Páginas

lunes, 26 de diciembre de 2016

Panaroia abertzale con el conflicto del este de Ucrania

Adur Ramírez (uno de los detenidos por las agresiones de Alsasua) posa con una ikurriña junto a otros miembros de la expedición

Tras la caída del entonces presidente de Ucrania Víctor Yanukovich en 2014, Rusia se anexionó la península de Crimea y se organizaron dos bandos que en la actualidad mantienen una guerra de baja intensidad en el este de Ucrania, con implicaciones internacionales y apoyos de grandes potencias y bloques a ambos contendientes. Así como en círculos más conservadores o incluso de "extrema derecha" no tienen una línea marcada de apoyos, puesto que unos apoyan a Ucrania y otros a la Rusia de Putin, la extrema izquierda ibérica y los separatistas (en especial los separatas vascos) han mantenido desde entonces un apoyo sin fisuras a los conocidos como "separatistas pro-rusos". De hecho, hemos podido contemplar en televisión e internet como comunistoides españoles de todo tipo se paseaban por las regiones de Donetsk y Lugansk con banderas republicanas, ikurriñas y carteles en favor de los presos etarras, se montaban encima de tanques e incluso, empuñaban algún que otro viejo kalashnikov. 

Pues bien, desconocemos que historias les habrán contado a los batasunis en torno a este conflicto, pero la realidad dista bastante de estar en favor de sus tesis secesionistas en España.  La actual Ucrania, con Kiev a la cabeza, fue fundadora de Rusia con las siguientes mezclas: vikingos suecos, pueblos eslavos y cristianismo. Kiev fue donde comenzó todo, y Ucrania ha permanecido desde entonces pegada a Rusia en los distintos avatares históricos. Cuando Lenin y sus secuaces se hacen con el poder en el Impero Zarista, la actual Ucrania era una parte más integrante del imperio. Los sovietistas deciden refundar el viejo imperio ruso/zarista dotando al nuevo Estado de una organización de tipo federal, pero con un único Estado (eso sí, totalitario). Además, si bien el ucraniano y el ruso son lenguas emparentadas no dejan de ser dos lenguas distintas, y en la distribución territorial de las nuevas "repúblicas" federadas dentro de la URSS, numerosas poblaciones ruso-hablantes quedan de manera "forzosa" integradas en la república socialista soviética de Ucrania.

Mapa del Imperio Ruso/Zarista, con el territorio de la actual Ucrania como parte integrante del mismo

La URSS, que  mantiene a Ucrania dentro de su territorio, esta vez como "república" federada. La refundación de Rusia como república federal fue literalmente una "gran cagada" de los comunistas con numerosos conflictos territoriales todavía hoy sin cerrar

La división entre ambas ucranias es de corte cultural y lingüística (y eso que entre ambos idiomas existe una similitud parecida a la del castellano-portugués), así como cercanía con Rusia o con Occidente desde un punto de vista político y geoestratégico. En el fondo, cuando fuerzas las cosas y haces un mal "divorcio", con los años acaban aflorando nuevos conflictos

Cuando la gerontocracia soviética se enfrenta entre sí por el poder durante la segunda mitad de la década de los 80 y la República federal soviética (URSS) salta por los aires, son los separatistas ucranianos los que deciden separarse de Moscú para formar un Estado independiente, dejando a numerosos rusos y pro-rusos fuera de Rusia. Y son esos rusos y pro-rusos los que tras el conflicto político, social y cultural que implosiona en Ucrania a finales de 2013 los que apoyados indirectamente desde Moscú se levantan en armas.

Si trasladáramos el conflicto a España, es como si los separatistas aberchales consiguieran arrancar la Comunidad Autónoma Vasca y la Comunidad Foral de Navarra de España para su paranoica Eusqual Herria, y con los años y un buen Presidente en Madrid (del estilo Putin o Trump), los navarros que nos sentimos españoles nos levantáramos en armas contra Bilbao. Visto de esta manera, seguro a que algún aberchale un poco inteligente se daría cuenta de su terrible error al apoyar la causa pro-rusa, que no es separatista sino re-integracionista en Rusia. Siempre les quedará el consuelo de estar ante una supuesta "causa comunista", pero desde ya pueden abandonar toda esperanza, el bando pro-ruso no lucha por recuperar la URSS o una versión neocomunistoide de la misma, tradicionalistas, ultranacionalistas rusos (extrema derecha rusa) y cristianos-ortodoxos radicales apoyan y participan activamente en el conflicto desde el lado pro-ruso, y ninguno de ellos pelea ni sueña con volver a levantar la URSS de nuevo.

El actual conflicto en Ucrania, como el que aconteció en Georgia en 2008 y otros conflictos más o menos latentes en otros territorios limítrofes con Rusia derivan de una mala desintegración de la URSS, como también ocurrió con la implosión de Yugoslavia. Dudo mucho que a día de hoy por España se tome buena nota de lo acontecido en Yugoslavia o la URSS con las tensiones territoriales y nacionalistas, pero que tomen buena nota los separatistas que si algún día consiguieran momentáneamente sus objetivos, desde Navarra continuaremos peleando, pasaremos a ser "separatistas pro-Navarra y pro-España", y que en ese escenario con un buen Presidente/Presidenta del estilo Trump o Putin les aguaremos la fiesta.

La extrema izquierda fetiche española, exportadora de incultos que acuden a conflictos internacionales de "vacaciones"; por fortuna alguno de estos iluminados ha tenido que responder por sus gracietas ante las Justicia española

Mural en la Calle del Carmen de Pamplona a favor de los "separatistas" pro-rusos mezclado con ideología comunista

No hay comentarios:

Publicar un comentario