miércoles, 27 de enero de 2016

Esas pobres familias...


Hará unos pocos días nos llegaba el dramático testimonio de Eñaut Zubikarai, portero Vizcaíno ex-jugador de la Real Sociedad, actualmente juega en el CD Tondela, equipo recién ascendido a la primera división portuguesa. La vida de este futbolista se vio claramente afectada debido a la detención de sus padres por parte de la Guardia Civil en 1989. El motivo de esta detención fue ocultar a tres miembros de banda terrorista ETA en su domicilio, más tarde se descubriría que los padres de Eñaut tenían vinculación con la banda.

Eñaut no ha dudado en mostrar su lado abertzale y ha colaborado en numerosos actos de apoyo a los presos de ETA. Lo más sonado en esta historieta es que el Hércules CF de Alicante (ciudad en la que estaba preso Kandido Zubikarai, padre de Eñaut) se negó a hacer ficha a éste debido a las quejas de aficionados, ya que su podría herir la sensibilidad de muchos.


Sinceramente, te jodes. Hoy por hoy se tolera que personajes públicos apoyen sin ningún reparo a terroristas y a sujetos totalitarios. Dichos personajes públicos, ya sean actores, deportistas o políticos son bien recibidos por el colectivo antipulcro, aunque éstos apoyen la lucha obrera desde sus sillones en sus mansiones mientras twittean desde un iphone y se fuman un par de marlboros con una copa de chivas regal.

En cualquier otro país un individuo de esta categoría no tendría ningún futuro en cualquier labor que fuese representativa tanto para un equipo de fútbol, como para un partido político o el mismo país. Una noticia ya olvidada por muchos fue el debut en el Club Atlético Osasuna de un joven cuyas aficiones se basaban en dar palizas a críos e intentar saquearles mientras muestra su cuerpo-escombro de minibotas. Toda la afición le reía la gracia.

En un país que tolera todo menos la intolerancia están bien vistas todo este tipo de cosas, es obvio que cualquier persona lo pasaría mal al ver que sus padres están en la cárcel, pero la marginación social que puede producirse en cualquier familia al ver que algún miembro tiene vinculación terrorista es absoluta. No me quiero imaginar que pasaría si en una familia de EEUU (o de cualquier otro país) hay una detención por cualquier tipo de vinculación terrorista.

Lo más gracioso es que esta gente se cambia la chaqueta por cualquier cosa, y quien dice cualquier cosa dice dinero. Me hubiese hecho mucha gracia ver la reacción de Eñaut si la selección Española le convocase para uno de sus partidos. El ya mencionado minibotas ya aceptó acudir a los entrenamientos con la selección sub-17, toda esta gente vendería hasta a su abuela por dinero pero lo mejor de todo es la hipocresía y la poca convicción política de esta gente que no duda en apoyar a cobardes asesinos.

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