Es llamativo el interés que muestran los abertzales por la cooperación
transfronteriza, como si la hubieran inventado ellos. Bildu ha tildado, en sede parlamentaria y en
palabras de Maiorga Ramírez, a los
anteriores gobiernos navarros de “garrulismo” por no mirar con la suficiente
determinación hacia el Norte (que se añade al “catetismo monolingüe” que les
dedicó Koldo Martínez). Tirando de
hemeroteca, conviene recordar que ya en el año 2000 el Gobierno de Navarra
firmó un convenio de colaboración con la región de Aquitania, bajo el que se
convocaron ayudas durante varios años para entidades que colaboraran en
proyectos comunes (http://www.navarra.es/home_es/Actualidad/BON/Boletines/2009/24/Anuncio-12/) Por otro lado, también existía otro convenio
con la provincia de Pirineos Atlánticos para cooperar en temas relacionados con
el desarrollo de las poblaciones de la montaña (http://www.navarra.es/home_es/Actualidad/Sala+de+prensa/Noticias/2011/03/08/acuerdo+marco+cooperacion+pirineos+atlanticos.htm) También hubo, entre los años 2001 y
2007, intercambios de funcionarios forales con otros de Pau y Bayona dentro del
programa INTERREG, financiado con fondos europeos (http://www.navarra.es/home_es/Actualidad/Sala+de+prensa/Noticias/2006/06/21/2106ed11.htm)
Folleto de la exposición “Poder y memoria” (año 2010),
sobre los Cartularios Reales conservados en Pamplona y Pau. Estudio financiado con el Fondo Común
Aquitania-Navarra, y realizado por la UPNA y la Universidad de Pau.
En la actualidad, mientras el
Vicepresidente Ayerdi (Geroa Bai) ha
hablado en el Parlamento de la cooperación como una “oportunidad estratégica” para Navarra (sesión del 23 de marzo
pasado), Ramírez dice que estamos ante una “oportunidad
histórica”. La diferencia de
apreciaciones nos ha llamado la atención. El pasado 9 de febrero, Maiorga Ramírez formuló
en el Parlamento una pregunta sobre las posibilidades de colaboración
interinstitucional con la Mancomunidad vasco-francesa de municipios de reciente
creación (http://www.noticiasdegipuzkoa.com/2017/01/02/politica/la-mancomunidad-unica-de-iparralde-es-ya-una-realidad
). Según sus palabras: “Estamos frente a una oportunidad
histórica para impulsar el trabajo colaborativo y para conseguir muchos
objetivos entre todos. Por todo ello, queremos saber cuáles son, en opinión del
Gobierno de Navarra, las puertas que se abren y cuáles son las iniciativas que
va a plantear”.
La
respuesta de la Consejera Ollo fue que “es
pronto para precisar más las oportunidades que este nuevo escenario nos puede
ofrecer a la ciudadanía navarra”. Y
tan pronto: Será difícil que la
Comunidad Foral, con una autonomía casi plena,
pueda encontrar muchas vías de colaboración institucional con una
Mancomunidad de municipios con competencias a nivel local. Para que haya cooperación transfronteriza,
las competencias entre instituciones tienen que ser parecidas, si no, se
presenta una situación tan asimétrica que la voluntad de cooperar se convierte
en imposible.
Logotipo
de la nueva Mancomunidad vasco-francesa, que aglutina las diez estructuras
locales preexistentes.
Entonces, ¿en qué consiste esa “oportunidad
histórica” de colaboración? La
respuesta la encontramos repasando un interesante artículo de SORTU del año
2016, que está disponible en la web y cuya lectura recomendamos: http://sortu.eus/es/editoriales/1804-creacion-de-una-mancomunidad-unica-en-iparralde Sortu enmarca la nueva Mancomunidad dentro
del proceso de “lucha por la territorialidad”, cuyo objetivo final sería la
autodeterminación en el medio plazo. Y
el último párrafo dice:
“De hecho, ese primer nivel de reconocimiento
de Iparralde, unido al hecho de que las
fuerzas abertzales han conseguido el gobierno de Nafarroa, provoca un
llamativo cambio de panorama en lo relativo a la división en tres entidades
administrativas. Ese cambio supone nuevas condiciones para empezar a proyectar
de cara a Europa el mapa de toda Euskal Herria en el ámbito jurídico de la
Unión Europea (es decir, en el ámbito de lo que denominan "relaciones
transfronterizas").
Como se puede ver, la cooperación
transfronteriza significa para Sortu-Bildu una vía para la construcción
nacional, y una gran oportunidad que no se puede dejar pasar
en este momento. Y todo bajo el
paraguas de la Unión Europea que, con su fomento del regionalismo a ultranza,
consigue que el marco legal de los Estados Miembros sea cuestionado en
determinados lugares.
¿Y qué piensa de todo esto el
Presidente de la nueva Mancomunidad Vasca?
En una entrevista publicada en la
web, cuya lectura también recomendamos (http://ianasagasti.blogs.com/mi_blog/2017/02/la-mancomunidad-%C3%BAnica.html),
el Presidente Etchegaray dice que “En la
Mancomunidad de Iparralde hay abertzales que quieren ir más allá, pero el de la
soberanía vasca es otro debate” (en respuesta al documento de
SORTU). Pasa después a explicar que la
Mancomunidad no se puede comparar con los gobiernos vasco o navarro, y que la
nueva entidad se inscribe en el marco republicano de Francia. Y dice también
que el paso que se ha dado es de gigante, porque van a tener
competencias importantes en materia agrícola, de montaña o de política
lingüística. Es decir, lo que interesa en el ámbito local a los municipios
vasco-franceses.
Primera
reunión entre el Presidente de la Mancomunidad vasco-francesa de municipios y
el Presidente autonómico Urkullu (01/02/2017) .
La cooperación transfronteriza entendida según Francia: Bajo la bandera
de la nación. Sin embargo, la bandera
española brilla por su ausencia. Eso sí, la europea, como buena excusa, que no falte.
En suma, entre oportunidad estratégica e histórica,
ya vemos para qué sirve la cooperación transfronteriza en manos de los
separatistas: Como instrumento para la construcción de la nación que está en
sus sueños (no lo decimos nosotros, lo dice Sortu-Bildu). Pero, para que eso
suceda, los vecinos tendrían que añadirse al proyecto, y no parece que los
franceses lo vayan a hacer. Ellos no
están dispuestos a destruir su legalidad aunque España sí decidiera acabar con
la suya.
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