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lunes, 25 de abril de 2016

Una nueva UPN, ¿una buena noticia para Navarra?


Unión del Pueblo Navarro, que es en votos y en escaños el partido político más grande de Navarra, ha roto una tradición de más de una década y ha tenido su décimo Congreso sin expresar tensiones ni divisiones. El domingo 24 de abril, en el Baluarte de Pamplona, Javier Esparza ha sido elegido de nuevo presidente de UPN con el 83,87% de los votos. En su equipo político figuran Yolanda Ibáñez como secretaria general y Óscar Arizcuren como vicepresidente. Lo más importante es que, a diferencia de lo visto durante mucho tiempo, Esparza no sólo ha sido el único candidato, sino que ha habido un silencio casi total en cuanto a otros nombres, otras tendencias o diferentes ideas.

Todos con Esparza y todos asumiendo la idea de un partido "más democrático, unido y fuerte". Magnífico para el centroderecha navarro, ¿o no?

Esparza fue elegido presidente en una Asamblea General Extraordinaria al dimitir de Yolanda Barcina. Antes, Esparza había sido el candidato de UPN en las elecciones forales de 2015, en las que perdió el poder. Por muy poco, pero los defensores de la Navarra foral y española quedaron en minoría en el Parlamento de Navarra, tras décadas de gobiernos de UPN, con Alli, con Sanz y con Barcina. ¿Y cuál es la conclusión de Javier Esparza? Que "hoy comienza la cuenta atrás para recuperar el Gobierno de Navarra”, porque "cada vez hay más gente en Navarra que lo que quiere es que volvamos".

Moraleja que han sacado los políticos profesionales de esta UPN: que la meta principal ha de ser volver al Poder, y que ante ese Bien Supremo todo debate de ideas, toda lealtad a los principios y hasta cualquier rivalidad personal ha de callarse. “Unidad”, sí, pero para recuperar los sillones perdidos. Y cambios, sí, pero sólo los que sus asesores les diseñen para recuperar votos, es decir, recuperar Poder.

Pero las cosas pueden y deben verse al revés. Si UPN perdió el poder es porque perdió peso en la sociedad. Y mientras gobernó lo hizo muy a menudo contra sus principios fundacionales, dando por buenas las ideas de los enemigos políticos, tanto izquierdistas como abertzales. ¿Ganó votos UPN no siendo lo que sus fundadores quisieron? No, los perdió. Si ahora quiere votos, ¿tendrá que asumir las ideas y valores de los marxistas y de los separatistas, y ser cada vez más diferente de sí misma, o tendría que volver a sus raíces y recuperar justamente esos apoyos que ha perdido por desencanto, por hastío, por indignación?

Hace 10 años UPN, PP y PSN sumaban, sólo en las forales, 213.000 votos con 34 escaños, más los principales Ayuntamientos. Tras 10 años de chalaneos, mercadeos, negocietes, ikastolas subvencionadas, zonas lingüísticas no suprimidas, CAN, modelo D, Navarra Arena, AVE, perpetuación de la nefasta Transitoria, sillones a dedo, puertas abiertas a los otros para no parecer fatxas, provincianismo cada vez menos español, concesiones y rendiciones, ¿qué ha conseguido UPN? Perder el poder, perder los municipios, perder las calles y a la vez perder el apoyo de los suyos. ¿Lo va a recuperar si insiste en “modernizarse” y en “centrarse” cada vez más, con guiños al eusquera politizado, a políticas socialistas y hasta a la ikurriña antes que la Bandera nacional? No parece probable… excepto para Esparza y esa mayoría de cargos de UPN que lo respalda.

Esparza y su equipo asumen que la sociedad navarra "está viendo cómo está gobernando el Gobierno que tenemos a día de hoy…" es decir que confían en que el Poder volverá a sus manos sólo por los errores de Barkos y el Cuatripartito batasunoide. Esos errores son muchos, sí, pero ellos sí usarán el poder para transmitir sus ideas y para asegurárselo a largo plazo. Exactamente lo que UPN no hizo, pensando siempre en los negocios y los puestos a corto plazo. UPN debe cambiar, sí, pero no para endulzarse con un “mensaje de moderación, de responsabilidad, de oposición sensata…”, sino para recuperar el rumbo perdido.

Si quieren que "gente que en algún momento se ha quedado en casa o ha optado por otras opciones políticas vuelva a confiar en UPN" no podrá seguir como hasta ahora. UPN tendrá que volver a ser el partido español y patriota, nacido en 1979, apoyado por Alianza Foral Navarra y montado contra los abusos antinacionales de la Constitución. Sin ser perfecto ni mucho menos, Jesús Aizpún fundó UPN y la definió como un partido “conservador en lo moral, liberal en lo económico y progresista en lo social”. Si pasa a ser chabacano en lo moral, populista en lo económico, demagógico en lo social y a dar por bueno lo que abertzales y marxistas imponen como “progresista”, este partido dejará de ser el partido no sólo de la Derecha, sino de cualquier defensor de la Navarra Foral y Española, que es para lo que se creó y como creció. Y además, lo que será gracioso si no resultase dramático, no conseguirá volver establemente al poder.


Caius

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