Muchos
navarros, especialmente los residentes en la cuenca de Pamplona, al abrir
vuestros buzones os habréis encontrado con el ultimo panfleto anti-TAV; como
novedad, esta vez no ha sido ninguna coordinadora fantasma anti-noseque, sino
una autodenominada Fundación Sustrai Erakuntza. El proyecto del TAV es como
casi todo en la vida, discutible, y con el presente artículo no pretendemos dar
un cheque en blanco a un proyecto que tendrá sus luces y sus sombras. Sin
embargo llama la atención el empecinamiento de la izquierda aberchandal en
boicotear cualquier avance en materia de infraestructuras, muchas de las cuales
luego disfrutan como usuarios de manera masiva.
En
el caso de Navarra, la izquierda aberchale ha cambiado su estrategia, y ha
traspasado el bastón de mando de la lucha anti-TAV del grupo "noaltavahtgelditu"
(que también buzonearon masivamente propaganda hace un tiempo), una Fundación
fantasma surgida de la nada que cuenta con importantes recursos, ya que, hace
unos meses llenó la comarca de Pamplona con unos cartelones cuyo coste
económico resulta muy elevado, esta semana han buzoneado puerta a puerta el
último panfleto anti-TAV, y todas estas campañas necesitan de un importante
respaldo financiero. Viniendo del mundo aberchandal no es difícil imaginar que
si rastreamos los fondos, gran parte acaben cargados en algún presupuesto
público de alguna institución municipal, provincial o autonómica.
En
cuanto al TAV, de manera independiente a la viabilidad económica o impacto
medioambiental surgen algunas preguntas. Por una parte, en el panfleto critican
que la futura estación se ubicara en el extrarradio a la par que se quejan de
los pasos a nivel en poblaciones. Pues bien, ni su nueva ubicación sería el
extrarradio, y por si fuera poco, permitiría acabar con pasos como los de
Ansoain. Por otra parte, está claro que el medioambiente resulta crucial para
nuestro futuro, pero por otro lado, a nadie (batasunos y podemitas
incluidos) le disgusta disfrutar de la tecnología y las infraestructuras. De
hecho los progres y separatas no son precisamente personas que tiendan al
sedentarismo, más bien todo lo contrario, y para poder viajar a la India,
Bangladesh, Cuba, Venezuela o los campamentos del Frente Polisario en Argelia
hay que utilizar infraestructuras modernas como el tren o el avión, ¿o es que
acaso alguien conoce a algún aberchandal que haya cruzado el atlántico en barco
o el estrecho de Gibraltar a nado?. La vida moderna tiene un coste y un impacto
medioambiental, el debate por tanto está mal enfocado, de hecho, en su
eusqualherria independiente seguro que los batasunos serían los primeros en
apoyar las infraestructuras que hoy nos niegan a los demás, pero que luego son
los primeros en usar.
La gestión de UPN: ¿despilfarro o
políticas de izquierda?
La
gestión en materia de infraestructuras de la etapa de Miguel Sanz al frente de
UPN y del Gobierno de Navarra ha dado lugar a ríos de tinta. Los proyectos
ejecutados del circuito de Los Arcos y el Navarra Arena, a lo que habría que
sumar el por fortuna fallido museo de los sanfermines y el proyecto del TAV hoy
son criticados por batasunos, podemitas y extremoizquierdistas de todo tipo y
pelaje como proyectos de derroche. Olvidan toda esta fauna ideológica que a
estos proyectos habría que sumar otros anteriores como el baluarte o el Museo
Oteiza, aunque probablemente estos dos proyectos no les importe tanto, el
primero porque muchos son usuarios del mismo, y el segundo porque al fin de
cuentas Oteiza no dejaba de ser un "camarada", aparte de un pésimo
"artista".
Pues
bien, el circuito de Los Arcos, el Navarra Arena, el TAV, el museo de los
sanfermines o la construcción o rehabilitación de edificios públicos como los
del Departamento de Medio Ambiente en la calle González Tablas de Pamplona o de
Economía y Hacienda en la calle Cortes de Navarra de la misma localidad se
debieron en gran parte al proyecto Navarra 2012, cuya filosofía de fondo era
política económica puramente keynesiana, es decir, de izquierda
socialdemócrata. Se podría decir que UPN de la mano del PSN-PSOE, entre 2007 y
2012 con estas infraestructuras pretendía reactivar el empleo mediante dinero
público, que es lo que defendía Keynes (iniciativa pública cuando falla la
privada, aunque sea mediante aumento de la deuda pública y los impuestos).
La
verdad es que resulta muy curioso a gente de "izquierdas" criticar a
UPN por actuar como un partido de "izquierdas" al intentar relanzar
la economía con medidas keynesianas y socialdemócratas. A todas estas medidas
se les podría haber sacado muchas pegas, pero una de las principales tiene que
ver con la globalización. Hasta 2006 la legislación de contratación pública
(obras, bienes, suministros y servicios) imponía que fueran empresas españolas
las que licitaran dichos contratos, con la normativa bruseliana imponiendo la
globalización desde 2006 cualquier empresa comunitaria puede licitar, lo que ha
provocado que no pocas obras públicas desde ese año se la han acabado llevando
directamente o mediante subcontratas empresas extranjeras que contratan
trabajadores extranjeros, echando por tierra toda la teoría keynesiana de gasto
público para fomentar el empleo y tirar de la economía. En fin, todo un
disparate, y así nos va.
Entonces, ¿que busca el cutrepartito con
todo este ruido?
Como
hemos visto, que la izquierda critique a la derecha por hacer políticas de
izquierda no parece muy coherente. Además, muchos estamos convencidos de que en
una eusqualherria independiente con batasuna gobernando, si no dejan la
economía a la altura de Venezuela, Cuba o Somalia, serán los primeros en
construir TAVs, autovías, pantanos o veinte centrales nucleares si hacen falta. Muchos llevan años advirtiéndolo, y los
hechos les avalan, en realidad el secesionismo panvasquista lo que pretende es
convertir Navarra en un erial económico y un infierno fiscal que además de
financiar muchas mamandurrias y el proyecto aberchandal (imposición lingüística
y memoria histérica panvasquista), convierta una de las regiones más ricas de
España en una de las más pobres, para conseguir su inviabilidad económica,
social y política como comunidad política diferenciada, de manera que tenga que
recurrir a la integración en las castellanisimas provincias vascongadas (hoy
País Vasco o CAV).
Paralización
de infraestructuras, infierno fiscal, huida masiva de empresas (mientras copan
la Administración Publica de guipuchis), sindicatos amarillos al servicio
del secesionismo (CCOO, ELA y LAB), y un sinfín de medidas que al final lo que
pretenden es conseguir el Anchluss de Navarra en el Reich vascongado. Por eso
resulta necesario combatir todos sus relatos en los distintos frentes,
desmontar sus mentiras y movilizar a nuestra masa social, para evitar que sus
proyectos lleguen a buen puerto (para ellos). Desde este blog y otro tipo
de iniciativas que van surgiendo estamos en ello, ahora hace falta que gente
como tú, querido lector, de un paso adelante y se comprometa. Para que dentro
de unos años no tengamos que lamentarnos.
El TAV y el Canal de Navarra son necesarios sin duda.
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