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jueves, 19 de octubre de 2017

Monedero vino ayer a la universidad del Opus


El Observatorio Político y Electoral en la Facultad de Derecho de la Universidad de Navarra no se cortó ayer en traer al inefable Juan Carlos Monedero, profesor en la Universidad Complutense de Madrid y cofundador de Podemos. Monedero es un oportunista de esos que echan pestes de la educación privada, la iglesia y más aún del Opus Dei; hasta que le pagan, entonces es un pesetero más.

Nacido en Madrid e hijo de un patriota que actualmente milita en Vox, comenzó su giro hacia la izquierda a la tierna edad de 11 años. En 1984 empezó su carrera de Ciencias Políticas en la Complutense y para el 89 ya estaba realizando sus estudios de doctorado en la prestigiosa Universidad de Heidelberg, entonces ya había completado su giro del PSOE a la extrema izquierda. 

Tres años más tarde comienza también a dar clases en la UCM, puesto docente que aún conserva y que a partir del año 2000 compatibiliza con asesorías a Izquierda Unida primero y al Gobierno venezolano después, estando en contacto directo con el dictador actualmente fallecido Húgo Chávez.

Es esta su faceta más polémica puesto que se sospecha de forma bastante fundada que estas asesorías eran en realidad una tapadera para financiar al futuro Podemos, partido del que será cofundador en el año 2014 y al que países extranjeros como Venezuela pretendían impulsar como factor de desestabilización en España y la Unión Europea. 

De hecho, en el año 2013 funda Caja de Resistencia Motiva 2, empresa unipersonal que factura unos 425.000 euros en dos meses y sin empleados; todo esto mientras ejerce como profesor, tertuliano televisivo, escritor de libros y productor de La Tuerka. Esta es la obra de un genio de los negocios o de alguien que está utilizando una empresa tapadera para legalizar el dinero traído desde otros países.

El dinero ha debido de dejar de fluir para Juan Carlos, ahora que se pregunta en público sobre "¿qué coño quiero traer yo de Venezuela aquí?", lejos han quedado aquellos homenajes a Hugo Chávez en Caracas.


Las declaraciones de las que no se ha retractado aún son aquellas en las que afirmaba que la banda terrorista ETA empezó a matar a yonkis y traficantes de poca monta; en su guerra contra el consumo de heroína, droga que según él era llevada por la pérfida policía española al País Vasco, con el objeto de desactivar a la juventud.


Quizás el traer a Monedero es el premio por lo bien que se han portado sus compañeros de Podemos Navarra con las becas de la UNAV. Aunque ya puestos a ser abiertos quizás deberían de plantearse el traer a la próxima charla a Otegi, porque si le vamos a poner una vela al diablo, que sea a uno de los de verdad.

Hispano

miércoles, 30 de marzo de 2016

Hablamos sobre el Opus Dei


La Obra de Dios, uno de los múltiples temas objeto de polémica y fuertemente politizado por estas tierras. Para situarnos, la Prelatura de la Santa Cruz y Opus Dei (Obra de Dios en castellano) es una institución perteneciente a la Iglesia católica que fue fundada por San José María Escrivá de Balaguer el 2 de octubre de  1928, y erigida como prelatura personal el 28 de noviembre de 1982 mediante la Constitución Apostólica Ut sit otorgada por el papa San Juan Pablo II.

En la imagen de la izquierda, logotipo oficial del Opus Dei, a la derecha, el logotipo oficial de la Universidad de Navarra

El Opus Dei desembarca con fuerza en Navarra en 1952, para comenzar el 17 de octubre del mencionado año el primer curso académico de la Universidad de Navarra. Lo que comenzó siendo un primer curso con 48 alumnos y 8 profesores, acabará convirtiéndose en toda una empresa multinacional con cientos de trabajadores y cinco campus  (Pamplona, San Sebastián, y a través del IESE y del ISSA,  en Madrid, Barcelona y Nueva York). Además cuenta con 14 facultades, dos escuelas superiores universitarias, 17 institutos, escuelas de negocios e incluso, una Clínica  Universitaria tan conocida por todos, y el Centro de Investigación Médica Aplicada.

