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viernes, 13 de abril de 2018

El manifiesto de cien intelectuales (franceses) contra el separatismo islamista


Somos ciudadanos de opiniones diferentes, y muchas veces opuestas, que nos hemos puesto de acuerdo para expresar, aparte de toda actualidad, nuestra inquietud frente al aumento del islamismo.  No son nuestras afinidades las que nos reúnen, sino el sentimiento de que un peligro amenaza la libertad en general, y no solamente la libertad de pensar. Lo que nos reúne hoy es más importante que lo que es probable que nos separe mañana. 

El nuevo totalitarismo islamista busca ganar terreno por todos los medios y a presentarse como víctima de la intolerancia.  Hemos podido observar esta estrategia cuando el sindicato de enseñanza SUD-Éducation-93 proponía hace unas semanas un curso de formación con talleres de reflexión sobre el “racismo de Estado”, prohibiendo la entrada a los “blanco/a.s”. Algunos monitores eran miembros o simpatizantes del Colectivo contra la islamofobia en Francia y del Partido de los Indígenas de la República (PIR).  Ejemplos como éste se han multiplicado en los últimos tiempos.  Así, hemos sabido que la mejor manera de combatir el racismo sería separar las “razas”.  Si esta idea nos choca, es que somos todos republicanos.  

También escuchamos que, puesto que las religiones son pisoteadas en Francia por una laicidad “instrumentalizada”, hay que dar a aquella que es minoritaria, es decir, el Islam, un lugar especial para que deje de ser humillada. La misma idea continúa así: parece que, cuando las mujeres se cubren con un velo, estarían protegiéndose de los hombres, y que ponerse aparte les permite emanciparse.   El punto en común de estas proclamas es pensar que la única manera de defender a los “dominados” (no es vocabulario nuestro sino el de SUD-Éducation-93) sería ponerles aparte de los otros, y darles privilegios. 

No hace mucho tiempo, el apartheid reinaba en Sudáfrica.  Basándose en la segregación de la raza negra, el país quería disculparse creando unos bantustanes donde se les concedía una autonomía ficticia. Un sistema así ha desaparecido, felizmente.  Pero resulta que hoy hay un apartheid de nuevo cuño que se le propone a Francia, una segregación al revés según la cual los “dominados”  conservarían su dignidad buscando refugio respecto a los “dominantes”.  Entonces, ¿quiere esto decir que una mujer que se quita el velo y sale a la calle sin él tendría problemas?  ¿Quiere decir que una raza que se relaciona con las otras sería humillada?  ¿Quiere decir que una religión que acepta ser una entre tantas otras perdería su dignidad? 

Y en cuanto a los franceses musulmanes, o de cultura musulmana sin ser creyentes, que aman la democracia y quieren vivir con todo el mundo, ¿el islamismo ha previsto ponerles en un lugar aparte a ellos también?  Y las mujeres que se niegan a estar encerradas, ¿quién decidirá por ellas?  Y los demás, aquellos que no merecen por lo visto ser protegidos: ¿estarán bajo llave en el campo de los “dominantes”? 


Todo esto choca de frente con lo que se ha trabajado en Francia para garantizar la paz civil.  Desde hace tiempo, la unidad del país se ha fundado sobre la indiferencia respecto a los particularismos que pudieran ser causa de conflicto.  Eso que se llama el universalismo republicano no consiste en negar los sexos, las razas o las religiones, sino en definir el espacio cívico con independencia de ellos para que nadie sea excluido. 

Y ¿cómo no ver que la laicidad protege también las religiones minoritarias?  Ponerla en peligro nos expone a la vuelta a las guerras de religión.  

¿Para qué puede servir este segregacionismo de nuevas formas? ¿Debe solamente permitir a los « dominados » salvaguardar su pureza viviendo entre ellos mismos?  ¿No tiene como objetivo afirmar la secesión respecto a la comunidad nacional, de sus leyes y de sus costumbres?  ¿Acaso no es la expresión del odio mejor representado contra nuestro país y nuestra democracia?    

