Un viajero neutral que llegue estas últimas semanas por la Ribera de Navarra se habrá dado cuenta de que algunas cosas han cambiado en los últimos y penúltimos años. Hay en la Ribera más suciedad, más pintadas a favor de las causas batasunas y comunistas (valga la redundancia), más pegatinas con símbolos separatistas y marxistas, más locales con olores extraños donde se predica el separatismo a los más jóvenes mezclado con todo tipo de sustancias. Y hay más gente que se saluda, toda ufana, con “kaixo,” “agur” y demás, pero a la vez sabiendo el mismo vascuence que sus antepasados supieron: ninguno.
La mayoría son sólo agurtzales de dudosa higiene, pero la penetración abertzale en la Ribera es un hecho ligado a ciertas tendencias juveniles (a las que por supuesto los antes gobernantes fueron incapaces de prestar la mínima atención), más los medios ayuda y estímulo de los partidos nacionalistas, los de extrema izquierda y el mismo gobierno regional vecino a través de algunas instituciones. ¡Incluso con dinero público navarro, y no por culpa de los que ahora están, que lo aumentan, sino también de los de antes, aunque ahora lloren!
Hace cuatro décadas que la invasión vascongada es un hecho en la Zona Media y más en la Ribera, donde jamás se habló euskera. Tenemos, renqueantes y nada triunfales pero adoctrinando futuros nacionalistas, las ikastolas de Estella y de Sangüesa, con la de Tafalla tantas veces salvada por dinero ajeno y las que vinieron después: la de Fontellas para Tudela, la de Lodosa para el valle del Ebro, y la de Viana. Esos centros educativos no responden al currículo oficial. No responden a la demanda real de la gente. Sin embargo, no cierran, porque cuentan con el apoyo de sus militantes, de sus partidos, de su gobierno en Vitoria y, no desde ahora, también con el de Pamplona.
Si fuese por la demanda de la gente ya habrían cerrado. Su efecto es claro: son una minoría, pero militante y adoctrinada en el seno de una sociedad completamente ajena, como es lógico, al vascuence. Ellos harán la conquista de la Ribera, si no lo impedimos, más rápida que la de Álava. Y no son sólo aulas.
Todo tipo de iniciativas populares, que sirvan para captar y adoctrinar gente, están euskaldunizadas en la Ribera. Contra el TAV, contra el Canal, contra los aviones, contra… qué aburrimiento. Por ejemplo, Errigora dice ser una iniciativa popular que trabaja en “auzolan” en la Ribera para comercializar en las zonas vascoparlantes los productos de aquí. Vamos a llamarlo chantaje: un agricultor, empresario o trabajador produce un queso, un chorizo o una botella de vino y –si es de los “fieles”- se vende a muy buen precio en las zonas más militantes separatistas. Así, se subvenciona al que es o se hace abertzale y éste, en la misma Ribera, sirve de apoyo a los separatistas autóctonos. Cuidado con ellos: ahora de cara a navidad intentan hacer caja con cestas de ricos productos de la Ribera. ¡No les compres! Hay opciones más baratas y mejores, sobre todo mejores y más seguras, de no ayudar a los enemigos de Navarra y de España.
Estratégicamente, sin la Ribera y en general sin Navarra no hay Euskal Herria que valga. Demasiado bien lo saben: vascas son tres provincias pequeñas, y en ellas el porcentaje de vascohablantes reales y más aún el porcentaje de los independentistas es una minoría. Necesitan más espacio, más gente y más volumen de todo para poder llamarse, como quieren, nación y Estado. No son ni una cosa ni la otra, pero necesitan el espacio, la historia y la capacidad de producción alimentos que tienen Navarra en la Ribera. No es que la Ribera les guste (en todo caso, más les gusta nuestro vino que nuestro paisaje, lo que es normal), es que la necesitan para su invento nacionalista.
Nosotros queremos justo lo contrario: declarar la Ribera y la Zona Media, para empezar, zona libre de analfabetos voluntarios, de gente que confunde euskera con izquierda y de aulas adoctrinantes. Queremos que esta tierra romana no vea impuestas, de la mano del comunismo de unos y otros, una falsa identidad nacional y una lengua inventada. Queremos que nuestros productos se vendan bien en toda España, y que nuestras infraestructuras se diseñen pensando en la gente y no en su amada Euskal Herria. Y resistiremos a todas las iniciativas de ellos, que son contra Navarra y contra España.
Demasiados esfuerzos para expandir la cultura del norte, colonizando gentes para obtener mas votos.
ResponderEliminarNunca los deseos de conquistadores y creadores de imperios, duraron para siempre. Los esfuerzos de los colonizadores quedaran disueltos tras decenas de años.
Mientras, los opositores a esta colonizacion, no de cultura sana, si no de politica mezcada con euskera como si ser de izq fuera hablar euskera.
El adoctrinado negativo hacia jovenes tiernos para abrazar el independentismo y el sentimiento diferenciador respecto de sus vecinos, causan un enfrentamiento social que va en contra de la felicidad y la buena vida. Jovenes que les cambian el semblante con caras tensas amargadas, quitandoles la felicidad del dia a dia, ofuscandose con politicas como las de Bildu.
El vascuence en la Ribera es una aberración. En Corella se ha infiltrado una supuesta asociación, Tambarria, que se llama a sí misma cultural. Movimiento de infiltración política vasconizante es en realidad. Hay que manifestar repulsa ante semejante desafío. Tenemos bien clara nuestra identidad: ante todo, española, y a continuación, navarra. La vascorrada nos da arcadas.
ResponderEliminarEn Corella he visto publicidaad de kultur elkarte Tambarria. Un tal Carlos anuncia su teléfono: 615 397 355. Debería escuchar lo que merece.
ResponderEliminarEn la zona media también se hablaba euskera, que por cierto no es ninguna lengua inventada como usted dice.
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