Pues bien, el Opus resulta tan controvertido por tres cuestiones fundamentales; por la figura de su fundador, por su ideario "católico", y por razones políticas. En cuanto a su fundador, canonizado en 2002 por el entonces Papa y hoy también santo Juan Pablo II, resulta controvertido y polémico por algunos detalles de su biografía. En principio, estaríamos ante un sacerdote que creó una residencia universitaria con objeto de impulsar entre estudiantes universitarios formación católica y espíritu religioso, o lo que nada habría que objetar. Sin embargo, la orientación preferente hacia clases sociales medias-altas y altas, la residencia de lujo en Roma (conocida como Villa Tevere), el cambio de nombre (bautizado con el nombre José María Julián Mariano Escrivá Albás, y sin embargo, públicamente conocido como José María Escrivá de Balaguer y Albás) y sobre todo el incidente del marquesado no han dejado en muy buen lugar la figura del fundador. El mencionado incidente aristocrático, para los que no lo conozcan, se trata de la obtención del Marquesado de Peralta por parte del santo, concedida en 1968 por el gobierno franquista mediante la influencia que para entonces ya ejercían los "tecnócratas del Opus" en los gabinetes ministeriales, y que, según el recientemente fallecido historiador Ricardo de la Cierva, fue otorgado "con buena intención, pero de forma irregular".

En la imagen, escudo de armas del Marquesado de Peralta. ¿Qué interés podría tener un sacerdote en obtener a toda costa un título nobiliario?; parece ser que entonces necesitaba ascendencia noble para poder ingresar en la Orden de Malta y fue lo que motivó a la "obra" y a su fundador a lograr la rehabilitación del marquesado en la persona del fundador.

La segunda cuestión polémica de la prelatura personal estaría en su ideario católico, si bien puede surgir desde dos puntos de vista; católico y anticatólico. En el segundo caso está claro, cualquier organización perteneciente a la Iglesia Católica recibirá aquellos ataques que procedan desde sectores hostiles al catolicismo en particular y al cristianismo en general, por el mero hecho de seguir la doctrina evangélica. Está claro que marxistas, anarquistas, laicistas, masones o liberales radicales, por poner como ejemplo, atacarán al Opus Dei al igual que puedan atacar al Vaticano, a los jesuitas, dominicos, maristas o a los kikos.

Desde un punto de vista católico, si bien el Opus no genera muchas simpatías entre los fieles del Papa, en muchos casos se debe a la mitología surgida en torno a la institución. De hecho, la crítica suele ser errónea, ya que no es por sus enseñanzas en materia  de doctrina religiosa por lo que se puede y debe criticar a la prelatura personal. Cualquiera de los textos de San José María Escrivá, como Camino, Surco y Forja pueden ser enriquecedores para cualquier católico, y no se encontrará en los mismos ninguna doctrina herética ni sectaria. Sin embargo, es su relación con "el mundo" y la obsesión de sus miembros con el poder y el dinero, así como la falta de crítica real y sincera hacia el sistema social, político, financiero y económico que subyuga a Occidente y que cada es más injusto, a la par que  más incompatible con la Fe y la forma de vida de cualquier cristiano (no solo católico), lo que aleja a la organización con lo que debería ser el ideal católico.

También, con acierto, se le ha criticado la estructura elitista dentro de la propia organización, incluyendo abuso de poder (ojo nada que ver con abusos sexuales) con aquellos miembros de la organización que se encontrarían en el escalafón más bajo. También sería discutible la figura del numerario del Opus, que entrega todos sus bienes, sirve íntegramente a la organización y está sometido a una dura y férrea jerarquía, que si bien podría ser comparable a la existente en cualquier orden monástica, no deja de resultar cuanto menos llamativa.

