miércoles, 22 de noviembre de 2017

Derroche y discriminación en Navarra: eukaltegis, técnicos de euskera, bai euskarari... (1ª parte)


En la mal llamada zona mixta de Navarra hay una exigua minoría vascófona y eso es lo que ha convertido (por decisión política) en la práctica a esta zona hispanófona monolingüe en bilingüe por arte de birlibirloque.

"Ze Berri?" es una revista que fomenta el eusquera y que supuestamente no es política. La pagamos con nuestros impuestos por medio del Gobierno de Navarra, de los servicios de euskera de varios ayuntamientos navarros y hace menos tiempo se ha sumado la Universidad de Navarra. En su número 127 (ZEBERRI-127.pdf), el último, hay dos aspectos que reseñar.

Por un lado hay un artículo titulado "Jokin no se mea". En él se plasman las quejas de un abertzale intolerante que opina que Navarra no es normal porque el vascuence no es obligatorio "al menos" como asignatura entre los escolares de toda Navarra y cosas así. El eusquera, si es que se habló en zonas de Navarra por la mayoría de sus habitantes, por ejemplo en zonas como Tudela o Fitero, eso fue más o menos a la vez que cuando en Soria se hablaba celtíbero o en Valencia íbero.

Sea como fuere es una injusticia y barbaridad imponerlo. Pretender "normalizar" su situación no es normal y atenta contra los derechos de la mayoría de la gente. No me imagino a nadie sensato pedir recuperar el fenicio en Cádiz, Málaga, Cartagena o Ibiza. Eso es lo que plantea este tipejo en su artículo "Jokin no se mea" de la revista abertzale "Ze Berri?". Realmente no importa si se ha hablado euskera mayoritariamente hace 3000, 100 ó 20 años.

Por satisfacer a una minoría no se puede conculcar los derechos de la mayoría. Desde "Ze Berri?" se asevera, como prueba de que el euskera era mayoritario en tal o cual población, que se pedía párroco euscaldún (vascófono). Para empezar la gente de entonces no pedía que le mandasen curas euscaldunes por política como ahora. Pedían ese perfil de párroco euskaldún porque sólo hablaban euskera o a duras penas hablaban la lengua navarro-aragonesa mayoritaria.

En cambio ahora se pide un médico o un barrendero... euskaldun por política porque ya hace tiempo que no hay euskaldunes monolingües. Con la excusa de dar derechos a minorías se conculcan los de los demás poniendo la barrera del euskera para acceder a puestos de trabajo e incluso para mantener los ya existentes.

Según este elemento, que hubiera un grupo de gente que hablaba eusquera en tal lugar o tal otro lugar "es la prueba" de que el euskera era mayoritario ahí.

Yo conozco distintas personas que hablan euskera y viven en Zaragoza y en Madrid, pero eso no hace euscaldunes a ninguna de las dos ciudades como nos cuentan en "Ze Berri?" que acontecía con ciertas localidades en la Navarra medieval. Mucho menos se puede pretender que para hacer valer sus derechos exijan que allí donde vayan los vascohablantes haya trabajadores vascófonos.

No sería respetar sus derechos, sería pisotear los de los demás, porque la inmensa mayoría no tiene por qué aprender a hablar euskera con esa persona, puesto que ya habla español. Y esa injusticia de solo dar trabajo a los euscaldunes por unos supuestos derechos mal entendidos está causando una terrible discriminación laboral al 85% de navarricos.

Un derecho muy importante es que un funcionario sea capaz de redactar en español y que lo haga de forma gramáticamente correcta y ortográficamente correcta. Puesto que los que entran al puestico pasan un examen de euskera, pero a la hora de la verdad interactúan en el puesto de trabajo mayoritariamente en español, no es de recibo que no pasen un examen en español en el que se tenga en cuenta su forma de exponer, redactar... y su ortografía dando por hecho simplemente que saben el idioma.

No puede seguir habiendo dos varas de medir. No vale cometer faltas de ortografía en español al redactar informes y mantener el puesto como si nada y menos aún adquirir el puesto sin ni pajolera idea de gramática y ortografía española. En un lugar como Navarra donde el 85% no sabe ni papa de vascuence no se puede ser laxos con la manera de expresarse y redactar en el idioma abrumadoramente mayoritario: el español.

También hay que tener en cuenta de que si COMO EXTRA el conocimiento de otra lengua tiene que dar puntos esa debe ser el inglés al menos en ciertos ámbitos, pues por ejemplo hoy en día las instituciones sanitarias reciben informes de protocolos antivirales... y aunque vengan de Italia vienen en inglés.

Kontseilu, el partido político disfrazado de institución lingüística, ya lleva años pidiendo la oficialidad del euskera en toda Navarra. No, eso no es igualdad, pues poner legalmente al mismo nivel, el vascuence y el español, en un territorio donde habla vascuence bastante menos del 3% es privilegiar a la minoría que por el engañoso derecho a ser atendidos en euskera, todos, instituciones y empresas privadas, tienen que contratar a vascófonos (o sea abertzales). Y los demás o aprenden eusquera o al paro. El resultado es que la minoría pisotea los derechos de la mayoría.