Que cada persona viva según la ley de su comunidad o de su casta y en el desprecio a la de los demás, que cada uno sea juzgado solo por los suyos, esto es contrario al espíritu de la República.  Esta fue fundada sobre el rechazo a los derechos privados aplicados a categorías específicas y exclusivas, y sobre la eliminación de los privilegios.  Las mismas leyes para todos nosotros, esto es lo que nos garantiza la República.  Lo que llamamos, simplemente, la Justicia. 

El nuevo separatismo avanza disfrazado.  Quiere parecer benigno, pero es en realidad el arma de la conquista política y cultural del islamismo.   El islamismo quiere estar aparte puesto que rechaza al resto de la sociedad, incluyendo a los musulmanes que no comparten sus puntos de vista.  El islamismo detesta la soberanía democrática ya que le niega toda legitimidad.  El islamismo se siente humillado cuando no es él quien domina. 

No hay ninguna razón para aceptar esto.  Queremos vivir en un mundo completo donde los dos sexos se miran sin sentirse insultados por la presencia del otro.  Queremos vivir en un mundo completo donde las mujeres no son juzgadas como inferiores por naturaleza. Queremos vivir en un mundo completo donde las personas pueden relacionarse sin temerse.  Queremos vivir en un mundo completo donde ninguna religión sea quien mande. 

Traducido por Calíope

lunes, 21 de agosto de 2017

Islam: ¿pastilla azul o pastilla roja?


Estrenada en 1999, la película Matrix fue una de las superproducciones más taquilleras de su momento. Aquél cóctel que aunaba escenas de acción con artes marciales e innovadores efectos especiales, el interesante argumento que tenía lugar en un oscuro universo ciberpunk y el trasfondo filosófico que terminaba de aderezar el filme; convirtieron al largometraje en algo más que un éxito para la crítica y el público. Más que una película de culto, Matrix es un icono cultural cuya influencia es palpable hoy en día.

En una de las escenas más recordadas por todos, su protagonista ya como Neo (interpretado por el sufrido Keanu Reeves) se enfrenta a la disyuntiva planteada por Morfeo (Laurence Fishburne) de elegir entre una pastilla azul que le devolvería a la ilusión generada por Matrix y una pastilla roja que le mostraría la realidad tal y como es. En efecto, la pastilla azul representa la seguridad que uno puede encontrar en la ignorancia autoinducida, mientras que la pastilla roja representa el conocimiento de la realidad que a menudo puede resultar doloroso. Este dilema no es nuevo y buena parte del planteamiento de la película gira en torno a una alegoría del mito de la caverna de Platón.

A estas alturas, pocas cosas nuevas os puedo contar respecto a los trágicos sucesos acaecidos el pasado jueves en Barcelona, hechos que inevitablemente nos retrotraen a todos a aquella fatídica mañana de jueves, aquel 11 de marzo del año 2004 en que nos contaron que había tenido lugar un atentado en Madrid... pero algo ha cambiado desde entonces y es que las Redes Sociales han sacado a relucir una realidad alternativa que los medios de masas no quieren que conozcamos; aquellos que han decidido tomarse la pastilla roja hoy se cuentan por millones.

No os quiero llevar a engaños, aquellos que siguen eligiendo la pastilla azul ganan por goleada. Unos, temerosos de no seguir la corriente general, siguen tragándose el mito del Islam como una religión de paz, ignorando el hecho palpable de que el Islam más que una religión es una teoría político-religiosa que lleva expandiéndose militarmente los últimos catorce siglos y para la cual los cristianos no somos personas y podemos ser esclavizados o asesinados según establece el Corán.

