viernes, 16 de junio de 2017

Toponimia e ingeniería social abertzale


No es la primera vez que hablamos en nuestro blog del proceso de aculturación que están llevando a cabo los separatistas en materia de toponimia; es decir los nombres de las localidades, los ríos, las montañas y los lugares. Cambiarlos de forma arbitraria es una forma de ingeniería social, puesto que estos nombres actúan en nuestro subconsciente de forma irremediable al decirnos de donde venimos y por lo tanto quienes somos. No se trata de una maniobra de clarividencia, es un proceso muy evidente que están desarrollando delante de nuestras narices:

En primer lugar, están exigiendo que los pueblos de Navarra cuenten de forma oficial con una doble toponimia bilingüe ¿todos los pueblos? no, aquellos pueblos del norte de Navarra que tan sólo cuentan con un nombre vasco se quedan tal cual, porque esto del nacionalismo lingüístico va de euskaldunizar por decreto y no van a dar un paso atrás ni para coger carrerilla. 

Para esto último el euskogobierno prepara un "Proyecto de Decreto Foral por el que se establecen los criterios de uso y de expresión gráfica de las denominaciones oficiales bilingües de los núcleos de población de Navarra" y si no existen términos vascos para un pueblo porque por ejemplo se encuentra localizado en una zona del sur de Navarra donde nunca se ha hablado euskera, ya se los inventarán.

Una señal a la entrada de Lecumberri que algún patriota se ha encargado de decorar

En segundo lugar,  le están dando prioridad al euskera sobre el español en la cartelería oficial. Mientras que con suerte sólo el 13% de los navarros habla vasco y a penas el 7% lo utiliza; podemos decir que el español es el idioma común de todos los navarros. Cuestión que parece no gustar sobre todo a las alcaldías del PNV/Geroa Bai, que en la Comarca de Pamplona están rotulando carteles en los que el euskera aparece por encima del español, incurriendo en una falta de respeto hacia los ciudadanos a los que supuestamente tienen que representar. Pero es que la realidad social se la trae al pairo y ellos están para cambiarla; nos quieren dóciles y euskaldunes.


En tercer y último lugar, los términos vascos acabarán sustituyendo de forma unidireccional a los términos hispanos. Ejemplo de esto es la última asironada en Pamplona, que es cambiarle el nombre del barrio de la Chantrea a Txantrea. Sobre el origen francés del nombre de este barrio ya ha hablado de forma clara el bloguero Patxi Mendiburu (ver: "La Chantrea", por respeto) y sólo mediante una verdadera labor de ingeniería social pura y dura, la izquierda abertzale ha logrado cambiarle el nombre al barrio instrumentalilizando las asociaciones vecinales, culturales y deportivas; para dar lugar a engendros nominales como la peña Armonía Txantreana o la asociación deportiva UDC Txantrea KKE.

Pancarta de la peña Armonía Chantreana en 1980 antes del uso incorrecto y ridículo de "Armonía Txantreana"

La derecha navarrista ha dejado a lo largo de las últimas décadas la calle, la propaganda y la cultura en manos de los abertzales; al mismo tiempo que se recluía en sus torres de marfil para ejercer su "labor de gestión". Ahora que los enemigos de la Navarra foral y española controlan el poder y la narrativa cultural, recogemos lo que hemos sembrado y no nos engañemos, la finalidad última de los abertzales es erradicar cualquier rasgo hispano de estas tierras y lo lograrán si no hacemos nada para impedirlo. Va siendo hora de ponerse las pilas.

Hispano

2 comentarios:

  1. Es como la palabra pincho que no tiene nada de vasca, ya que viene del español pinchar. Si en Navarra y en la CAV se dice pincho (como en otras partes de España: Madrid, Burgos...) es porque la lengua vehicular es el español.

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