martes, 3 de marzo de 2015

Decálogo feminista

Desde algún tiempo atrás, viene circulando por las redes (incluido twitters "antipatriarcales") este "decálogo feminista" apócrifo. De lo que no me cabe duda es que hoy en día existen chicas con graves problemas mentales y/o autoestima que realmente piensan así, desluciendo un movimiento con buenas bases al degradarlo y convertirlo en una doctrina del odio como la espectorada en este texto.

¿Os imagináis que invirtiésemos los géneros de este texto, cuanto tiempo tardarían en pedir que fuese a la cárcel?

Decálogo de compartamiento para hombres* que participan en espacios feministas

*Voces feministas que presencian estas prácticas cotidianamente

(Muy útil para aquellos lugares donde se quiere entablar un debate interesante, donde se creen nuevas reflexiones y no se pierda el tiempo: charlas, presentaciones de libros, proyecciones etc)

1. Escoge sentarte en un lugar que se encuentre en el margen del espacio. Si no hay sillas para todas, siempre podrás quedarte de pie o sentarte en el suelo en un lugar donde te asegures de que no dificultas la audición ni la vista de ninguna de las allí presentes. Pegado a la pared del final puede ser un buen lugar.

2. Nunca bajo ningún concepto seas el primero en abrir el debate. Aunque te parezca extraño, lo que tienes que decir no es tan importante. No es nada interesante que un debate con enfoque feminista vaya a estar guiado por la primera aportación de un hombre. Esto también incluye las anécdotas y los matices.

3. En la misma línea, nunca seas el último en cerrarlo. Es decir, si ya se están recogiendo las últimas intervenciones no pidas la palabra. Si por casualidad vas a resultar ser el último, cortésmente rechaza ese turno y deja que el debate acabe.

4. Abstente o reduce al mínimo el número de veces que vas a tomar la palabra. 2 veces debería de ser suficiente. Para casos en los que hay pocxs asistentes, puedes establecer tu número de intervenciones realizando un cómputo del número de veces que ha hablado la persona identificada como mujer que menos haya hablado y después dividirlo a la mitad.

5. Tus intervenciones también se verán reducidas por el número de cis-hombres que haya en la sala. Sí, las cuotas quizá no son lo mejor, pero hasta que el sistema heteropatriarcal sea parte de nuestra oscura historia, es lo que hay. Por tanto, fíjate cuantas personas hay en la sala, y después cuenta el número de hombres. Por ejemplo, si hay 30 personas, solo 4 hombres, y se recogen 5 intervenciones pues no podrás tomar la palabra. Para poder tomar turno, el número de hombres tiene que ser significativo con respecto a otras expresiones de género y siempre vuestras intervenciones deben ser reducidas, por ejemplo, a una cuarta parte; además de seguir las indicaciones del punto 4.

6. Respeta los silencios y no hagas uso de tu privilegio acaparador. No te preocupes si por algún momento parece que nadie tiene nada que decir. Esto no significa que haya llegado tu momento para hablar, sino al contrario, es buen momento para que demuestres tu capacidad de contención. Respira y espera que alguna compañera tome la palabra, si ninguna lo hace quizá estemos en el punto 3, damos paso a lxs moderadorxs del debate.

7. Cuando hables, sé breve, lo agradeceremos. Limita al máximo el tiempo de tu exposición, y sé conciso. No tenemos todo el día para escuchar todo lo que pasa por tu cabeza, y además no nos interesa tanto. Así que venga! demuestra esas dotes de síntesis tan maravillosas que ocultas por ahí o practícalas, y resume lo más posible lo que tengas que decir. Piensa, piensa y vuelve a pensar antes de ocupar el espacio con tu voz.

8. No intentes hacernos cómplices ni seducirnos con tu chistosa mente y oratoria. Gracias por querer hacernos la vida más amena, pero la carcajada fácil puedes ahorrártela para las cañas con tus amigos.

9. No robes las ideas de las demás, si ella ya lo dijo, no necesitas parafrasearla, gracias. Bastará con que hagas mención de reconocimiento a su aportación.

10. ¡¡¡Ven leído!!! Sabemos que esto es difícil, a veces también a nosotras nos resulta complicado mantenernos al tanto de todos los debates. Pero intenta hacerlo en la medida de lo posible, debes saber que las personas allí sentadas normalmente tendrán el tema bastante estudiado y les interesa mucho lo que se va a tratar. Por ello, no quieras ser el que convierta el debate en algo simplista y anodino, ni hacer perder el tiempo a lxs demás que están cansadas de oír los mismos argumentos vacíos, aburridos y heteromachocentrados.

11. Ten sentido del ridículo, eso que se llama vergüenza ajena también te incumbe. Así que haz uso del instinto que te señala “lo que vas a decir es una chorrada” y evítanosla.

12. En caso de sentirte perdido, porque no entiendes o no compartes los argumentos que presentan tus compañeras, recuerda, esto no es una guerra contra ti.  Mejor mantente en silencio y anota tus dudas en un cuaderno, cuando llegues a casa encontrarás un millar de respuestas en el ancho mundo de Internet, sumérgete! Si aún así, todavía te quedan dudas, seguramente podrás contratar, por el precio que estipule, a esa amiga feminista que tanto sabe (ella sabrá guiarte).

* Si esto llega a tus manos y eres un hombre que tiene trabajadísimas las cuestiones feministas, suponemos que no te sentirás ofendido. Sabes cuanto mal ha hecho tu género y por tanto entiendes el porqué de todo esto.



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