Además, al Opus Dei le aqueja el mismo mal que corroe a gran parte de la Iglesia Católica; la falta de verdadero espíritu evangelizador. Es más, resultaría dudosamente compatible con la doctrina  y el espíritu católico, así como con una verdadera evangelización, centros como la archiconocida escuela de negocios IESE de Barcelona, Madrid y Nueva York. Dicha escuela de negocios, para quien no la conozca, está orientada a la formación de altos ejecutivos de las multinacionales occidentales, y como tal, impregnada de ideología mundialista, y por lo tanto, en definitiva, anticristiana.

A lo que habría que añadir una cuestión más en relación con los miembros del Opus Dei; cualquier persona que conozca la obra (no es necesario haber sido miembro de la misma) ha podido observar cómo una serie de familias monopolizan numerosos puestos de trabajo y responsabilidad en el "holding" que tienen montado en Navarra a través de la Universidad-Clínica, colegios (Irabia, Redín, Miravalles...), y otras empresas como ediciones Rialp, Eunsa.... Pues bien, la realidad es que muchas de estas personas militan en el Opus más como medio de vida que como vocación, algo que, no es por nada,  pero a la larga se nota, y mucho. 

Lujosa sede del IESE Barcelona

Lujosa sede del IESE Nueva York

Por último, la polémica también surge en el campo político. Nombres como Juan José Espinosa, Federico Silva, Manuel Lora Tamayo, Gregorio López Bravo, Faustino García-Moncó o Laureano López Rodó todavía resultan familiares para muchos españoles; y no es para menos, fueron ministros en el gobierno franquista a la par que  miembros del Opus Dei. Debido a la etapa en la cual los tecnócratas, con el apoyo del almirante Carrero Blanco, monopolizaron la política (y parte de la economía) española durante el régimen franquista, en buena parte de la sociedad española ha calado el mito de considerar al Opus Dei como una organización cercana políticamente a la derecha española, cuando no puramente franquista o postfranquista (concepto que solo existe en la mente de la extrema izquierda española).

Sin embargo, la realidad es algo distinta; en el Opus Dei conviven personas de las ideologías más diversas y dispares, desde personas afines al Partido Popular como también al PSOE, CIU, PNV.... en incluso EH Bildu. Es más, la tendencia mayoritaria entre los miembros y simpatizantes del Opus está más cerca del centro izquierda o incluso del separatismo que de la derecha. A mayor abundamiento, en Navarra militantes del Opus llegaron incluso a controlar (o influenciar de manera decisiva, según como se mire) un partido político conocido por muchos; Convergencia de Demócratas de Navarra (CDN), partido que en su primera legislatura llegó a pactar un gobierno tripartito con el PSOE y EA, y con el apoyo parlamentario de IU. Con todos estos antecedentes, a  nadie le puede quedar duda alguna de que el Opus Dei no es una organización afín políticamente al derechismo, franquismo, o postfranquismo, muy a pesar de la extrema izquierda manipuladora e ignorante.

Extracto del artículo publicado en ABC en 1995 en el cual se hace eco de la enorme presencia y peso de miembros del Opus en el CDN que además, facilitó un gobierno tripartito filoseparatista

Desde sectores del Opus Dei se ha vendido que la participación activa de miembros de la obra en política respondía a un intento de influir en la misma. Personajes como el actual ministro del Interior en funciones, Jorge Fernández Díaz, presume públicamente de su militancia en el Opus Dei, lo mismo que el ex diputado y dirigente bildutarra Rafa Larreina (aunque en este caso más bien no presume de ello), sin embargo, viendo los resultados prácticos, parece que se sirven de la política para su causa personal, o en todo caso, a la de la Obra, y no al catolicismo en general. A todo esto añadir un dato que puede suponer todo un shock en los ambientes de la progresía (separatista o no) de Pamplona; el gran gurú ideológico Daniel Innerarity fue nada menos que numerario del Opus Dei.

En la imagen de la izquierda, López Rodó, ministro franquista. En la imagen de la derecha, Rafa Larreina, diputado en la legislatura 2011-2015 por Amaiur, repitiendo candidatura con EH Bildu en 2015 aunque por fortuna el 20-D no revalidó puesto en el Congreso. Tan dispares en teoría en lo político, y unidos ambos por su militancia en el Opus.