Con esto no quiero decir que el común de los musulmanes sean violentos per se porque no es así, simplemente han elegido no llevar a la práctica los preceptos más extremos de su confesión; ya sea por ser desagradables para ellos o quizás por puro pragmatismo, a imagen y semejanza de Mahoma, que como es lógico cuando contaba con pocos seguidores llamaba a la paz y la tolerancia; pero que en cuanto hizo hegemónico su poder, llamó a la conversión o el asesinato de los "infieles" allá donde fuesen encontrados. No es que los terroristas islámicos del llamado Estado Islámico sean malos musulmanes como se empeñan en decir, es que cumplen a rajatabla las enseñanzas del último de sus profetas.

Tampoco faltan aquellos que se han dado un atracón de pastillas azules y que están dispuestos incluso a ejercer la violencia contra todo aquel que discrepe de la benevolencia de una supuesta religión que establece en sus escrituras más sagradas que una mujer vale la mitad que un hombre, que puede ser corregida mediante el maltrato físico y que tomar esclavas sexuales en la yihad es totalmente legítimo. 

Son estos al fin y al cabo los mamporreros que, pobrecitos ellos, sin tener mucha idea están defendiendo los intereses de algunas élites económicas que ven a los inmigrantes musulmanes como la mano de obra barata que puede contribuir a rebajar las condiciones laborales de las clases obreras autóctonas y llegado el momento, sustituirlas por una población con unas menores expectativas de vida.

Pero como os vengo diciendo, cada vez son más los que se escapan a las redes del pensamiento único y escogen la pastilla roja, aun al riesgo de resultar represaliados por leyes creadas para perseguir crímenes de opinión, como decir que los niños tienen pito. 

Hasta un votante convencido de Podemos me preguntaba el otro día en el trabajo si la solución al problema del terrorismo islámico era deportar a los musulmanes, a lo que yo le respondí que si hace 500 años ya fue difícil expulsar a los moriscos, hoy en día ese tipo de solución resultaba poco realista, menos aun si le seguía votando a políticos como Pablo Iglesias o Manuela Carmena que pretenden traer aún más inmigrantes de países islámicos para crear su voto clientelar, que nuestras condiciones laborales sigan precarizandose y ya de paso desgastar al cristianismo.

Después de cada matanza los medios de la progresía intentan vendernos que el problema es la islamofobia, de los atentados terroristas ya nos olvidaremos. Quieren aparentar que poseen la verdad, pero en el fondo tienen miedo porque el día que despertemos de este letargo y nos enteremos de lo que nos están haciendo como pueblo, podemos estar muy cabreados. Otro día hablamos de cómo la importación de cientos de miles de musulmanes sólo porque no hablaban español, el uso político de los Mozos de Escuadra y el subsecuente vacío del Estado en Cataluña; han creado el caldo de cultivo apropiado para el terrorismo islamista en esta comunidad.

¿Y tú que eliges, la pastilla azul o la roja? Yo te puedo asegurar que aquí sólo tenemos pastillas rojas.

Hispano

miércoles, 21 de diciembre de 2016

Otro atentado islamista y seguimos sin aprender


A no ser que los últimos días hayas estado viviendo en otro planeta, ya sabrás que el pasado lunes tuvo lugar un atentado terrorista en Berlín en el que resultaron asesinadas 12 personas. Recapitulando: un individuo de identidad oficialmente desconocida secuestró probablemente a punta de pistola un camión junto con su conductor -de nacionalidad polaca- que se hallaba realizando una ruta comercial entre Turín y Berlín. Una vez que el terrorista tomó el control del camión, se dirigió al centro de la capital alemana, su objetivo: un mercado navideño situado en una zona muy turística.

En algún momento de este trayecto, el terrorista asesinó al conductor haciendo uso de un arma de fuego y al llegar al lugar del ataque, se abalanzó con el camión a gran velocidad y con las luces apagadas; contra una muchedumbre en un mercado navideño. Tras atropellar a más de medio centenar de personas, el terrorista hizo chocar el camión contra un pino navideño. El atacante aprovechó la confusión del momento y huyó del lugar, dejando un saldo de 12 muertos y 48 heridos, por el momento. La colaboración ciudadana llevó a la detención de un "refugiado" pakistaní en las inmediaciones de este lugar, pero a estas horas ha sido puesto en libertad ya que la policía alemana duda que este haya sido el autor del atentado.

