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jueves, 9 de agosto de 2018

El PSOE del GAL ahora quiere indemnizar a las "víctimas de abusos policiales"


Es público y notorio, aunque haya pasado bastante de puntillas, que el separatismo vasco pretende blanquear el terrorismo etarra. Memoria histórica, especialmente de la guerra civil y el franquismo, y violencia policial, parapolicial y de “ultraderecha” están siendo utilizadas y manipuladas con objeto de blanquear, tapar y justificar el terrorismo etarra, ni más ni menos. 

Mientras nos dan una enorme matraca con sucesos acaecidos hace ochenta o cien años, tratan que la gente olvide sucesos acaecidos hace diez o veinte años, siempre metiendo todo en el mismo saco con la finalidad última de justificar, aunque sea de manera indirecta, la violencia perpetrada por los separatistas. En tiempos de violencia etarra, cada vez que se cometía un asesinato o intento de asesinato, los peneuvistas y batasunos solían dejar caer perlas como el “algo habrá hecho” para pretender justificar los crímenes.

En Navarra, la ocurrencia del cutrepartito, siguiendo la estela de una ley similar en el Parlamento Vasco impulsada por PNV, neo-batasuna, y también con el resto de las izquierdas, ha sido sacar una Ley de reparación de víctimas de abusos policiales con objeto de justificar a los etarras y de paso, darles un buen pellizco de dinero público (que ronda desde los 35.000 hasta los 390.000 euros según los supuestos previstos en las leyes). Resulta llamativo que ni el Parlamento vasco ni el navarro haya aprobado nunca una ley de reparación de víctimas del terrorismo secesionista o de ultraizquierda que además de asumir el relato de las víctimas les haya contemplado unas indemnizaciones de similar entidad. Por cierto, los primeros que empezaron a mover el tema en 2012 no fueron el PNV ni neobatasuna, sino el PSE-EE-PSOE de Pachi López, alias “Pachi Nadie”.

En el caso de la Ley vasca, el Gobierno frankestein de Sánchez ha retirado el recurso ante el Constitucional, por lo que permitirá a la ley salir adelante. Sin embargo, la ley foral fue recurrida y tumbada en su día por el Tribunal Constitucional, lo que obliga en el caso navarro a su replanteamiento o dejar el proyecto en el cajón. Precisamente ha sido el PSN el que ha reclamado al cutrepartito retomar el proyecto cumpliendo con las trabas puestas por el TC.

Resulta curioso que el PSOE se meta en un charco cuando, en primer lugar, ha sido el primero en tener víctimas de la violencia etarra, víctimas que no han obtenido un reconocimiento similar institucional y de su partido al previsto para los etarras que pretenden premiar con estas leyes (ejemplo reciente: https://www.larazon.es/espana/el-psoe-veta-el-homenaje-a-un-companero-asesinado-por-eta-LC14529345, https://okdiario.com/espana/2017/02/14/psoe-lasarte-rechaza-homenaje-concejal-socialista-asesinado-eta-753096). Es más, mientras el PSOE prepara una ley de memoria histórica más que discutible desde un punto de vista democrático que perseguirá la más mínima disidencia respecto del relato oficial que pretenden imponer, se niega a sancionar cualquier acto de homenaje a los etarras (https://okdiario.com/general/2018/08/06/gobierno-rechaza-sancionar-ley-homenajes-etarras-2909858). 

Pues bien, la cosa no queda ahí, porque si entramos a valorar la violencia policial y de ultraderecha que pretenden reparar las leyes vasca y navarra, nos encontramos con que, en el período que va de 1982 a 1996, durante los cuatro ejecutivos seguidos del PSOE de Felipe González, nos encontramos por un lado con numerosos actos de “violencia policial” en sede institucional, y por otra, con la violencia para-policial de los GAL que, como fijó abundante jurisprudencia de nuestros altos tribunales, afectó de lleno a numerosos cargos del PSOE, algunos de los cuales (ministro y secretario de Estado incluidos) acabaron en la cárcel. Luego resulta bastante hipócrita que reconozcan la violencia policial y parapolicial que gobiernos socialistas ampararon y practicaron (hay cargos condenados por ello, no es ninguna invención) y el PSOE curiosamente reconozca que se ha ejercido dicho “daño”, fije incluso indemnizaciones y, sin embargo, no haya pedido perdón expreso y público por el supuesto “daño” infligido.

Este blog no tiene por objeto valorar la supuesta violencia policial, parapolicial o de cualquier otro signo que acaeció durante aquellos aciagos años, pero resulta de chiste de mal gusto que el partido que desde luego practicó, de manera sistemática, terrorismo de Estado condenado por los propios tribunales de justicia españoles ahora venga a aprobar leyes que supondrán apoyar el relato etarra, blanquear sus crímenes e indemnizar a cientos si no miles de batasunos con dinero público. 