No quisiera terminar el presente artículo sin mencionar un incidente que muestra el estado actual de la "Obra" opusiana. En el año 2012 el escritor y periodista Enrique de Diego a través de la editorial de su propiedad Rambla publicó el libro que lleva por título "La tercera campanada". Se trata de un texto escrito por Escrivá de Balaguer en 1974 y dirigido a los miembros del Opus Dei en el cual, se advertía de manera casi profética los males que iban a aquejar a la Iglesia Católica del siglo XXI, afirmándose en el mismo que "toda una civilización (por Occidente) se tambalea, impotente y sin recursos morales", describiendo las causas morales de la crisis de civilización que hoy sufrimos en el viejo continente.

Pues bien,  a pesar del enorme enriquecimiento que puede aportar dicho texto para cualquier cristiano, la prelatura del Opus Dei intentó sin éxito vía judicial prohibir la publicación del libro por parte de la mencionada editorial Rambla. Una muestra más del estado de ruina en el que se encuentra una organización que pudiendo haber sido el motor de la Iglesia Católica del siglo XXI, subsistirá únicamente como una multinacional que se halla, para más inri, subordinada al mundialismo anticristiano.

Imagen de la portada del libro publicado por la Editorial Rambla "la tercera campanada", muy a pesar del Opus Dei

Viriato

lunes, 18 de enero de 2016

Uxue Barkos contra el Opus Dei


Negras nubes se ciernen sobre la Clínica Universitaria de Navarra. La que es probablemente la clínica privada con mejor reputación de España y desde luego el mejor establecimiento hospitalario de Navarra, además de uno de los centros punteros en investigación de nuevas terapias y medicamentos cuyo prestigio sitúan a Navarra en el mapa internacional, ha vivido mejores momentos y el clima político vasquista que nos toca sufrir hoy en día en nuestra tierra, amenaza el empleo de hasta un cuarto de su plantilla.

Hasta el momento estaba vigente un convenio del anterior Gobierno de Navarra por el cual los empleados de la Clínica Universitaria y demás centros asociados -la Universidad de Navarra con su museo y el CIMA- recibían su atención médica general en la Clínica a cambio de que el Gobierno Foral sufragase parte de este tipo de atención. Este convenio también abarcaba a las familias de dichos empleados y eran unas 7200 personas en total las que se beneficiaban del mismo, aliviando un sistema sanitario público que pese a ser reconocido como uno de los mejores de España, también cuenta con listas de espera y carencias inherentes, como sabe cualquiera que haya acudido a urgencias y le haya tocado esperar durante horas para ser atendido.

Cualquier batasuno diría que este convenio era un chanchullo de UPN para desviar dinero público a sus amigos en el Opus Dei. La realidad es que este acuerdo suponía de forma objetiva un ahorro para los contribuyentes, puesto que el gasto asumido de forma pública suponía una cantidad sensiblemente menor de lo que habría costado atender a todas estas personas en el sistema sanitario público. En otras palabras, prescindir del convenio es deficitario para las arcas forales, nos va a costar más dinero de nuestros impuestos a los navarros y además va a saturar aún más la sanidad puesto que por el momento el euskogobierno ha previsto que para atender a más de 7000 personas tan sólo hacen falta dos médicos, un pediatra y cuatro enfermeras más, a los que ya se ocuparán de exigir saber euskera, claro está.

Pero esta decisión no obedece a ningún criterio técnico, la expresión tan cacareada por el gobierno del "kanvio" de Uxue Barkos cuando quiere decir que está imponiendo algo por bemoles. En este caso son las fobias y las filias del euskogobierno las que mandan, a pesar del hecho de que este convenio le resulta más barato al Gobierno de Navarra que atender a estas personas en el sistema sanitario público, los vasquistas dicen que son enemigos declarados de todo lo que huela a religión católica y más aún del Opus Dei. Ya se encargaron de dejarlo bastante claro sus lacayos de ETA, perpetrando en su historia seis atentados contra la Universidad de Navarra.