Si digo que se trata de un ataque islamista se debe en primer lugar a que las agencias de inteligencia europeas ya habían avisado del alto riesgo de un atentado islamista durante estas navidades, que hace cinco días ya fue detenido en Alemania un menor de origen iraquí por intentar inmolarse con una bomba en un mercado navideño, que ya se han producido ataques terroristas de similares características -como el atropello masivo en Niza que se saldó con 84 muertos- y a que el propio Estado Islámico ha reivindicado la autoría de este ataque terrorista.

La policía alemana y los principales medios europeos jugaron desde el primer minuto al despiste, especulando que se trataba de un accidente aún incluso horas después de que trascendiese que la empresa propietaria del camión había denunciado el robo, que el chófer de la empresa había aparecido muerto con impactos de bala en el asiento del copiloto y que el principal sospechoso detenido era un refugiado de origen pakistaní. Tanto es así que más de seis horas después del ataque, y cuatro desde que el Estado Islámico lo reivindicase, la policía alemana aún no hablaba de un atentado terrorista. Otros medios españoles como El País, La Razón o el ABC; habían señalado erroneamente como responsable del "accidente" al conductor polaco del camión, llegando incluso a afirmar que este había sido detenido. A estas horas, el autor de la masacre aún permanece huido.

Una vez posada la polvareda, hemos conocido que entre los heridos por este atentado, se encontraba un jóven español con fracturas en tibia, peroné, tobillo y cadera. Así mismo, durante la tarde de ayer corrió como la pólvora en WhatsApp y RR.SS. que el estudiante español herido en Berlín era a su vez un abertzale que había publicado mensajes en twitter justificando la lucha armada (el terrorismo) de ETA, relativizando la autoría de otros atentados islamistas; e incluso por paradójico que parezca, llamándole "nazis" a las empresas alemanas o expresando su odio por la navidad. Como es obvio, no somos nosotros los que nos vamos a reir de una víctima del terrorismo islamista, a pesar de que el euskalpijo fuese un gilipollas de manual. Sólo cabe esperar que el joven bilbaíno se recupere pronto y que habiendo resultado herido en un atentado terrorista, sea capaz de reflexionar y ponerse en el lugar de las víctimas del terrorismo de ETA que él apoya.


Mientras en España, según los analistas de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, el islamismo radical avanza sobre todo en Cataluña, lugar en el que se sitúan la mitad de las mezquitas salafistas de España. No es una casualidad que en el 2013 el CNI reclamase la expulsión del súbdito marroquí Nouredinne Ziani por hacer proselitismo salafista y trabajar para los servicios secretos de Marruecos. Este islamista también era, qué casualidad, el encargado por el partido secesionista Convergencia Democrática de Cataluña (Antigua CiU) para actuar como engranaje entre el movimiento separatista catalán y los inmigrantes musulmanes en Cataluña, hasta el punto de que trasladó la sede de su asociación (Unió de Centres Culturals Islàmics de Catalunya) a el local de una fundación de CDC.


¿Cuántos atentados terroristas más hacen falta para comprender que el Islam tal y como es enseñado en el Corán es una ideología político-religiosa incompatible con la democracia?

Hispano

jueves, 15 de septiembre de 2016

El islamista que intentó quemar la iglesia de Fontellas vuelve a actuar de nuevo

San Bartolomé, decapitado en la iglesia de Ribaforada.

Esta semana abríamos el blog con la noticia del marroquí que había intentado quemar la iglesia de Fontellas en la Ribera Navarra. Recapitulando, este islamista había sido detenido un día después de este atentado contra el patrimonio religioso de Navarra y a las pocas horas había sido puesto en libertad con una orden de alejamiento de diez metros sobre los lugares de culto cristiano. Pues bien, esta medida ha resultado tan eficaz que durante la noche del martes este mismo individuo volvió a dar rienda suelta a su furia iconoclasta, esta vez ha cometido destrozos en la iglesia vieja de Ribaforada. 


