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jueves, 6 de octubre de 2016

El mito de los "gudaris" vascos


Cualquiera que tenga calada a la merma vasquista sabe que ésta es muy dada a la creación de imaginarios que en demasiadas ocasiones nada tienen que ver con la realidad, y en la mitología del etnicismo vasco tienen un lugar especial esos valerosos gudaris (soldados vascos) que desde tiempos inmemoriales han acudido entre gritos tribales a luchar detrás de la ikurriña... sí, estamos ante otro cuento chino.

Los "gudaris" en la Guerra Civil

Al principio de la Guerra Civil tanto Navarra como Álava se alzan a favor del bando sublevado, hay que recordar que en el último extremo el Partido Nacionalista Vasco en Navarra y Álava también apoyará al bando nacional, aquí empieza el oportunismo de estos euskaldunes de pro. Las provincias de Vizcaya y Guipúzcoa a su vez se ven a merced de bandas de comunistas y anarquistas que se dedican a la filantrópica labor de asesinar a la oposición política y los religiosos, tropelías que no pueden ser evitadas por el PNV a pesar de que ha comenzado a formar unas milicias que serían conocidas como el Euzko Gudarostea (ejército vasco).

Desde el comienzo de la rebelión el Partido Nacionalista Vasco estuvo jugando a dos bandas, por un lado le decía a Azaña que ellos lucharían por la República, mientras que por el otro negociaba con Franco. El hecho es que los nacionalistas vascos no se decantaron oficialmente por un bando hasta agosto y que si lo hicieron no fue por convencimiento, sino porque vieron que si los republicanos ganaban la guerra esto sería peor para España, y que por lo tanto estarían más cerca de su ansiada independencia.

Del desarrollo de la Guerra Civil en la Campaña del Norte se ha escrito mucho, pero en resumen el desempeño de los aguerridos gudaris consistió en correr desde que los voluntarios navarros tomaron Irún. Corrieron hasta Bilbao, donde empezaron a rendirse a las tropas del ejército franquista que entraron en la ciudad al mando de Rafael García Valiño, a quien se entregó el comandante del Itxas-Alde ridiéndole honores y al grito de: "¡Sin novedad, mi coronel! Le hago entrega de la ciudad intacta y, desde aho­ra, me pongo a sus órdenes." No sólo se habían dedicado a proteger las industrias de guerra que tenían orden de dinamitar, sino que rindieron la ciudad sin que los sublevados pegasen un sólo tiro y se pasaron al bando del que fuera su enemigo para dedicarse a desarmar a los reductos de sus antiguos compañeros que aún quedaban en la ciudad.

Hasta el propio lingüista y militante del PNV Koldo Mitxelena lo decía en una réplica a un poema del también peneuvero y posteriormente batasuno Telesforo Monzón, en el que éste idealizaba a los ínclitos gudaris diciendo que estos bailaban en el frente de batalla y que caían en combate cantando, pasen y vean: 

“Lo malo es que no me reconozco en el retrato ni reconozco en él a mis compañeros a causa de un puñado de discrepancias de bulto, que enumero sin ánimo de ser completo, que el comentario de estos ocho versos bien podría llenar un volumen entero. 1. La alusión a la danza en el frente sólo podría entenderse como una burla macabra, y al caer no se canta (sólo los ángeles tienen alas, según el título que anda por ahú y, por no tenerlas, no las tenían ni nuestros aviadores), sino que a lo sumo se balbucea algo que anda entre maldición y plegaria. 2. A decir verdad, y podemos decirla ya que se trata de un secreto a voces, era más fácil vernos retroceder que avanzar. 3. Los que avanzaban, aunque no solos, eran otros muchachos de Euskal Herria (Nafarroa Euskadi da) que, por las razones que sea, luchaban como cruzados del fascismo español e internacional. 4. No solamente he tenido miedo a morir, hasta con sufijo partitivo, sino que sudaba pesadillas con sólo pensar que algunas de las innumerables partes útiles y sensibles que componen nuestro cuerpo pudiera sufrir daño o perjucio. En resumen, que el frente visto desde los sótanos de la Bilbaína quedaba un tanto desdibujado. Y también que, si nos permitiéramos licencias tan exorbitantes con la gramática, el metro y los hechos, todos seríamos escritores y hasta poetas”.


La desbandada final se produjo hacia Cantabria, donde acabaría por cundir el pánico y las deserciones se darían en masa. Viéndose en esta tesitura, los líderes nacionalistas pactarían cerca de Santoña con los mandos de las fuerzas italianas de la CTV su rendición a cambio de que los líderes del PNV pudiesen exiliarse y salvar el pescuezo, una traición en toda regla. Otros muchos de aquellos gudaris serían encarcelados o se pasarían al bando nacional.

Los "gudaris" de la ETA

De la sinrazón y la cobardía del terrorismo de capucha y boina a rosca ya han corrido ríos de tinta también. Cualquiera con dos dedos de frente difícilmente le va a considerar un soldado a alguien que se dedica a disparar por la espalda a personas desarmadas o ponerle bombas trampa con metralla a aquellos que pueden llegar a defenderse, pero para abertzales como el ya mencionado Telesforo Monzón los terroristas de ETA seguirían aquella tradición inmemorial de los soldados vascos, de nuevo propaganda pura y dura que nada tiene que ver con la realidad.

La izquierda abertzale vive sumida en una movilización constante de sus bases en la que de forma cíclica se abordan diversos temas superoriginales como la independentzia, la dispersión de los presos de ETA o las supuestas torturas por parte de las FyCSE a los miembros de la banda terrorista. No digo que esto último nunca haya sucedido y por ello hay resoluciones judiciales. Tampoco es que a los borrokillas se les haya tratado entre algodones y no hayan recibido algún hostión (merecido) que después se han encargado de magnificar para usarlo propagandísticamente. Pero en muchas otras ocasiones los propios batasunos han tenido que recurrir a denunciar torturas falsas y no para hacerse las víctimas, sino para justificar rajadas monumentales. Otro caso simbólico sería el del destacado etarra Josu Uribetxeberria Bolinaga (secuestrador de Ortega Lara) que literalmente se cagó encima cuando la Guardia Civil fue a por él. Como podemos ver, nada de lo que estos "gudaris" puedan estar orgullosos...

Los verdaderos gudaris

Queda demostrado entonces que aquellos temibles gudaris, si nos tenemos que atener a la historia, han demostrado ser una panda de cobardes desde la Guerra Civil hasta el terrorismo de la ETA. Esto no quiere decir que todos los vascos hayan sido unos cobardes. Ahí tenemos a Juan Sebastián Elcano, que fue el primer marino en dar al vuelta al mundo entre penalidades insufribles; a Catalina de Erauso, que se fugó a las Américas como una conquistadora; al célebre Blas de Lezo y Olavarrieta, que herido numerosas veces en combate defendió Cartagena de Indias de la mayor flota inglesa que había surcado los mares; o Cosme Damián Churruca, que murió combatiendo contra seis navíos ingleses a la vez en la Batalla de Trafalgar; entre muchos otros.

Pero estos verdaderos gudaris no le interesan al nacionalismo vasco, son junto a muchos otros los mejores soldados que ha dado el pueblo vasco y su denominador común es que vivieron y lucharon por y para España. Los "gudaris" de los abertzales, ni han sido soldados, ni han sido vascos.

Hispano

1 comentario:

  1. Juan de Urbieta soldado Vasco q Lucho en la batalla de Pavía y hizo prisionero al Rey Francés. Héroe Español

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