Ya que han llegado a la cumbre de su imbecilidad, por lo menos no estaría mal que el PSOE entonara su meaculpa y pidiera perdón público por esa supuesta violencia policial que acaeció durante tantos años de mandato socialista. Llegados a este punto, los socialistas ya no tienen remedio, prefieren arrimarse al separatismo que dar la cara por la nación más antigua de Europa.

miércoles, 23 de mayo de 2018

Que se passe-t-il en Navarre?


Qu´ est-ce que la Navarre? Navarre est en Espagne? Que se passe-t-il en Navarre? Cette vidéo dévoile des faits incontestables par rapport à la réalité et l´histoire de la Navarre comme territoire espagnol agressé par l´ETA et ses larbins du nationalisme basque.

Manifeste: Nous sommes Navarrais, nous sommes Espagnols. http://www.navarraresiste.com/2014/11/nous-sommes-navarrais-nous-sommes.html

Español: ¿Qué está pasando en Navarra? https://www.youtube.com/watch?v=NahIyxRX9Us

English: Whats happening in Navarre? https://www.youtube.com/watch?v=-OiMHJsK14c

Deutsch: Was ist in Navarra los? https://www.youtube.com/watch?v=ZA4RMz21Pwc

Español (versión móvil): https://uploadfiles.io/1n7kj (descarga 14.4 MB)

English (portable): https://uploadfiles.io/fn92d (18.8 MB download)

lunes, 21 de mayo de 2018

«Todos los derechos para todas las personas»: enésima -pero nada casual- mutación ideológica de la izquierda abertzale


Este sábado 19 de mayo de 2018, el partido político “abertzale” Sortu escenificó en Bilbao (http://www.eitb.eus/es/noticias/politica/videos/detalle/5603931/video-acto-sortu-bilbao-arena-19-mayo-2018-nuevo-ciclo/) lo que denomina su «nuevo ciclo abierto tras la decisión de ETA»: evidentemente se refiere a la disolución definitiva de la banda terrorista.

En un -como siempre- muy cuidado  multitudinario escenario público, la siempre omnipresente y referencial matriarca Elena Beloki (https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=4705048) afirmó que «Al igual que hace 60 años, seguimos siendo aquella fuerza que brotó del pueblo y continúa persiguiendo la libertad». En Román paladino: Sortu es la heredera directa de ETA.

Por su parte, el secretario general de Sortu, Arkaitz Rodriguez, apeló al «relevo generacional» de la izquierda abertzale «sumándose a las luchas que están en la calle», marcando que el «nuevo ciclo (…) debe regirse por un principio fundamental: todos los derechos para todas las personas, desde los derechos individuales hasta el derecho a decidir libremente y democráticamente su futuro».

El eslogan elegido es muy significativo: “todos los derechos para todas las personas”. Un lema que perfectamente podría ser esgrimido por el PSOE, IU, Podemos, ERC, etc., etc. Y de hecho, ya lo vienen entendiendo y aplicando como deriva inevitable de su “cultura política”.

Desde nuestros análisis en este blog hemos intentado señalar constantemente una de las grandes “virtudes” del discurso específico de la “izquierda abertzale”: su capacidad de anticipación o, incluso, de apropiación, de cualquier espacio reivindicativo que asomara en las sociedades vasca y navarra a lomos de la creciente globalización mundialista.

La autodenominada izquierda abertzale –por todos es conocido- es el movimiento socio-político desplegado por ETA. Ya en sus inicios, ETA se desdobló en varios “frentes”: político, cultural, obrero, militar.

Posteriormente se dotaría de sucesivos “brazos” políticos (inicialmente varios de manera simultánea), hasta dar con la fórmula precisa que, tras numerosas vicisitudes judiciales, alumbró al actual Sortu (partido hegemónico en la coalición genéricamente abertzale e independentista EH Bildu).

La izquierda abertzale, de manera gradual a lo largo de sus ya 60 años de historia, desplegaría múltiples “organismos populares”, sectoriales y especializados; dotados de cuadros militantes y  medios materiales específicos. Así vieron la luz entidades propias de su idiosincrasia (relacionadas con el euskera, el ocio, la atención a sus presos y familiares), pero también otras de carácter ecologista, sindical, juvenil, rural, internacionalista (cooperación al desarrollo militante sobre el terreno), industria cultural, feminista, gay, etc.

ETA y sus satélites siempre han estado muy atentos a las sucesivas oleadas sociales y mediáticas procedentes de las “factorías” del pensamiento radical-progresista que -ya sabemos- han alcanzando carácter hegemónico en nuestra sociedad; en buena medida gracias a la colaboración y pasividad de las formaciones de centro-derecha, mudas y desconcertadas ante tales embestidas.

