miércoles, 20 de enero de 2016

Gaztetxerío social

Tras la noticia de la inauguración del gaztetxe de la calle compañía el pasado 5 de diciembre nos llega a los oídos el acaecimiento de que los okupas del mencionado local van a tener a su disposición el chalet de Caparroso (situado en Pamplona) con todo tipo de apoyo legal.

Para los que no lo sepan, un gaztetxe es un supuesto centro social donde acude la juventud para realizar una serie de actividades con el fin de evitar que hagan vida en otro tipo de locales como alternativa al consumo. Todo esto se lleva a cabo mediante la autogestión, los jóvenes son los encargados de limpiar el local, adecentarlo y aportar los medios para que tenga actividad. Dichas actividades pueden ser, sesiones de cine, charlas, conciertos, cursillos gratuitos, comidas, talleres de aprendizaje, consumo de drogas duras y diseño de material proetarra.

El “gaztetxe de iruñerría” es el último en aparecer desde el desalojo del euskal jai en 2004. Este tipo de locales son bastante comunes en diversos lugares de España, lo que más destaca de ellos... su pluralidad política. A todos los jóvenes les gustaría tener un local donde no gastar dinero y pasar un buen rato haciendo todo tipo de actividades pero estate seguro, si eres español, dudo que encajes en este tipo de lugares.


Los gaztetxes destacan por sus fieles y desaseados militantes, todos ellos de ultraizquierda, que ven estos locales como un acto de rebeldía y a su vez una buena labor por la sociedad. Sinceramente la idea de tener un local en desuso ocupado por jóvenes para dar una labor lúdica me parece genial, si no fuese porque todo ese colectivo de extrema izquierda lo usa como cueva de manifiesto político y contaminación ideológica juvenil. Curioso es el caso que tan sólo tres días después de la inauguración del gaztetxe de Pamplona se anuncie una charla sobre drogas “desde el conocimiento” (drógate pero píllasela al camello adecuado, no te vaya a estar vendiendo pladur).


Lo mejor de todo es que este tipo de locales totalmente en estado de ilegalidad, son apoyados por la alcaldía de Pamplona, por ello Bildu no ha dudado en cederles un edificio para realizar sus euskoactividades. ¿Estarán financiados por partidos como Bildu y otras organizaciones? No lo ponemos en duda. ¿Hará lo mismo la señorita Carmena con el Hogar Social Madrid? Los intereses políticos son lo primero a la hora de alimentar este tipo de casas con cierto parecido a fumaderos de crack del bronx en los 80. No es de extrañar que Bildu financie los talleres de pancarteo, consumo indiscriminado de porros, litronas de “keler” a mansalva y fomento al odio ideológico de este tipo de gente.

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