jueves, 28 de agosto de 2014

Orígenes del pacharán


   No hay comida típicamente navarra que se precie en la que pueda faltar el broche final de una buena copa de pacharán y es que este licor es la bebida espirituosa de origen navarro por excelencia. Tal es la popularidad del mismo que incluso está comenzando a obtener reconocimiento internacional y hoy en día, si se busca, es posible encontrar pacharán en cualquier otro país de Europa o América del Sur, los Estados Unidos, Australia e incluso Japón.

   No se puede datar el origen histórico del pacharán a un momento concreto, aun que su origen se puede achacar a la costumbre inmemorial de macerar frutos silvestres en bebidas alcohólicas para que adquieran su sabor. Así, desde la Edad Media se tiene constancia de su alta consideración como bebida en las bodas de la realeza navarra o como tónico medicinal. Hay testimonios del consumo de endrinas en la corte navarra medieval, y de su popularidad da buena constancia el episodio de Don Melón y doña Endrina, dentro del Libro de Buen Amor de Juan Ruiz (siglo XIV). También está escrito que la reina Blanca de Navarra tomó este licor para remediar su dolor de estómago durante una estancia en el monasterio de Santa María de la Nieva (Burgos) en 1441.

   El licor no empieza a ser denominado "pacharán" hasta el siglo XIX y el término viene del vasco: Pattar (Aguardiente) y Aran (Endrino). Durante el siglo XX su uso está muy extendido y arraigado entre el pueblo navarro como bebida digestiva y comienza también a popularizarse en el resto de España. A mediados de los años 50 comienza la producción a nivel industrial de este licor, y es que hasta entonces se producía de forma artesanal.

   Hoy en día existen productores de pacharán a nivel industrial en Aragón, País Vasco y La Rioja. En Navarra se produce aproximadamente el 95% de la producción nacional de pacharán y existe una Denominación de Origen con un Consejo Regulador que controla las condiciones de fabricación de dicho licor para que pueda ser comercializado como "Pacharán Navarro". También existe una nada desdeñable producción casera de este licor.

   Para su preparación se emplean aproximadamente 200 gramos de endrinas maduras por cada litro de aguardiente anisada y se deja macerar durante 7 u 8 meses en un lugar fresco y oscuro, removiendo ligeramente cada cierto tiempo. Al final de este lapso, se decantan las bayas del licor preparado y se filtra el mismo para evitar partículas en suspensión.

   Es recomendable su consumo en copa de cristal y a una temperatura de 6-8 grados o en vaso de vidrio y con hielos. Su consumo tras una comida o cena copiosa está muy extendido, dada su acción digestiva. También existen múltipes cócteles a partir del mismo, aun que su consumo excesivo puede dejar una importante resaca. Cuentan que en tiempos este licor se consumía a cucharadas como un jarabe, cuando era utilizado como remedio, y que muchos niños mentían para que sus madres les diesen alguna cucharada. Estando este licor como está, no me extraña que mintiesen para que sus madres les diesen una cucharada.

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