Superado el “socialismo real”, la “nueva izquierda” de los años 70 en adelante, el efímero “Nuevo Laborismo”, el finalmente corrupto “socialismo bolivariano”, mutado el comunismo chino en un partido elitista aliado con el capitalismo más duro, etc., el pensamiento radical-progresista ha elaborado una enésima reformulación ideológica que, como todas sus anteriores, mantiene una naturaleza dialéctica: proletarios versus poderosos, explotados  contra explotadores, machistas y feministas, ecologistas y expoliadores… heteropatriarcales versus derechos LGTBI.

«Todos los derechos para todas las personas». Una afortunada formulación sintética de las aspiraciones últimas del pensamiento radical-progresista: todo lo que puedas imaginar será posible gracias a la Ciencia y a la Técnica y tendrás derecho a ello. No habrá límites: ni de clase, familiar, nación, sexo, psicológico, económico, moral… La pura voluntad al servicio de un deseo sin límites…. Con el despliegue a su favor de un Estado invasivo en continua expansión.

A lo largo de su complejo periplo histórico, la izquierda abertzale también supo adecuar su agenda política a los intereses materiales y concretos de grandes grupos sociales: el emergente feminismo y sus reivindicaciones políticas, los creativos culturales, los “nuevos rurales”, los movimientos dinamizadores de barrios depauperados. Conjugaron, pues, teoría y acción: ideología, instrumentos sociales… y necesidades humanas. Y todo bien dosificado y encorsetado por la “cuestión nacional vasca” hecha vida cotidiana. Una máquina imponente.

A nadie se escapa que un planteamiento de estas características llevará a Sortu a competir por un electorado y unas bases sociales en gran medida comunes a PSOE, Izquierda Unida y Podemos. Podría plantearse, incluso, que esa exigencia de “más y más derechos individuales” puede llevar en su seno los gérmenes de su futura desintegración; no en vano el individualismo extremo casa mal con cualquier perspectiva comunitarista, acaso la principal característica orgánica y estructural de ETA/Sortu.

Pero también puede afirmarse que su naturaleza intrínseca -comunitaria e identitaria- será su principal “activo” para el futuro: una vivencia colectiva gratificante y autoafirmadora, frente al desencanto del individualismo arrastrado por un deseo sin freno y sus alternativas del consumismo y la globalización sin alma.

Desde ETA y su conglomerado social han sido audaces, sacrificados, previsores, anticipadores… además de inmorales y despiadados.

Disuelta ETA, descartado el terrorismo como una vía “rentable”, sus herederos más directos, Sortu, inician una nueva fase política con un horizonte teórico muy claro y bien dibujado, coherente con su estrategia de siempre; pero con unas tácticas adaptadas a los “nuevos tiempos”. Sin la tutela de ETA, la izquierda abertzale continúa su camino con un arsenal ideológico bien cargado, aggiornado, y unas bases prestas al combate. Por todo ello, seguirá siendo una formación referencial en Vascongadas y Navarra; además de su principal foco de fractura, inestabilidad e imprevisibilidad democráticas.

Sila Félix

lunes, 30 de abril de 2018

¿ETA disuelta? ¿y las filiales juveniles qué?


ETA de nuevo quiere hacernos creer que deja las armas y se disuelve por generosidad unilateral, cuando todo el mundo sabe que estos hechos han sido posibles por el trabajo policial, judicial y político. La política de ilegalización de sus partidos afines fue un hecho determinante en la desaparición de ETA.

Si ETA se arrepiente de verdad, debe llevar a cabo al menos 4 puntos:

1) Desmantelar las juventudes de ETA, es decir, Ernai, Ospa Mugimendua, Errepresioari Autodefentsa, Ikasle Abertzaleak, Indar Gorri...

2) Pedir perdón por TODAS las víctimas.

3) Colaborar para resolver los casos pendientes irresueltos.

4) Entregar TODAS las armas pendientes. Según los nacionalistas vascos los terroristas etarras habían entregado su arsenal anteriormente, pero aún tienen armas que van a entregar en los próximos días. ¡Ya vale de tomarnos el pelo!

A los puntos mencionados arriba un gobierno más riguroso que el del PP puede añadir la ilegalización de todo su mundo. Como se hizo con los criminales nazis con los juicios de Nuremberg, ETA necesita un Nuremberg y ser ilegalizada. Pero esta vez sin olvidarse de sus sindicatos:

EHNE, LAB, HIRU, Ikasle Abertzaleak...

