A estas alturas todos los que me leen ya sabrán que una manada de 15 MENAs magrebíes, algunos de ellos infestados de sarna, agredió sexualmente a una mujer y apuñaló a su acompañante en el metro de Barcelona.
Este hecho ha tenido cierta difusión en los medios de masas no escritos (es decir, en concreto la televisión) gracias a que VOX hizo una denuncia pública de los hechos pidiendo la expulsión de estos okupas sarnosos que ya contaban con antecedentes, cuestión que debió de parecerle intolerable a la periodista lacayuna Susana Griso; que no se atrevió a defender lo indefendible, que es la no expulsión de los delincuentes sexuales extranjeros, sino que atacó a VOX por "usar políticamente" esta agresión. Porque no llevamos años de machaque mediático y uso político -hasta el punto de abiertamente legislar en caliente- con motivo del caso de la supuesta violación de los Sanfermines del 2016, ¿verdad?
Pero es que según Susana Griso, los periodistas han de censurar datos relevantes de sus noticias y dejar de incluir la nacionalidad de los agresores en este tipo de casos aislados que comienzan a ocurrir semanalmente, cuando llevan meses haciendo programas monográficos al respecto de la manada Sevillana, de la que ya conocemos hasta qué gafas de sol les gusta afanar.
La sobreinformación es una forma de desinformación, en este caso se ha sobreinformado al respecto de los cinco gañanes de Sevilla como una maniobra de distracción no sólo de las múltiples agresiones sexuales grupales que vienen siendo cometidas por grupos de barones norteafricanos, sino las que se prevé que van a tener lugar en el futuro, porque esto va a ir a más como ya venimos diciendo desde meses atrás en este humilde blog.
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Han sido los medios alternativos y no los generalistas, los que han seguido informando al respecto de estos pequeños hijos de Satanás; y sabemos que no sólo han sido soltados la mayor parte de ellos (¿han visto las manifestaciones femimarxistas en contra? porque yo no) sino que uno de ellos ha logrado escaparse y está en paradero desconocido. ¿Cuándo van a hacer pública su foto, para que los ciudadanos colaboren en la captura de este presunto delincuente sexual? Ya os digo yo que nunca, de la misma manera que se ocultó durante días el retrato robot del violador del Maresme que intentó matar a su víctima tirándola por las rocas, dándole la razón al chascarrillo popular que dice: "si es morito no hay delito".
Uno de los angelitos de Santa Coloma, ansiosos claro está por venir a hacer los trabajos que los españoles no quieren hacer y que son necesarios para legitimar la industria neofeminista: esto es meterle mano a las españolas y apuñar a sus acompañantes.
Lo que no me consta es que nadie haya dicho es que esta agresión es taharrush en toda regla, si bien quizás no el primero que ha tenido lugar en España, sí un ejemplo arqueotipico de este fenómeno que además ha adquirido amplia difusión.
Pero, ¿qué es un taharrush? pues una modalidad de "juego" a modo de acoso sexual en el que una multitud de hombres musulmanes jóvenes rodea a una mujer por la calle y mientras que unos la amedrentan, otros agreden a quien la acompaña y alguno incluso finge intentar ayudarla. El resultado es que la mujer es asaltada sexualmente; suponiendo esto indistintamente que sea insultada, escupida, manoseada, agredida físicamente, mordida, penetrada con los dedos o violada; en algo que ha sido descrito como "el círculo del infierno". Es esta una forma de humillar a una persona cuyo único delito es ser mujer y salir a la calle.
Este tipo de agresiones, que no son nuevas, se hicieron conocidas (aunque no por el gran público, casualmente...) durante las protestas en la plaza Tahrir de Egipto, donde bandas de hombres jóvenes musulmanes aprovechaban las multitudes para cometer este tipo de agresiones, que llegaron a ser fotografiadas y grabadas. Conocido es el ejemplo de la periodista de guerra Lara Logan, que fue asaltada sexualmente y casi asesinada por los manifestantes en El Cairo. Una de las características más alarmantes para las mujeres es que estas agresiones más que producirse en un callejón oscuro, se suelen dar en cualquier lugar público y a cualquier hora.
Periodista grita al ser objeto de un taharrush en la plaza Tahrir.
Como antecedentes en Europa, podemos citar los también conocidos hechos -muy a pesar del gobierno (anti)alemán de Angela Merkel que intentó ocultarlos- que tuvieron lugar en la Nochevieja del 2015 alrededor de la plaza de Colonia; en los que una turba de unos mil hombres extranjeros -"refugiados" e inmigrantes económicos provenientes de Oriente Medio y el Norte de África- se dedicaron a robar y agredir sexualmente a unas 500 mujeres que por allí se encontraban celebrando las fiestas navideñas, siendo este un acto organizado de terrorismo sexual, fenómeno que no se veía en Alemania desde las violaciones en masa cometidas por los soldados de la Unión Soviética al final de la Segunda Guerra Mundial.
Mientras en España, sin ir más lejos a principios de mes se produjo otra agresión con idénticas características en Bilbao, según el Diario Deia:
...la víctima es una joven que se encontraba en las inmediaciones de una conocida discoteca de la zona de Uribitarte. En un momento dado, la joven se quedó sola y fue cuando los tres chicos la asaltaron con la intención de robarle la cartera y el móvil. Sin embargo, lo que pudo quedarse en un simple susto pasó a mayores cuando los tres implicados, “gente también joven”, apuntaron fuentes policiales a DEIA, procedieron a abusar sexualmente de la chica aprovechando su superioridad física y numérica. Por el momento, los agentes han abierto una investigación para tratar de localizar a los agresores, ya que disponen de la descripción física aportada por la víctima. También cuentan con la posibilidad de que alguna cámara de la zona -es un espacio conflictivo con numerosas quejas vecinales- pudiera haber grabado si no la agresión sí al menos a los agresores en algún momento de la noche.
Estos hechos se produjeron, como vengo diciendo no en un callejón oscuro de una barriada sino en el centro de Bilbao y a 100 metros de Sabin Etxea. Seré un mal pensado por creer que se trata de otro taharrush, pero menuda casualidad es que dos semanas después no hayan sido hechas públicas las imágenes de los agresores, que en pleno centro de Bilbao a buen seguro fueron grabados (esta calle cuenta con cámaras a entrada y salida, además de por el medio de la misma) y que el Deia (que por otra parte es un panfleto del PNV) misteriosamente ha borrado la noticia.
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Se está dando en España entonces la paradoja de que están generando una ficción feminista de empoderamiento y puntos morados; mientras que las españolas cada vez tienen más papeletas de sufrir una agresión sexual callejera con terroríficas nuevas modalidades de acoso como el taharrush. Y esto es, aunque muy pocos se atrevan a denunciarlo, porque con el beneplácito del pack ideológico del feminismo hegemónico actual, se está importando una verdadera cultura de la violación.
Hispano
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