El
nuevo alcalde de Pamplona, Joseba Asiron, ya nos va aclarando quién
es, qué quiere y adónde va. Ya ha dicho que el 8 de julio asistirá al homenaje
que el “colectivo” Sanfermines 78 Gogoan organiza en recuerdo de Germán
Rodríguez, el joven de extrema izquierda que murió a disparos en las
fiestas de 1978, a la salida de la plaza de toros.
Asiron, varias veces ya desde que fue nombrado alcalde,
defendió que es "el momento de que el Ayuntamiento de Pamplona y el
alcalde como representación del Consistorio tenga una presencia en ese
acto". El líder batasuno ha dejado claro que como "hemos venido
diciendo en precampaña y campaña sobre la reparación, el recuerdo y la
memoria", habrá "una representación del Ayuntamiento en la persona de
su alcalde en los actos de conmemoración y de recuerdo de Germán".
Una vez más el colectivo en cuestión ha pedido que su acto de
homenaje se incluya en el programa oficial de fiestas. Asiron ha dicho de momento
que "eso es una segunda propuesta, un segundo nivel" y que es
"algo que no hemos entrado de momento a valorar". "Lo tenemos
que valorar, lo hablaremos con el resto de grupos y en su momento se tomará la
decisión". Es decir: sí, pero de momento empezamos con dar a la cosa el
respaldo de la presencia del alcalde. Lo que obliga a todos a recordar, o a
aprender, qué se conmemora el 8 de julio en Pamplona. Y eso nos ayuda a
entender quién es Asiron y qué nos trae.
¿Quién era Germán Rodríguez?
Dice Asiron que Germán
Rodríguez era "un mozo
de Pamplona que asistió en un momento dado a una función taurina y a la salida
murió víctima de un disparo". Cierto; y ciertas son más cosas.
Germán era un miembro de la Liga
Comunista Revolucionaria o
sea Liga Komunista Iraultzailea (LKI). Que no era una ONG, sino un grupo de
activistas que nació en la VI Asamblea de un grupo algo más conocido llamado… ETA. Hay que entender a los
marxistas, ellos son así: todos querían la independencia, Navarra y la
revolución comunista, y todos estaban de acuerdo en el terrorismo como medio
para conseguirlo. Pero tenían y tienen sus discrepancias, y los de LKI eran más
bien trostkistas. Pero no por eso menos etarras. El lema de los de Germán era «Iraultza ala hil» (Revolución o
muerte).
Pamplona 1978. Pamplona de violencia, con terror sin respuesta en
las calles. Terror de ETA y su entorno contra todos los demás. En mayo, una turba de proetarras asesina en la calle Chapitela al subteniente de la Guardia Civil Juan Eseverri. Cinco detenidos
por el crimen, en la cárcel de Pamplona. Resultado: en el mes anterior a San
Fermín, máxima tensión en las calles, manifestaciones violentas continuas,
pidiendo la libertad de los detenidos. La policía llega a un nivel en el que no
sabía ya qué hacer. Los políticos, en general, en silencio. Y ajenos al funeral
del asesinado y ninguna condena significativa.
Pidiendo la libertad de los simpáticos asesinos, el 3 de julio un grupo de
personas ocupó el Ayuntamiento de Pamplona y se encerró en él, iniciando una
huelga de hambre. Más tensión, más violencia. Pedían amnistía para los presos
políticos y libertad para los cinco. Mientras, en las manifestaciones, se
quemaron banderas de España y se colocaban por la fuerza, también en edificios
públicos, ikurriñas. Todo eso, por supuesto, lo hacían grupos nacionalistas y
violentos. Como LKI.
San Fermín 78. Con el Ayuntamiento ocupado, el
chupinazo se tiró desde el primer piso, no hubo invitados en los balcones y la
tensión política era máxima. Violencia
en la calle el 6 tras el
cohete, cuando un grupo de encapuchados intentó quemar una bandera española en
la Plaza del Castillo, y otro grupo de jóvenes se lo impidió y llevó la bandera
al Gobierno Civil. Violencia
el 7, cuando por vez primera en todo el siglo estuvieron ausentes de la
procesión del Santo la compañía de honores del Ejército, la banda militar y el
Gobernador Militar, y eso porque el Ayuntamiento no los invitó. Así se pierden
las tradiciones…
¿A que eso no se lo han contado los que hoy quieren utilizar la
muerte de Germán?
