su favor son: La geometría octogonal irregular de la iglesia y de su especialísimo claustro, común en otras iglesias que se sabe fueron construidas por los Templarios (siguiendo los cánones de la iglesia de la Cúpula de la Roca); La presencia en las rocas de marcas de cantero que pueden ser asociadas al Temple; e incluso los propios seres demoníacos esculpidos en la roca que podrían corresponderse con 'Baphomet', una suerte de diablillo al que los templarios idolatraban supuestamente.
Otro misterio de menor calado es el origen del nombre de este sitio: la teoría más extendida es la traducción directa de la voz vasca Eunate (Ehun = Cien; Ate = Puerta). De todas formas el templo está rodeado por 33 arcos y no cien. Otra interpretación es la expresión también vasca de Onate, que vendría a ser "La buena puerta" (Ona-ate).
Siempre impresiona ver a los peregrinos realizar el ritual de dar tres vueltas a la iglesia por el exterior para después entrar y situarse bajo la clave de su bóveda, donde confluyen varias fuerzas telúricas subterráneas, según dicen. Se tengan o no ese tipo de creencias, lo que no se le puede negar a esta construcción es la belleza inherente a su sencillez, tan raramente unida a esta antigüedad y a su leyenda.
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