lunes, 9 de octubre de 2017

8 de octubre Barcelona, una fecha para la Historia


Ayer domingo yo fui uno más del millón de españoles que fueron a Barcelona a manifestarse contra el golpe de Estado que está siendo perpetrado por parte del separatismo en Cataluña, con la aquiescencia del gobierno de Mariano Rajoy.

En los días precedentes, grupos "antifas" se dedicaron a hacer llamamientos a bloquear las carreteras de entrada a Cataluña a partir de las siete de la mañana; e incluso a contramanifestarse una hora antes en el lugar de inicio de la convocatoria oficial. Obviamente tan solo eran maniobras propagandísticas cuya única finalidad era acojonar a los posibles asistentes, os puedo adelantar que en todo el día no vi a un solo independentista salvo en algún balcón y que los valerosos "antifas" estaban escondidos como ratas.

Cuando entré en Barcelona pude presenciar cómo grupos de ciudadanos salían de sus casas con banderas españolas y catalanas; y comenzaban a caminar hacia el punto de inicio de la manifestación. Esto sólo lo he visto en otra manifestación, la del año 2007 en Pamplona contra la negociación del ejecutivo socialista con la banda terrorista ETA.

Ya en el Ensanche, empezamos a ser partícipes del ambiente que se respiraba en Barcelona: gente cantando, motos con banderas, taxis pitando, coches con música a todo trapo... y grupos de personas que desde los lugares más diversos de la ciudad van convergiendo para ser ya una masa que se dirige hacia la plaza Urquinaona.

En las calles antes de llegar al lugar de inicio de la manifestación y a una hora de que ésta empezase, el gentío había dejado de fluir debido a que las plazas de Urquinaona y Cataluña estaban abarrotadas. Ante esto y como tantos otros manifestantes, fuimos por calles secundarias hacia la mitad del recorrido de la vía Layetana, en la plaza de Antonio Maura. Antes de que la manifestación comenzase, la mitad de la avenida ya estaba llena de patriotas que comienzaron a moverse delante de la cabecera de la manifestación hacia el punto de destino, en la Estación de Francia.

El ambiente fue ante todo festivo, familiar y reivindicativo; con gente de todas las clases sociales, mucha juventud y familias enteras de fiesta, todos ellos hablando en español. Hubo decenas de miles de personas vestidas con la bandera española (literalmente) así como todo tipo de banderas con toros, caballeros e incluso un jamón. De igual modo, también había banderas de Cataluña así como alguna bandera de otras comunidades. Pese a lo que dijo la prensa, las banderas de la Unión Europea fueron las menos. En lo que se refiere a los carteles, asistimos a la originalidad de los barceloneses, que improvisaron carteles a partir de los cartones de las cajas, muy al contrario del espíritu de las manifestaciones independentistas subvencionadas por la Generalidad.


A los cantos clásicos como "que viva España", "no nos engañan Cataluña es España" o los vivas a España, Cataluña, la Guardia Civil y la Policía Nacional; se unieron otros como "yo soy catalán y español", "no estamos solos",  "TV3 manipulación" (medio apesebrado que en sus fakenews había dicho que la manifestación era convocada por la Falange...), "donde están los Mossos amorosos", "Puigdemont a prisión" (gritos estos últimos reprobados por el PPC, PSC y SCC; demostrando que disponen de los medios para encauzar una convocatoria exitosa, pero están lejos del sentir del pueblo español) o "esa bandera no nos representa" cuando salía al balcón alguno de los dueños de las pocas casas que tenían una estelada.

Lo único que no me convenció fueron los discursos de las personalidades convocadas por Sociedad Civil Catalana. El que más le gustó a los asistentes fue el del primero del Premio Nobel de literatura Vargas Llosa, haciendo un llamamiento a no abrir más fronteras. Después Josep Borrel soltó un ladrillo en catalán (lengua que probablemente no entendía la mitad de los asistentes) que le bajó el ánimo una gente que no había venido a manifestarse ni por la democracia, ni por la Unión Europea, sino por su identidad nacional española. Después de otros discursos más cortos también en lenguas minoritarias extranjeras (inglés y francés) desconocidas por la mayor parte de los asistentes, vino otro final por parte de Sociedad Civil Catalana, que dispone de medios pero no tiene la voluntad de abanderar un discurso capaz de enardecer a las masas; cosa que sí que hizo el himno de España.

Fue tal la afluencia de gente, que al final de la manifestación todo el recorrido estaba abarrotado desde la Plaza de Cataluña hasta la Estación de Francia, esto son unos dos kilómetros de avenidas. Tanto medios tradicionales españoles, así como otros medios internacionales aparentemente afines al catalanismo (como la cadena de la propaganda rusa RT) cifraron la asistencia en un millón de personas. La Guardia Urbana de Ada Colau, situó la asistencia en 350.000 personas.
Una vez terminada la manifestación, la fiesta continuó por una ciudad tomada por las banderas españolas y nos fuimos detrás de los tambores de la Legión Urbana, siendo éste el punto y final de un movilización histórica que demuestra que el único movimiento transversal en España es... ¡ser patriota!


Hispano

1 comentario:

  1. Increíble. Por fin se puede ser PATRIOTA y de izquierdas; de derechas; y de todo lo demás. La clase trabajadora quiere ser ESPAÑOLA en Cataluña como en el resto de España. Esa es la verdadera revolución que nos espera.

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