martes, 13 de junio de 2017

Navarra necesita más Winston Churchill y Charles de Gaulle y menos Neville Chamberlain


Aparte del conflicto bélico, el choque de las tres ideologías dominantes a nivel internacional en la década de los años 30 del pasado siglo (capitalismo, comunismo y fascismo), nos dejó lecciones muy curiosas para la historia desde un punto de vista político y diplomático. Una de las curiosidades fue las alianzas cruzadas y los cambios de bando; de hecho podemos apreciar desde pactos entre nazis y comunistas (Pacto Ribbentrop-Molotov 23.08.1939), el cambio de bando de Italia en 1943, o los sucesivos pactos capitalistas-comunistas a partir de 1941 (como las conferencias de Teherán, Yalta o Potsdam). Pues bien, si en algo se pueden parecer la situación de Centroeuropa entre 1936-1939 y la Navarra de los últimos cuarenta años, lo encontramos en el expansionismo nazi y la forma de afrontarlo por parte del resto de potencias europeas.

El expansionismo un tanto agresivo que propugnaban los nazis incluía una serie de reivindicaciones territoriales por las pérdidas ocasionadas por el Tratado de Versalles de 1919, y la reivindicación de otros territorios que nunca formaron parte de Alemania, como es el caso de Austria o la parte más al este de Polonia. Pues bien, una vez recuperada la región del Sarre en 1935, los alemanes continuaron su expansión mediante la absorción de Austria tras un golpe de estado y el asesinato de su canciller, Engelbert Dollfuss. Pocos meses después del Anschluss (integración por la fuerza de Austria en la Alemania del III Reich), en concreto el 30 de septiembre de 1938, Gran Bretaña y Francia daban luz verde a la ocupación nazi de los Sudetes checoslovacos, lo que produjo la inmediata ocupación del territorio reclamado por Alemania ante la estupefacta mirada de la comunidad internacional. Neville Chamberlain, por aquel entonces primer ministro británico, regresó a su país vendiendo la cesión ante Hitler como un "acuerdo de paz", como si por entregar Checoslovaquia a los nazis hubiera servido para apaciguarlos y así alejar el fantasma de una guerra en Europa. Once meses después de las cesiones de Chamberlain a los nazis comenzaba la II Guerra Mundial, como se ve, hay ideologías con las que el pacto, la cesión y el apaciguamiento es un suicidio a cámara lenta.

De izquierda a derecha.: Chamberlain, Daladier, Hitler, Mussolini, y Ciano fotografiados antes de firmar los Acuerdos de Múnich. ¿Sirven de algo las políticas de apaciguamiento para quienes jamás negociarán y cederán un ápice de sus pretensiones?

Precisamente durante la II Guerra Mundial nos encontramos ante dos grandes estadistas y patriotas que ante una crisis podríamos que calificar de "total", deciden dar un paso al frente y oponerse al enemigo. Estamos hablando de Winston Churchill (primer ministro británico del 10 de mayo de 1940 al 27 de julio de 1945, y Charles De Gaulle, líder de la Francia Libre del 18 de junio de 1940 al 25 de agosto de 1944. Con Francia ocupada por Alemania en 1940 y los británicos huyendo por Dunkerque, parecía que era cuestión de tiempo que Gran Bretaña cayera en manos alemanas. Sin embargo, dos personajes históricos de los grandes, con una actitud totalmente contraria a los Chamberlain de turno, dieron un paso adelante y consiguieron arrastrar a muchos conciudadanos a la resistencia frente a Alemania y sus aliados. De hecho, se podría decir que sin personas como Churchill y De Gaulle, la II Guerra Mundial habría resultado mucho más complicada y difícil de ganar para los aliados.