En un principio se creía que durante esta nueva algarada del islamista sólo había sido destrozada una cruz de piedra de la fachada del templo, a la tarde pudimos saber que este descerebrado también había logrado acceder al interior de la iglesia donde la había emprendido a golpes hasta decapitar una imagen de San Bartolomé, patrón de Ribaforada. Así es como pocas horas después la Guardia Civil procedió a detener a este integrista durante la mañana del miércoles pasado.


Como ya dije en la entrada del lunes, la reacción de la judicatura ante el primer atentado había sido de risa: poner en libertad a un indivíduo que no sólo había reconocido su autoría en la quema del retablo en Fontellas, sino que afirmaba que este tipo de acciones le iban a llevar al paraíso. En libertad eso sí, con una orden de alejamiento de diez metros a cualquier lugar o acto donde se rinda culto cristiano. Los hechos han acabado demostrando que las leyes laxas y garantistas de Occidente nada tienen que hacer contra la fe de unos fanáticos que no tienen nada que perder y que haciendo su parte para destruir los pilares de nuestra sociedad dicen tener garantizada la salvación eterna.

Ya lo dijo aquel líder religioso musulmán: "Gracias a vuestras leyes democráticas, os invadiremos. Gracias a nuestras leyes religiosas, os dominaremos" y aún quedan demasiados ciegos incapaces de comprender que en este mundo donde el materialismo parece inundarlo todo; aún quedan personas dispuestas a darlo todo a cambio de nada, en este caso por una ideología político-religiosa que se ha propuesto conquistar el mundo para que no haya un solo rincón en el que no impere la Sharia.

¿Y nuestra respuesta ante este ataque frontal consiste en una miserable orden de alejamiento? Este individuo debería estar a estas horas de camino a la Audiencia Nacional para ser juzgado por un acto de terrorismo, porque ha dejado de ser un gravísimo acto de vandalismo contra nuestro patrimonio histórico desde el momento en que este sujeto ha actuado con la finalidad manifiesta de atentar contra los valores religiosos de la sociedad occidental en aras de destruirla. Una vez cumplida su pena, ya sí, habría que proceder a su expulsión de vuelta a Marruecos, lugar en el que a buen seguro no se verá importunado a cada momento por nuestros iconos religiosos, más que nada porque está prohibido hacer proselitismo cristiano en Marruecos.

Parafraseando a aquel líder de la Europa Oriental: si algún musulmán ansía la imposición de la ley islámica en nuestros países bien haría en volverse de vuelta a un país musulmán en el que impere la sharia. Son estas minorías religiosas las que necesitan vivir con nosotros y no al revés, por lo tanto son ellos los que tienen que adaptarse a nuestra forma de vida y nuestras leyes, no nosotros a las suyas. Por supuesto, no toleraremos faltas de respeto por parte de estas gentes hacia nuestra forma de vida y nuestra cultura.


Hispano

lunes, 12 de septiembre de 2016

¿Esto no es cristianofobia? Un islamista intenta quemar la iglesia de Fontellas


A estas alturas ya os habréis enterado de que la iglesia del pueblo ribero de Fontellas sufrió un ataque por parte de un islamista radical que la intentó quemar, para los que no han oído nada: al principio de la tarde del pasado jueves los vecinos del pueblo notaron la presencia de un individuo que caminaba por el tejado de la iglesia. Dicho personaje ganó acceso al templo a través del campanario y prendió fuego al retablo de la iglesia, resultando un incendio que fue sofocado por los bomberos de Tudela; no sin antes provocar cuantiosos daños como la destrucción de la talla de la patrona del pueblo, la Virgen del Rosario, así como otras figuras y el propio retablo del siglo XVII.

De la investigación policial se encargó la Policía Foral, pero tan sólo 24 horas después la Policía Nacional ya había detenido en Tudela a un sospechoso del incendio. Esta celeridad puede indicar dos cosas; o bien que el individuo era un torpe y había cometido un error de bulto que había servido para identificarle, o que ya estaba siendo investigado desde antes por hechos similares, extremo que parece confirmado en sus declaraciones posteriores.