Si no, ¿qué tipo de arrepentimiento es ese? Es un arrepentimiento de criminales que cuando les cogen dicen que lo lamentan por las consecuencias que van a sufrir.

Los terroristas de Alsasua y los terroristas de Rentería

Ahora a los de Alsasua se les considera, según la policía, como disidentes de ETA, de línea disconforme con la disolución de la banda terrorista.

Los terroristas de Alsasua eran parte del movimiento terrorista Ospa, igual que los de Rentería que vinieron a Pamplona con su kale borroka. Estos últimos formaban parte del Errepresioari Autodefensa (autodefensa contra la represión [sic]), otro movimiento terrorista, disidente de la actual línea oficial etarra pacifistoide.

Y digo bien TERRORISTAS, porque el juicio de Alsasua está por ese camino actualmente. Quizás haya que utilizar el término políticamente correcto de "presuntos terroristas".

Insisto en que ahora hay nuevas aportaciones que vinculan a los terroristas de Alsasua y a los de Renteria (los vascos que invadieron el casco viejo de Pamplona con sus piedras y contenedores quemados) con los más duros disidentes de ETA, que quieren que no desaparezca la banda terrorista:


Los de Alsasua, esos terroristas que van de corderos, están siendo juzgados últimamente. Los terroristas invasores de Navarra, los de Rentería, serán juzgados por sus fechorías los próximos 21 y 23 de mayo:

La manifestación de "Errepresioaria Autodefentsa" que acabó con grabes incidentes de Kale Borrika en Pamplona el año pasado. 


Un Nuremberg para el mundo de ETA

Algunos creen que ilegalizar el mundo de ETA es echar más leña al fuego, pero nada más lejos de la realidad. Ya hemos visto el buen resultado de las ilegaliciones y el cierre de periódicos abertzales.

Después de la derrota militar del 3er. Reich, los juicios de Nuremberg y la ilegalización de los partidos nazis alemanes impidieron por décadas el resurgimiento del nacionalsocialismo.

En todas estas siete décadas desde que acabó la II Guerra Mundial el nazismo no ha resurgido, a menos que consideremos las ridículas cifras de apoyo que consiguen en Alemania los partidos neonazis y grupúsculos de nostálgicos de Hitler.

Así que no hay miedo. Ilegalizar Bildu, LAB, Ikasle Abertzaleak... o cerrar los medios de propaganda Gara, Berria o Eguzki Irratia... no traería ninguna consecuencia negativa, salvo alguna rabieta aberchunga. Más bien traerán de nuevo beneficios a nuestra convivencia y calidad democrática. Señores jueces y policías: ¡A POR ELLOS!

Podemos estar en este momento en la transición hacia la democracia post-ETA. Lo mismo que la transición española no se considera que terminara con la muerte de Franco, la transición post-ETA no acabará con la disolución de la Banda. Ya es hora de que acabe la dictadura abertzale.

El fin de la banda hará que notemos un cambio positivo, pero no será pleno hasta que su mundo sea vencido. Por ejemplo en el fútbol hasta que buena parte de la hinchada osasunista sea de nuevo una representación de la sociedad navarra y no una secta abertzales. Lo mismo podemos decir de las peñas, barracas políticas, comisiones de fiestas...

Pamplonica

lunes, 23 de abril de 2018

ETA dice que se va, pero se quedan sus manadas (la de Alsasua, Sortu, Ernai, Kalera Kalera, LAB, AEK…)


El primer error de apreciación cometido ante el nuevo comunicado de ETA, fechado el pasado 8 de abril, ha sido tratar de comprender sus “claves” desde una perspectiva democrática “normalizada”, “burguesa” o al uso.

Ante todo debemos insistir –como premisa fundamental- en que no disfrutamos de una situación democrática “normalizada”; no en vano seguimos padeciendo, en no pocas ocasiones de manera casi inconsciente, múltiples secuelas psico-sociales, fruto de décadas de brutal terrorismo perpetrado unilateralmente por ETA y sus apoyos, y con la progresiva penetración capilar y social de sus “comisarios” sectoriales.

ETA emitió este enésimo comunicado, ante todo, para motivar a sus bases sociales animándoles a participar en una nueva manifestación “nacional” en favor de “sus presos” en Bilbao; tal y como acaeció el sábado 21 de abril. Año tras año. En la misma línea, y con su característica precisión paramilitar. De tal modo, los manifestantes pudieron percibir que todas las miradas (comentaristas, medios de comunicación españoles y extranjeros) continuaban dirigiéndose hacia ellos y, lo que les motiva particularmente, hacia la vigencia de la “agenda” política dictada por ETA; igualmente marcada, al igual que en las convocatorias anteriores, por su apremio a que los terroristas todavía en cárceles -cada vez muchos menos, por cierto- sean “acercados” y, en última instancia, excarcelados. Todo ello con el estímulo adicional derivado del hecho de que, desde “el Estado”, no se realizan apenas esfuerzos dirigidos al esclarecimiento de los más de 300 asesinatos perpetrados por los amigos de los manifestantes; lo que les genera una embriagadora y chulesca sensación de relativo triunfo, invulnerabilidad e impunidad.