¿Qué pasó de verdad con Germán Rodríguez?
San Fermín 78. Politización en una sola dirección,
imposición pro etarra. En la corrida del día 8, siguiendo con la tensión, un
grupo de manifestantes irrumpe en la arena de la plaza de toros con una
pancarta verde en la que con letras blancas se leía: ‘Amnistía total. Presoak
kalera. San Fermín sin presos’. Empezaron a dar una vuelta al ruedo, y
empezaron enfrentamientos violentos entre partes del público de la misma plaza.
Al final, entraron unos 40 agentes de la Policía Armada con
material antidisturbios que, siguiendo las órdenes del comisario que estaba a
su frente, cargaron contra los manifestantes. A partir de ese momento la
violencia, larvada durante más de un mes, se extiende a toda Pamplona primero
en la Plaza de Toros, y después en el resto de la ciudad. Manifestantes,
policías, ataques a la Policía, abandono de la parte vieja por parte de ésta,
carreras, barricadas, turistas aterrorizados, pelotazos, piedras, gases
lacrimógenos. Un espectáculo resultado de la acción violenta de los
independentistas en defensa de asesinos detenidos.
El Gobernador Civil Ignacio
Llano, nombrado
por el Gobierno centrista de Adolfo Suárez, convocó a los representantes
sindicales, políticos y a representantes de las peñas para intentar apaciguar
la situación, sin lograrlo. Agobiada, la policía intentó imponer el orden en la
Plaza de Toros sólo hasta las 21’00 horas; se retiró después a defender el
Gobierno Civil. Hubo violencia, agresiones y también disparos en esas horas
entre navarros de distintas ideas y también entre abertzales de diferentes
matices. Germán Rodríguez cayó muerto de un tiro en la cabeza en
la avenida de Roncesvalles sobre las 22’00 horas, hora a la que no había
Policía en la zona. La Policía Armada hasta las 24’00 horas no patrulló esa
zona de nuevo. Para entonces, Germán
estaba muerto y la violencia que los suyos habían iniciado y querían estaba
desencadenada.
En 1978, después de dos días de luto, de refuerzos policiales de
emergencia y de más violencia, el día 11 el alcalde anunció desde el balcón
consistorial que las fiestas quedaban definitivamente suspendidas. Nadie ha
sido nunca acusado, encausado, procesado ni mucho menos condenado por la muerte
de Germán Rodríguez. Y esto por una muy buena razón: porque sólo la “verdad
oficial” abertzale dice que lo pudo matar la Policía. Teniendo en cuenta las
costumbres de los grupos terroristas, los candidatos a haberlo matado son
muchos más.
Asirón rinde homenaje a un colaborador de un
grupo pro etarra, lamentablemente muerto de un disparo y usado sin fundamento
alguno para acusar durante 37 años a la Policía. Cierto que en 1978 hubo mucho
desorden y mucha violencia, y cierto que se pudieron evitar mejor. Pero el
origen de ese caos y de esa violencia que al final terminó con la vida de
Germán está en los amigos de Germán. Y eso el alcalde Asiron, que es batasuno, lo
niega y lo oculta. Así que yendo a ese homenaje y no a los de los militares
cuyos asesinos sí conoce muy bien el alcalde miente e insulta a la mayoría de
los navarros.
Mentira. A germán lo mato la policia y yo fui testigo.
ResponderEliminarComo se puede mentir como lo hacéis...¡¡¡ Estoy con Iñaki, a Germán lo mató la policía y lo sabe todo el mundo... el origen del caos y violencia no está en los amigos de Germán, ya sabéis el origen. Estaba todo preparado. Habéis visto los documentales sobre Germán? y no los que publican los grupos "afines" a él, sino el documental de más d euna hora de duración premiado en varios festivales, y en el que participó incluso TVE.
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