No nos causa mucha sorpresa que el presunto incendiario fuese un súbdito marroquí de ideología salafista (islamista radical), aunque en este caso lo de presunto casi sobra ya que este personaje ha confesado ser el autor de este y otros hechos similares, así como que con esta quema "se ha ganado el cielo". Que se trata de un ataque islamista no es algo que me invente, sino que el propio juez que está instruyendo el caso ha hecho notar que este individuo actuó motivado por su contrariedad a los valores religiosos occidentales y que por esto mismo se ha dedicado a quemar banderas situadas en balcones de particulares. También se investiga si es el responsable de otros ataques que han causado desperfectos en otras iglesias de la Ribera.



A nivel judicial y pese a la gravedad de estos hechos junto con la evidente peligrosidad de este individuo recientemente radicalizado; el Juzgado de Instrucción Número 3 de Tudela se ha limitado a imponer una irrisoria medida cautelar en forma de orden de alejamiento de 10 metros respecto de templos católicos así como de cualquier acto religioso público o privado.

El tratamiento en la prensa nacional ha sido casi el de ocultar este acto de terrorismo; pocos medios como el ABC o la Gaceta se han hecho eco de la noticia; mientras que otros como El País, El Mundo, TVE, la Sexta... le han hecho el vacío. Aunque realmente no sé qué es mejor, que lo oculten o que nos tomen por gilipollas y digan que era algún tipo de enfermo mental, como está sucediendo en el resto de Europa con otros actos de terrorismo no convencional. Esto no ha sucedido en los medios a nivel regional como el Diario de Navarra, el digital Navarra.com o el Mentizias; que sí que se han hecho eco de la quema y la detención del sospechoso. 

Notoria ha sido también la callada de todos esos colectivos de "tolerantes" que no dudan en señalar como islamófobo a cualquiera que se muestra contrario a esas tradiciones islámicas taaan enriquecedoras como esa obsesión de tapar a la mujer para anularla como persona. Un ejemplo notorio sería el de SOS Racismo Nafarroa, del que decir que es filoabertzale es poco ya que en su cuentas de redes sociales se dedica a publicitar cuentas proetarras taaan tolerantes que ya hemos perdido la cuenta de la veces que de forma velada o no; han incitado, reivindicado o justificado la violencia hacia sus adversarios políticos.

No obstante, recordar que esta asociación es una filial de la organización francesa SOS Racisme, fundada a mediados de los años 80 por el socialista François Miterrand y que tiene por fin la aparentemente loable lucha contra los prejuicios raciales... pero que si digo que este es su fin aparente, es porque antiguos colaboradores han denunciado públicamente un secreto a voces: que guiada por un evidente sesgo ideológico esta organización se había dedicado a ocultar las agresiones en las que se habían dado casos flagrantes de agresiones racistas por parte de extranjeros contra franceses autóctonos, sirvan como ejemplo las declaraciones de Omar Djellil (subtítulos en lengua inglesa), además de servir a modo de cajón de sastre para colocar a personas del Partido Socialista francés.

Pero estas actitudes hipócritas no me sorprenden ya que particularmente estos individuos, que en Navarra se identifican con la extrema izquierda abertzale más rancia, a menudo aplauden cualquier agresión por motivos religiosos, siempre y cuando el agredido sea un cristiano. A esto mismo fin se dedicaban sus homólogos en el 36. Tampoco sorprende el vacío de unos medios que al fin y al cabo buscan que no cunda el pánico, sí, pero en aras de no perjudicar a los intereses económicos de los grandes poderes fácticos que deciden qué es noticia y qué no. 

