lunes, 16 de marzo de 2015

La Vasconización de las Provincias Vascas


La vasconización de las actuales provincias vascas Álava, Guipúzcoa y Vizcaya fue un proceso de invasiones realizadas por vascones del actual territorio navarro efectuado durante la caída del imperio romano y de la Hispania antigua. Se produjo en dos etapas: la primera entre los siglos V y VII, por el sur hasta el Ebro, bajo la presión de bárbaros; y la segunda entre el X y el XI, por el oeste, al extender sus dominios el Sancho el Mayor de Navarra, los vascones presionaron a várdulos y caristios hacia la llanada de Álava y hacia las sierras de Cantabria y Toloño, en la zona riojano-alavesa

Se produjo por tanto, una distinción entre vascones y vasconizados o vascongados, aunque unidos por una lengua común, el euskera, y un origen étnico y cultural. La diferenciación entre estas tres provincias estuvieron previamente establecidas desde la prehisotria con el asentamiento de tres tribus celtas: los caristios, várdulos y autrigones, desarrolladas durante la romanización y concretadas en el medievo.

Las investigaciones realizadas en base a las crónicas escritas y a la toponimia por historiadores como Menéndez Pidal, Caro Baroja, Sánchez Albornoz o Valdeavellano así lo verifican.

El origen de los vascos parece situarse en la actual Navarra, hasta Jaca y una franja al otro lado de los Pirineos, en la Aquitania, lo que los romanos llamaron Saltus Vasconum. Sobre su lengua hay muchas teorías y aun hoy no se tiene una certeza absoluta sobre su origen, pero la más popular y la que más defienden los expertos es que es una lengua ibérica más de las existentes hasta la llegada de los indoeuropeos (celtas), con la particularidad de que se ha mantenido hasta hoy, evidentemente con muchas aportaciones a lo largo de tantos siglos. Su sustrato racial tampoco era diferente al del resto de tribus de la península, y los restos fósiles hallados en tierras vascas no tienen ninguna particularidad respecto a los hallados en otras zonas de la Península Ibérica. Con la ayuda de los romanos, se quitarían de encima la presión indoeuropea y se extenderían hasta Guipúzcoa, Vizcaya y la Aquitania, desplazando a Várdulos, Caristios y Austrigones hacia el oeste.

A pesar de que muchos pseudohistoriadores nacionalistas nieguen o minimicen la romanización de Euskalherría, lo cierto es que ésta existió, sobretodo en la zona de Álava y en menor medida en las zonas montañosas del norte. Ya en época visigótica, los vascones mantuvieron conflictos bélicos con los visigodos, los francos al otro lado de los Pirineos y los suevos, que ocupaban la zona de Galicia. Nuevamente la geografía de la zona juega su papel, y gozan de más libertad en las bruscas montañas que en los llanos de Álava y Navarra; estos enfrentamientos se mantuvieron a lo largo de toda la época visigótica.

Tanto los romanos como las tribus vascas poseían los mismos enemigos comunes, lo que daría lugar a un buen entendimiento. Mientras los romanos colaboraron con las tribus vascas en expulsar a los celtas (llegados a tierras pirenaicas a partir del siglo VIII a.C.), las tribus vascas colaboraron con los romanos en sus guerras contra los cántabros y astures de origen celta.

Como aliadas imperiales que eran las tribus éuscaras, las zonas que eran conquistadas por los romanos a los celtas o íberos, eran posteriormente repobladas por grupos humanos de estas tribus vascas, lo que conllevó una extensión del euskara hacia el sur y afianzamiento de ésta hacia el este. Un ejemplo de ello, lo tenemos en Aragón, donde los vascones colaboraron con los romanos en las guerras contra los celtíberos. Una vez derrotados en el año 72 a.C., la colaboración vascona fue recompensada por los romanos con la jurisdicción sobre amplios territorios del Aragón occidental. Estos territorios, al sur, llegaban a 15 km de Salduia, la que después de su conquista sería llamada por los romanos como Cæsar Augusta, la actual Zaragoza.

Fue tal el grado de sintonía debido al respeto de los romanos a las diferentes tribus vascas y sus territorios, que incluso, hubo vascos enrolados en las legiones romanas en sus guerras contra los britanos. Unas guerras acaecidas en lo que hoy en día es conocido con el nombre de Gran Bretaña. Habiendo sido encontradas lápidas mortuorias de la época romana, con nombres eusquéricos, cerca de Londres, antigua Londinium romana.

A través de esta buena relación, se asentarían colonos romanos al sur de las tierras de estas tribus y en zonas mineras como las de Somorrostro en Autrigonia (Bizkaia) o en las llanadas de Aquitania, lo que daría lugar a las colonias romanas de la Novempopulania (nueve pueblos), en lo que hoy en día se conoce como Gascuña. Unos asentamientos que darían lugar siglos después al surgimiento de las lenguas y pueblos latinos de Castilla, Aragón y Gascuña, fruto de la romanización de la población vasca.

Aunque esta romanización, fue más notable al sur de las tribus vascas, en las zonas costeras y en la Aquitania. Si pervivió la cultura vasca, fue por la colaboración, buen entendimiento, y alianza de las tribus vascas con los romanos, no por un aislamiento que nunca existió.

Por "Blas de Lezo", sacado de: http://euskalherria.foroactivo.com/forum

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