Simbólica y psicológicamente, el que ETA siga “velando” por “la causa” y “la salida” para sus “entregados militantes”, ha sido fundamental -hasta el día de hoy- para la cohesión y movilización de toda su base social. En esta nueva etapa era necesario preparar su transición hacia otro modelo organizativo aparentemente menos “militar”; y en ello están. No ha habido “caídas del caballo en el camino a Damasco”, en su versión demo-burguesa; no seamos ingenuos.

ETA fundó, impulsó y controló, a lo largo de su historia y desde sus mismos inicios, toda una amplia variedad de movimientos sectoriales: partidos políticos (los que dieron lugar a la Mesa de Alsasua, Herri Batasuna, Euskal Herritarrok, Partico Comunista de las Tierras Vascas, Sortu…), juveniles (IAM, del que mucho podría contar Koldo Martínez, GAI, EGAM, AIA, Jarrai, Haika, Segi, Ernai), sindicales (LAK, LAB, EHNE, HIRU), feministas (Egizan), para niños (Kimuak), euskaldunizadores (AEK), editoriales (Txalaparta), mediáticos (Punto y Hora de Eukal Herria, Egin, Gara), internacionalistas (Askapena), ecologistas (Eguzki), municipalistas (Asamblea de Municipios Vascos), comisariados semiclandestinos de control políticos (EKIN), redes recreativas y tabernas (Herriko Tabernas), emisoras de radio -legales o alegales-  pero siempre euskaldunes, su red de asociaciones de vecinos totalmente controladas, clubs de montaña (propios o infiltrados), grupos de teatro, rock radikal vasco, rap radikal euskaldun, etc., etc.  


Se afirma, de modo casi unánime, que ETA se irá en mayo; y que, de hecho, ETA habría sido derrotada y ya estaría muerta. Pero, observemos un hecho incuestionable: ¡¡¡TODAS sus extensiones permanecen intactas!!! Y su “cultura”, espíritu, estilo, agenda política, mentalidad militante… ¡su base humana! Además, es evidente que no han renunciado a ninguno de sus objetivos de siempre; por lo que persisten construyendo y extendiendo su subcultura de naturaleza totalitaria.

No es fácil cambiar de “estilo de trabajo”: de la transmisión de directrices de arriba hacia abajo, con pulsión y precisión militar, a un modelo “democrático” al uso. Es más, ¿realmente lo pretenden?, ¿les interesa siquiera?

A modo de ejemplo, que cuestiona su sinceridad y voluntad reales, veamos algún indicio inquietante.

ETA desde que nació se empeñó, entre otros muchos objetivos de todo tipo y múltiples motivaciones, en demoler el Monumento a los Caídos de Pamplona. Entre sus sucesivas actuaciones (atentados, movilizaciones, etc.) hay que recordar que asesinó a dos miembros de la Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz; la institución canónica que le proporciona vida religiosa y a la que desde los medios abertzales se sigue injuriando y poniendo en la diana: D. Alberto Toca Echeverría (el día 8 de octubre de 1982 en Pamplona) y D. José Luis Alcocer Jiménez (13 de abril de 1984, también en Pamplona); tal y como se afirma en el libro “Una resistencia olvidada. Tradicionalistas mártires del terrorismo” (Víctor Javier Ibáñez, Ediciones Auzolan, 2017). Pues bien. ETA ya no matará físicamente, pero sus seguidores “políticos” persisten en seguir “matando” el diálogo, la convivencia normal, ¡hasta la Memoria histórica!, imponiendo sus tesis por encima de todo. Así, el día 19 de septiembre de 2015, cuando ETA “ya no mataba”, el alcalde foráneo de Pamplona, Joseba Asirón, se negó a entrevistarse con la Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz, interesada en dialogar por lo que respecta a su naturaleza, situación del Monumento, perspectivas del mismo, rol jugado en la cripta, etc., entendiendo que nada tenía que hablar con ellos: “No sé qué legitimidad tienen para que tengamos que debatir nada” https://www.naiz.eus/eu/hemeroteca/gara/editions/2015-09-19/hemeroteca_articles/asiron-queremos-entregar-los-restos-de-mola-a-su-familia). Asirón: ¿un perfecto demócrata o un matón facineroso –al menos en el segundo sentido del diccionario RAE- de libro?