Llamamiento de De Gaulle a los franceses a resistir la ocupación alemana

Desde la España del siglo XXI (con memoria histérica de por medio incluida) resulta muy difícil comprender el alcance de las acciones (políticas y militares), declaraciones, arengas y discursos que pronunciaron de estos dos personajes (Churchill y De Gaulle) y el efecto que tuvieron. Si nos imagináramos ser británicos o franceses/polacos expatriados en el Reino Unido durante el comienzo de la Batalla de Inglaterra (intento de invasión alemana del RU), se encontraba el que era el ejército más poderoso en ese momento (el alemán) que había vencido todas las batallas e invadido media Europa. Con Francia rendida y ocupada, y la URSS domesticada por los nazis (pacto Pacto Ribbentrop-Molotov), si se hubieran hecho apuestas o encuestas, muchas habrían dicho que Inglaterra acabaría por capitular ante la maquinaria de guerra alemana, y fueron personajes como Churchill y De Gaulle quienes, aparte de las tácticas militares o acciones políticas, dieron ánimos a la población y a los combatientes para resistir el empuje enemigo. Los Chamberlain de turno, por cierto, habrían preferido pactar una rendición del Reino Unido, eso si, que fuera poco dolorosa.

Pues bien, si trasladáramos todos estos sucesos y personajes a la política navarra, nos encontraremos con muchos Chamberlain (como Urralburu, Otano o Juan Cruz Alli) y ningún Churchill o De Gaulle. Durante cuarenta años los constitucionalistas, no nacionalistas o simplemente navarristas y/o españolistas no hemos hecho más que ceder. Ley Foral de Vascuence (que en el fondo consagra la cooficialidad del eusquera a plazos), financiación del vascuence en todos los ámbitos de la sociedad, pactos políticos con nacionalistas (llegando incluso al tripartito de 1995 PSOE, CDN y EA), colocación de ikurriñas en numerosas instituciones y un largo etcétera, en fin, numerosas medidas políticas, económicas, sociales y culturales con objeto de intentar apaciguar a quienes jamás negociarán ni dejarán de reivindicar nada que no incluya en Anschluss de Navarra en Vascongadas para la posterior secesión de ambos territorios de España.

Cartel de la Segunda Guerra Mundial. Hoy a Navarra le toca combatir con proyectos de ocupación totalitarios que quieren acabar con nuestra identidad y nuestra libertad, el futuro depende no solo de nuestros enemigos, también del compromiso de todos aquellos navarros que no quieren ver diluida nuestra identidad en el proyecto político totalitario de "otros" que vienen de "fuera".

A ver si a los supuestos "constitucionalistas" se les mete en la cabeza que con Chamberlains no vamos a ninguna parte, que con apaciguamientos compramos la tranquilidad de hoy para quedarnos mañana sin futuro porque se lo hemos vendido a precio de saldo a nuestros enemigos. Por eso, ya es hora de reivindicar más políticos de altura, del estilo de Churchill o De Gaulle, que ya estamos hartos de Chamberlains que acabarán por ceder Navarra a las tropas de asalto batasunas, intentado así evitar un conflicto que será inevitable. Y decimos que será inevitable porque secesionistas vascos y catalanes jamás se conformarán con la independencia del País Vasco y Cataluña; los primeros reinvindicarán la Vasconia de Krutwig (PV, Navarra, La Rioja y partes importantes de Aragón, Burgos y Cantabria) y los segundos los mal llamados "Paisos Catalans" (la antigua Corona de Aragón sin Aragón, tal cual), y no pararán por las buenas o por las malas hasta conseguirlo.

A la izquierda, la gran vasconia de Krutwig, anelo último de los pan-vasquistas, que incluye un territorio mucho más amplio que la dichosa euscalherria, y a la derecha, mapa de los paisos catalans, que también incluye un territorio muchisimo más amplio que Cataluña.

2 comentarios:

  1. Wiston Churchill es Winston Churchill y Charle De Gaulle es Charles de Gaulle. Eson errores menores, no obstante el artículo está sumamente bien elaborado. Efectivamente Navarra necesita estadistas, tanto a nivel de España como de Navarra, de la talla de estos héroes.

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    1. Puesto bien, me pasa por copiar las cosas tal cual me las mandan :P

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