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martes, 30 de junio de 2015

Reino de Pamplona, padre de reinos hispánicos


Al final del Imperio Romano, Hispania ya era una unidad, una diócesis con siete grandes provincias (Bética, Lusitania, Cartaginense, Gallaecia, Tarraconense, Baleárica y Tingitana) unidas por la cultura, la lengua, la administración y la vida. La España romana fue invadida y dividida por los bárbaros del Norte desde 409 (suevos, vándalos, alanos). Pero después llegaron los visigodos, en nombre y por encargo de Roma, y reconstruyeron una España unida, cristianizada y por primera vez independiente.

La España goda fue conquistada por los musulmanes desde 711. Sin embargo, hubo españoles que resistieron a la invasión y lentamente fueron organizándose en el Norte. Primero el reino de Asturias, luego de León, después el condado de Castilla, más tarde pequeños condados pirenaicos y precatalanes. En lo que hoy es Navarra, dos dinastías emparentadas, los descendientes de Íñigo Arista en torno a Pamplona y los Banu Qasi al Sur, oscilaron durante casi dos siglos entre la resistencia cristiana, la sumisión muladí y la presión de los francos de Carlomagno.

Ese equilibrio inestable se rompe en 905 cuando el líder de los caballeros de varias zonas del Pirineo Occidental es proclamado rey: Sancho Garcés I es el primer rey de Pamplona de la dinastía de los Jimenos, con la ayuda de Alfonso III de León. Desplegó una frontera fortificada desde Ribagorza y Aragón a la Bardena, Caparroso, Funes y el Ebro, reconquistando incluso Calahorra. Con él surge la identidad que hoy es Navarra.

Tras grandes luchas contra Al Andalus y el califato, en 1004 se convirtió en rey su descendiente Sancho Garcés III, llamado Sancho el Mayor. Reorganizó todos los reinos de la España cristiana en la  Reconquista, y hasta su muerte en 1035 gobernó desde el reino de León hasta el Pirineo catalán. De él descienden todos los reyes posteriores de León, de Castilla, de Pamplona y de Aragón, y los condes barceloneses, hijos y nietos del gran rey, sucesivamente emparentados y siempre con un proyecto común. El reino de Pamplona es entonces el centro de la España cristiana, durante ocho siglos buscando recuperar la libertad y la unidad perdidas.

Caius

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