Y eso es lo que está pasando en la zona mixta de Navarra y en la vascófona. Ahora el Gobierno de Navarra va a intentar aplicar esta injusticia en el conjunto de Navarra, bajo falsas premisas de hacer respetar derechos de minorías. Y las mayorías, ¿qué? No cuentan un pimiento.

Pamplona, Cizur Mayor, Barañáin, Villava, Burlada, Estella, Tafalla... no somos bilingües y sin embargo en la práctica toda la cartelería está en bilingüe y otro tanto pasa con las ofertas PÚBLICAS (el euscogobierno quiere hacer igual con las privadas). NO SOMOS BILINGÜES, al menos no de vascuence.

Que un 15% de la población sea capaz de hablar eusquera (aunque sólo la mitad quiera utilizarlo de continuo) no hace a esa población, ni en la Edad Media ni ahora, una población bilingüe. Es una población monolingüe con una escasa minoría bilingüe.

La segunda lengua más hablada de Navarra no es el vascuence, sino el inglés. 

Aquí no se pretende proteger una lengua, se pretende crear una nación. Los nacionalistas en Navarra están desesperados porque el vascuence va a menos y por eso paralizan o desaceleran la creciente demanda y oferta de inglés y ponen el vascuence como requisito en la administración para que todos se pongan a estudiarlo si quieren un  puesto de trabajo.

Al principio "solo" (sic) será obligatorio el euskera en la administración, pero después la administración extenderá su conocimiento a la empresa privada. Ya lo están haciendo fuera de Navarra con el catalán y el eusquera.

Están empeñados en expandir el eusquera porque saben que en toda academia (euscaltegui) y colegio no se enseña simplemente una lengua sino que se adoctrina en una ideología excluyente. ¿De qué se sorprenden de que el euskera cause tanta aprehensión?

Ze Berri?, una revista política, como tantas instituciones políticas disfrazadas de culturales, no debería recibir un solo céntimo de ayuntamientos o Gobierno de Navarra. Tampoco programas como Bai euskarari, que, entre otras cosas, hace que el ayuntamiento de tu municipio te pague el cartel de tu comercio si lo pones en bilingüe.

No hemos nacido ayer, la gente que se cambia el cartel no es que lo quiera tener bilingüe, sino que quiere cambiar el cartel viejo por uno nuevo y que lo pague el ayuntamiento, o sea, todos los vecinos. No entraré más a detallar las injusticias que promueve el programa Bai Euskarari. Lo malo es que cuando ves que has votado por un alcalde no nacionalista y firma estos convenios y se hace la fotico... se te queda una cara...

La misma cara que se te pone cuando ves el euscaltegui de tu pueblo o barrio que si tiene 10 aulas, 5 no se usan, dos son la secretaría y la recepción. El euscaltegui es la academia privada de euskera que adoctrina en nacionalismo (dicho esto con conocimiento de causa) y que vive del despilfarro de las subvenciones del gobierno.

Pamplonica

4 comentarios:

  1. En Álava ha pasado y está pasando exactamente lo mismo con el eusquera. Una vergüenza. Y los fanáticos, en vez de reconocer el esfuerzo que ha hecho y está haciendo la población con el **** eusquera, todavía se pasan el día denunciando cuando alguien en la administración o en sanidad suelta alguna palabra en español en medio de una conversación en eusquera tarzanero... menudo futuro nos espera si no conseguimos revertir la situación. En Álava tengo serias dudas de que se pueda recular, demasiados adoctrinados ya. En Navarra estáis a tiempo, aunque hay que pelearlo. Espero que tengáis mucha suerte.

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  2. Si tu eres de Vitoria de toda la vida, yo soy de Sangonera la verde.

    Lo que hay que aguantar de los foráneos....... hay Amá.

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    1. Lo que tienes que hacer es cuidar la ortografía y dejar que los foráneos se expresen como tú.

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  3. Nací en Pamplona. Las familias de mis padres son originarias de pueblos algo más al sur de Puente la Reina, sé que mis bisabuelos tuvieron como lengua materna el castellano (o español, me da lo mismo); estamos emparentados con montañeses cuya lengua materna es el vascuence y que hoy en día son bilingües. Gracias a ellos, en mi familia sabemos diferenciar el vascuence del batúa, ese engendro de los años 1.960/70 para unificar los localismos lingüisticos a base de destruir el vascuence auténtico a base de meter la "b" y la "k" hasta el punto de leer en la etiqueta de un envase "kalamareak salsuak" para decir calamares en salsa.
    Me niego a aceptar la imposición lingüística de quien pretende absorbernos porque para sentirse importantes necesitan un pasado lleno de reyes y, como no los tienen, necesitan apropiárselos. Una actitud parecida a la de los catalanes con respecto a Aragón (salvando las distancias y otras diferencias).
    En los '50, en el coro del instituto teníamos un repertorio de canciones regionales en castellano, vasco, gallego, etc. No viví como un problema la lengua materna de nadie.
    Hoy en día ni es lengua ni es materna, es solo una imposición dictatorial y yo ya viví una dictadura, no voy a aceptar otra. Y menos en la "aldea global" que supuestamente somos.
    Ni hablo ni hablaré el batúa. Ni tampoco acepto que alguien que se dice navarro por el hecho de nacer en Navarra (U. Barkos) esté empeñado en borrar nuestra identidad a fuerza de ley dictatorial.

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