Lo que realmente me sorprende es la laxitud con la que la judicatura ha actuado: no es que este individuo haya causado un daño irreparable a nuestro patrimonio, que también, es que este incendio provocado es un acto de terrorismo ¿acaso servirá de algo la orden de alejamiento en caso de que este islamista decida que ahora no tiene nada que perder y que el camino más corto al paraíso pasa en primer lugar por comprar un cuchillo de grandes dimensiones en la ferretería de la esquina?... en todo caso Dios no quiera que algo así ocurra.

Hispano

jueves, 16 de abril de 2015

El día que la yihad llegó a España


El pasado domingo se cumplieron 30 años de un misterioso ataque terrorista que en su tiempo fue el mayor atentado que había sufrido España, récord luctuoso que desgraciadamente se vería superado dos años más tarde por el atentado de ETA en el Hipercor de Barcelona.

El 12 de abril de 1985 era una noche de sábado cualquiera en el restauraurante parrilla "El descanso", situado en el kilómetro 14,200 de la autopista a Barcelona, muy cerca de la base aérea de Torrejón de Ardoz. La España de por aquel entonces se encontraba sumida en un periodo convulso de su historia: el gobierno de Felipe Gonzalez había cerrado una transición a democracia no exenta de toques de atención como el intento de golpe de estado de 1981. Estos años también serían conocidos como los años de plomo por la virulencia del terrorismo etarra, así como el de diversos grupos terroristas más minoritarios como los Grapo.

Otros factores como el referéndum de permanencia de España en la OTAN, que tendría lugar al año siguiente, así como la incorporación de España a la Comunidad Económica Europea o la próxima visita del presidente de Estados Unidos Ronald Reagan, habían servido para agitar el discurso de diversos grupos de extrema izquierda opuestos a los intereses de la Unión Europea y Estados Unidos.

Pero la vida seguía igual en la casa de comidas: aquella noche los clientes se amontonaban en grupos esperando el momento de cenar, pero fue un individuo solitario el que llamó la atención del camarero del local y diversos comensales: se trataba de un hombre joven de unos 27 años, complexión normal, pelo castaño tirando rubio y un bigote característico. Esta persona se dirigió al camarero en un perfecto español para pedirle en dos ocasiones sendos botellines de cerveza. Otros testigos de los sucesos aseguraron haberle visto dejar una bolsa de deporte tipo bandolera debajo de la barra y junto a la puerta de los lavabos.

Sea como fuere, alrededor de las diez y media de la noche sobrevino la tragedia: una potente carga explosiva detonó dentro del local destrozándolo por completo, consecuencia de este acto execrable e indiscriminado perdieron su vida 18 personas cuyo único crimen había sido estar cenando fuera de casa como cualquier otra noche de sábado. También resultaron heridas de diversa consideración cerca de un centenar de personas que en ese momento se encontraban en el establecimiento.


Tras el atentado, quedó el dolor de las víctimas y la incertidumbre con respecto a la autoría del mismo. Fueron recibidas varias llamadas atribuyendo el atentado a la banda terrorista ETA y otros grupúsculos de ultraizquierda, sin embargo estas autorías serían descartadas en la investigación posterior. Los explosivos utilizados tampoco aportaron pruebas concluyentes con respecto a los autores del mismo, aún a día de hoy se desconoce si el explosivo utilizado fue cloratita, pentrita o TNT, estimándose su cuantía en entre 5 y 15 kilogramos. Sería el Mossad (servicio secreto israelí) quien apuntaría hacia el terrorismo islamista, acusando al Frente Popular de Liberación de Palestina de haber perpetrado la masacre.

En un principio se pensó que este establecimiento había sido elegido como objetivo terrorista debido a que dada su cercanía a la base aérea de Torrejón de Ardoz, era frecuentado por militares norteamericanos y sus familias. De hecho de los 82 heridos totales contabilizados, 11 eran de esta nacionalidad. Sin embargo, todos aquellos que habían resultado muertos eran de nacionalidad española. De ser así los terroristas habían elegido una mala hora para perpetrar el atentado, las 22:30 de la noche resultan ser una hora intempestiva para que los estadounidenses se encontrasen cenando.