Una prueba -lo anterior- de que su estilo y espíritu siguen participando de la misma naturaleza que marco toda la vida articulada por ETA, al servicio de su estrategia, sin resquicio alguno de humanidad, y con una voluntad de anular, aniquilar o aplastar a quienes concebía, y sigue tratando, como enemigos políticos.

Perviven, por otra parte, muchos interrogantes. Por ejemplo:

- La actual dirección real de todas las organizaciones que integran la autodenominada “Izquierda Abertzale Oficial” (IAO, así trata de diferenciarse de algún grupúsculo nostálgico del terrorismo “a la antigua”, que todavía pulula), incluida ETA, ¿es la cúpula de Sortu, que dirige su coalición EH Bildu y demás “organismos populares” o sigue siendo la de ETA? Es más, ¿no es la misma para ambas? Seamos realistas: nada puede afirmarse con absoluta convicción; lo que no puede ser bueno para una democracia.

- ¿Publicarán –desde el entorno de ETA- antes que tarde, las actas de los encuentros mantenidos a lo largo de todos estos años con representantes –oficiales u oficiosos- de los sucesivos Gobiernos españoles y de los partidos que los sustentaban? En definitiva, 

- ¿sabremos todo lo que ha sucedido, realmente, a lo largo de estos terribles años?
Una cuestiones muy concreta: ¿mantienen arsenales de “reserva”?

- Su apuesta por la vía democrática e institucional: ¿es sincera o se reserva volver a las andanzas de no prosperar adecuadamente sus objetivos intermedios y finales?
Cansa hablar de ETA. Aburre. Agota. Pero sobre todo, ¡¡duele!! Pero no podemos mirar hacia otra parte: en tal caso, les facilitaríamos mucho sus objetivos.

La Izquierda Abertzale Oficial, cualquiera que sea su denominación y sector de acción, difícilmente podrá considerarse un contendiente democrático como cualquier otro del panorama político-social español: su naturaleza intrínsecamente totalitaria lo impide. Muchos cambios debieran acreditar para una “homologación” creíble; entre otros, facilitar el esclarecimiento y el castigo de cientos de crímenes sin resolver. Y es evidente que no hay intención alguna de ello.

En mayo, tal vez, ETA afirme haberse disuelto. Pero, en cualquier caso, permanecerá toda su maldita y perversa obra. De normalización, nada de nada.

Sila Félix

jueves, 19 de abril de 2018

Algunas anotaciones respecto a la muy digna concentración del martes


El pasado martes tuvo lugar en Pamplona una escueta concentración en apoyo a los guardias civiles y sus parejas que hace ya casi dos años fueron víctimas de una brutal paliza por parte de una turba de abertzales en Alsasua. Obviamente ésta se producía a modo de desagravio frente a la otra manifestación a favor de los agresores que tuvo lugar el pasado sábado con el apoyo del euskogobierno y toda una invasión de autobuses guiputxis.

Artículo relacionado: Un Cuatripartito de ratas cobardes se exhibe en Alsasua

En primer lugar hay que agradecerles a quienes han trabajado desde la organización para que la convocatoria saliese adelante en tan poco tiempo. Pero esto no quita que efectivamente tiene que haber un sitio para la crítica constructiva, que suele ser este blog:

En primer lugar, a la sociedad navarra en su conjunto. Nos congregamos unas 2500-3000 personas, lo cual es un avance en comparación a las concentraciones de unos pocos cientos de personas que de manera tan estoica viene convocando Vecinos de Paz en Pamplona. Pero es ante todo una cifra insuficiente en comparación con la manifestación abertzale que logró juntar a 35.000-50.000 infraseres el pasado sábado en Pamplona.

La concentración del martes ocupó aproximadamente el área en rojo, 1670 metros cuadrados que a dos personas por metro cuadrado nos dan unas 3.300 personas. Quitando el área de la rampa y los maceteros de los árboles, unos 2500-3000 asistentes.

La etarrada estaba a su vez pletórica, comparando la concentración de Carlos III y su manifestación del sábado, cuando sabemos de sobra que tuvieron que traer como mínimo un centenar de autobuses llenos de vasquitos para juntar a tanta gente en Pamplona, y hay suficientes vídeos que demuestran las cadenas de autobuses colapsando el tráfico de Pamplona.
Otros batasunos en cambio, todo ufanos, no se cortaban al afirmar que se había tratado de la manifestación más grande de la historia de Navarra, obviando que hace poco más de diez años 75.000-100.000 manifestantes tomaron Pamplona en un mar de banderas españolas para proclamar que Navarra no podía entrar en las negociaciones del ejecutivo socialista con la ETA.