Esta guerra entre los abertzales y la Obra parece que viene de largo como ya digo; uno de sus últimos episodios fue la polémica en torno al centro de bioingeniería que la Universidad de Navarra pretendía ubicar en el actual emplazamiento del Centro Politécnico Donapea que se encuentra anexo al Campus de la Universidad de Navarra. El caso es que la UNAV por algún motivo se había encaprichado de esta ubicación, como si fuese la séptima colina con la que hacerse y solo ahí pretendía realizar este proyecto que habría dado empleo a unas 200 personas, buena parte de ellas altamente cualificadas. 

A cambio de la adquisición de este terreno, el Departamento de Educación iba a construir un nuevo centro en el cercano barrio Echavacoiz que asumiría las funciones del de Donapea y las acrecentaría en forma de "campus de la formación profesional", algo que no habría venido nada mal puesto que los accesos e instalaciones de este centro ya avejentado dejan bastante que desear. Como es obvio, el proyecto no salió adelante por la oposición de la izquierda y sobre todo de los abertzales, que llevaron a cabo una furibunda campaña en contra. 

En el tira y afloja, el rector de la UNAV ya amenazó con llevarse este proyecto a San Sebastián, maniobra esta digna de una mente privilegiada, puesto que supondría llevarse con él no solo sus puestos de trabajo a la provincia con menos paro de España, sino a la única provincia gobernada por aquel entonces por la misma izquierda abertzale, que no se había cortado un pelo en sabotear su proyecto cuando le venía bien a Navarra, que no cuando le venía bien a ellos en Guipúzcoa.

Precisamente esto último es lo que nos puede enseñar la moraleja de toda esta historia: si algo podemos aprender de la de la experiencia del Opus Dei en su trato con los nacionalistas de todo pelaje, es que toda cesión hacia un Saturno dispuesto a devorarlo todo nunca es suficiente y que para eso es mejor actuar en conciencia propia y no pensando en que les guste o no a los nacionalistas lo que se haga. 

De nada van a servirle a la Obra los guiños al vasquismo como iniciar y terminar discursos en euskera en una universidad con vocación nacional e internacional, y en la que por lo tanto probablemente el 99% de la gente presente en el acto no tendrá ni pajolera idea de euskera; ni la tolerancia hacia los numerarios que como Rafael Larreina militan en un partido independentista como Amaiur, que el problema no es que sea vasquista, sino que sea compatible pertenecer al Opus y ser diputado por un partido que aún no ha condenado de forma expresa la violencia de ETA y que hace campaña activa a favor del aborto (por mucho que en las votaciones, él se ausente).

De seguir por este camino la Obra se llevará la Clínica Universitaria, y si se tercia la Facultad de Medicina o incluso la Universidad entera. Quienes lo sufriremos seremos los navarros, puesto que se iría de Navarra una las mejores universidades de España que atrae a más de 10.000 estudiantes cada año y que supone una inyección de dinero en la comunidad probablemente sólo superada por la Volkswagen. Pese a estos futuribles, el hecho es que el Opus Dei ya tiene una nueva "Clínica Universitaria de Navarra", situada cerca de la autopista A-2 en Madrid, unas instalaciones que por cierto pueden ser ampliadas.

De momento, la no renovación de este convenio con mucha probabilidad va a suponer despidos en la Clínica Universitaria que pueden suponer hasta el 25% de la plantilla, trabajadores que se van al paro y que recordemos a los vasquistas que la mayor parte de los trabajadores de la CUN no son de la Obra, y de hecho hay hasta personas de su cuerda. Con el ataque a la Universidad, el Cuatripartito no gana nada contra sus enemigos políticos, que tampoco pierden nada, porque las obras del Opus Dei no hacen política y si actúan en sociedad no pocas veces han actuado con personas, con dinero, con ideas y con espacios contra la Navarra Foral y Española. En el fondo, tampoco pierde la Universidad, que siempre tiene el recurso de irse al menos en parte. La que pierde, si esto no se arregla, es Navarra y los navarros. El gobierno euskaldún de Uxue Barkos se vuelve a lucir. Claro que a ellos una Navarra pobre y en crisis siempre les atrae para que venga Urkullu a rescatarnos.