A los pocos días del atentado, otros grupos islamistas de Oriente Próximo como la Yihad Islámica en Beirut, se atribuyeron la autoría del ataque, los expertos apuntaron que este grupo presumiblemente sería una pantalla del grupo islamista libanés Hezbolá. Sin embargo, la reivindicación más creíble fue la de un grupo escindido de la Organización para la Liberación de Palestina que se hacía llamar Waad (la promesa) y que aportó una fotocopia de los envoltorios de los azucarillos del establecimiento atacado. En esta misma proclama aseguraron que seguirían atentando contra los intereses de los "sionistas" y los Estados Unidos allí donde se encontrasen.

No sería de extrañar que este atentado se enmarcase dentro de la campaña terrorista que emprendieron los terroristas palestinos en Europa con motivo de la invasión israelí del líbano entre los años 82 y 85, bajo este pretexto, cometieron atentados con bomba en París y Frankfurt, así como diversos secuestros de aéreos.

Las pesquisas policiales resultantes se dirigieron hacia una participación mixta en el atentado que incluiría a libaneses poniendo la información y palestinos aportando el factor técnico. Sin embargo, debido a la falta de pruebas adicionales el sumario permaneció estancado hasta su archivo provisional en 1987. En los años 90 el juez Garzón abrió nuevas vías investigativas en torno a un traficante de armas sirio llamado Al Kasar que presumiblemente habría estado implicado en el mismo, pero los interrogatorios a Abu Ziad, un colaborador de dicho traficante de muerte, resultaron fútiles. Actualmente Al Kassar, también conocido como "el príncipe de Marbella", cumple condena en una prisión federal de los Estados Unidos por intentar venderle armas a la guerrilla de las FARC.


La última línea de investigación llegaría bastantes años más tarde, con motivo de los fatídicos atentados del 11 de septiembre en Estados Unidos y la subsecuente invasión del Afganistán de los talibanes, que había servido como santuario a los terroristas de Al-Qaeda. Si bien existía un retrato robot del presunto autor de la masacre, la policía no había sido capaz de encontrar similitudes entre el mismo y los islamistas fichados que por aquel entonces residían en España. Con motivo de la aparición en la prensa de una foto de Mustafá Setmarian, un sirio nacionalizado español que acabaría colaborando con Osama Bin Laden, uno de los testigos protegidos lo reconoció como el misterioso hombre de bigote que era el principal sospechoso de colocar la bomba.

El Departamento de Estado de EE.UU. pondría un precio de 5 millones a la cabeza de Setmarian, que por aquel entonces sería el número cuatro de Al-Qaeda y había estado encargado de campos de entrenamiento de terroristas, así como de su programa de armas de destrucción masiva. Si que sabemos a ciencia cierta que Setmarian fue detenido en la ciudad de Quetta en Pakistán en el año 2005, a partir de ahí su pista se vuelve difusa, probablemente fue entregado a Siria, país que lo tenía en busca y captura, aunque no se sabe a ciencia cierta si actualmente está encerrado o en libertad. Otras teorías apuntarían a que permanecería encerrado en alguna prisión ilegal de la CIA, por ejemplo en la isla de Diego García localizada en el océano Índico.

A día de hoy Mustafá Setmarian es buscado por las autoridades españolas por su presunta participación en el atentado de "El descanso", así como de testigo por los atentados del 11 de marzo en Madrid. Injustamente olvidado, el atentado de "El descanso" es a día de hoy el tercer ataque terrorista más grave que ha sufrido España, por detrás del 11-M e Hipercor. Este cruel atentado sigue sin resolverse, tampoco se conoce con seguridad quienes fueron los responsables directos del mismo. 


No hay que olvidar que hoy en día España sigue siendo un objetivo del terrorismo islamista internacional por haber formado parte de la Umma (comunidad de creyentes del islam) durante la Edad Media, ocupación de la que justamente nos despojamos y esto es algo que más de 500 años después, grupos terroristas como Al-Qaeda o el novedoso ISIS ni olvidan, ni perdonan.