El 17 de marzo del 2007, una fecha para la Historia en la que la mayor manifestación que ha recorrido Navarra (al menos en los últimos cien años) se echó a las calles de Pamplona entre miles de banderas españolas

Artículo relacionado: Un 17 de marzo

Aun con la ayuda exterior, habiendo venido ultraizquierdistas en autobús incluso desde Logroño, estamos hablando de una capacidad de convocatoria actual diez veces mayor, salvo excepciones muy trabajadas como la manifestación a favor de la bandera de Navarra del 3 de junio del año pasado. Pero es que la movilización no es algo que se pueda apagar y encender a voluntad, sino un músculo que ha de ser ejercitado con movilizaciones continuas y motivos no nos faltan para que la próxima sea aún más grande.

Artículo relacionado: ¡Navarros, la lucha continúa!

A su vez el lunes anterior un ciudadano particular publicó esta esquela viva en el Diario de Navarra

En segundo lugar, a la organización que decidió poner el himno de Navarra para acto seguido cerrar el acto sin el himno nacional. Ciertos sectores del navarrismo siguen arrastrando los mismos complejos de siempre y no tienen problema en prescindir de los símbolos nacionales para contentar a no se sabe muy bien quién, de hecho muchos de los asistentes se sintieron decepcionados por esta omisión de difícil justificación.

¿Acaso los guardias civiles de Alsasua fueron apalizados por representar a Navarra? ¿Los 14 guardias civiles asesinados por ETA en Navarra lo fueron por ser navarros? ¿Alguna del puñado de banderas que se encontraban izadas era la de Navarra? Más vale que empecemos a pensar más en nuestra gente y menos en las trolas que igualmente contarán al día siguiente en el Diario del Menticias, todo lo demás es una huida hacia adelante y concesiones hacia un enemigo que nos quiere ver fuera de nuestra tierra.

La ausencia del himno nacional decepcionó a los asistentes, y no somos los únicos que lo creemos.

Esto ya es una anécdota, terminando el minuto de silencio una persona lo interrumpió de forma unilateral, hecho que fue respondido con chistadas y un aplauso que acalló su intervención. En las manifestaciones puede y debe haber espacio para las diferentes sensibilidades, pero otra cosa es no saberse comportar y pretender interferir en el desarrollo de la concentración aprovechando un minuto de silencio a las víctimas de ETA en Navarra.


Como es obvio no todo han sido pegas. Se agradeció mucho la presencia de líderes políticos venidos de otras comunidades, como Begoña Villacís o Rosa Díez. La asistencia de otros personajes públicos como el filósofo y escritor Fernando Savater, sin duda alguna contribuyó a aumentar la repercusión de la concentración; de la misma manera que las palabras de la incombustible Consuelo Ordóñez elevaron al público.

Hay que agradecerle de nuevo a la organización que se haya mojado en esta concentración, que esperamos devuelva a la sociedad civil a una nueva dinámica de movilización que acabe en otra gran manifestación como la del 3J.

Hispano

miércoles, 28 de marzo de 2018

¿Por qué un militar entrega su vida?


El teniente coronel Arnaud Beltrame, ¿ha sacrificado su vida por cristiano, o por militar y oficial? Los riesgos de reducir lo sucedido únicamente a su compromiso católico han sido rápidamente barridos por el anuncio de su pertenencia, a partir de 2008, a la Gran Logia de Francia [N. del T. la masonería regular]; misterio de una vida cristiana en marcha. Otro riesgo, no menos real, es el de una visión laicista de su compromiso; mientras que la vida de fe de nuestro héroe nacional era evidente, e incluso radiante.

¿Soldado cristiano o gendarme republicano? Buscar la distinción es lo mismo que favorecer una representación artificialmente dividida del compromiso público, muy frecuente en algunos oficiales.  “Soy cristiano, suelen decir, pero eso pertenece a mi esfera privada y, en mis funciones, soy capaz de tomar decisiones directamente contrarias a mi fe”. Una de las lecciones que podemos extraer del ejemplo dado por Arnaud Beltrame es que un verdadero servidor cristiano del Estado no sabría vivir en esta dualidad. Al contrario, la coherencia entre lo íntimo y lo público es lo que le confiere su verdadera fuerza. 

Los valores que empujan a los «centinelas de la sociedad» están muchas veces en las antípodas de aquellos que mueven a esa misma sociedad. El espíritu de sacrificio, inculcado en el Ejército desde la formación inicial, choca con el individualismo contemporáneo. La cohesión del grupo, la fuerza del binomio, la capacidad para aceptar el sufrimiento, dar lo mejor de uno mismo, continuar la misión incluso en unas condiciones adversas… todo ello choca con el ambiente materialista, el hedonismo, el egoísmo. El ideal mismo de una vida consagrada a aquello que la sobrepasa (el bien común) es inversamente proporcional a la horizontalidad desesperante de una laicidad convertida muchas veces en laicismo o ateísmo militante. 

Esta dicotomía entre los valores de la sociedad y los exigidos a los servidores del Estado, encargados de la seguridad de aquélla, provoca muchas veces, en estos últimos, verdaderas implosiones morales (desconexión interior, estados de máximo estrés,…). Es una urgencia profesional para ellos, para sus instituciones, el encontrar las bases filosóficas, éticas y metafísicas del sentido de sus acciones. En este camino, es evidente que, entre ellos, aquellos que tienen la suerte de ser portadores de la fe cristiana por transmisión o por búsqueda personal, tienen ya una gran ayuda. En efecto, muchos de esos valores encuentran su desarrollo en la moral cristiana, y la gracia operativa de Dios a través de los sacramentos les proporciona un socorro muy valioso. 

Pero, en materia cívica, la ética cristiana encuentra la mayor parte de sus fuentes en la filosofía griega, en particular en Aristóteles y Platón. Transmitida a lo largo de la Edad Media, esta ética ha irrigado en profundidad nuestra conciencia europea. Pensamos en particular en el desarrollo de la caballería, permitiendo cristianizar, civilizar, el uso de la fuerza al servicio de aquello que sobrepasa el interés inmediato, al servicio de un soberano, en el respeto del débil, de la mujer, del huérfano, y de los derechos de Dios. 

Hoy en día, encontrar el sentido del bien común, conocer los fundamentos filosóficos y las exigencias en la acción, es una necesidad vital para todos los servidores del Estado… y más lejos, en el marco de nuestra lucha contra el terrorismo, para todos los ciudadanos. Cualesquiera que sean sus convicciones religiosas, filosóficas, políticas (y entendemos aquí lo que quiere decir la neutralidad de los militares), el servidor armado del Estado debe haber adquirido, muy pronto en su formación, una íntima convicción. Aquélla que le empuja en el momento de crisis: que el sacrificio último de la vida merece la pena, incluso si la sociedad misma que debe defender no lo comprende realmente. En este arduo camino, la figura heroica de Arnaud Beltrame nos ofrece un testimonio más. Que su sacrificio sea portador de renovación y de valentía para nuestra patria. 

Un artículo de P. Christian Venard, traducido por Calíope
[Nota en el original]:  El padre Christian Venard es capellán militar desde hace veinte años. Ha acompañado a las tropas francesas en muchas operaciones sobre el terreno y recibido el último aliento de dos paracaidistas asesinados por Mohammed Merah el 15 de marzo de 2012. Es autor de “Un sacerdote en la guerra“ (Tallandier, 2014) y coautor de un libro que trata la cuestión del sentido del compromiso: “La densificación del ser” (Ed. Pippa, 2018), libro que nos ha particularmente interesado en el contexto de la muerte del teniente coronel Beltrame.

lunes, 12 de marzo de 2018

Refugiados y exiliados bienvenidos de vuelta a Navarra


Las guerras entre terroristas y dictadores de Oriente Medio han provocado una importante ola de refugiados hacia Europa. Puesto que Occidente goza de prosperidad, parece lógico acoger a toda esa pobre gente.

Sin embargo prosperidad también hay en Japón, Corea del Sur...y en países musulmanes. Arabia Saudí, Kuwait, Catar...son países sumamente prósperos que no tienen nada que envidiarnos en ese sentido.

Está demostrado que los refugiados e inmigrantes que mejor se adaptan a su nuevo país son los que comparten religión con ese país de acogida. Así pues en España los latinos y europeos orientales se adaptan mejor que los magrebíes o sirios.

Esto no implica necesariamente que para adaptarse haya que ir a misa o llevar una Biblia debajo del brazo. De hecho algunos refugiados e inmigrantes que vienen de países cristianos son ateos o agnósticos, pero su cultura subyacente es cristiana y más asimilable a  la nuestra.

Tampoco quiere decir eso que en todos los casos los que son musulmanes se adaptan peor que los cristianos.

Si hay una minoría perseguida en Oriente Medio esa es la cristiana. No importa que los cristianos sean asirios, caldeos, melquitas, maronitas, nestorianos... También están mucho más perseguidos en esta convulsa zona geográfica los drusos, alevíes, yasidíes, mandeos, bectasíes...

Algunas de estas minorías son teóricamente musulmanas, pero el consumo de vino en su liturgia, entre otras tradiciones heterodoxas, les hace ser considerados como herejes por el islam ortodoxo y, por tanto, blanco del proliferante terrorismo islamista.

"Exiliados etarras" y exiliados por los etarras

La etarrada y demás aberchungos llevan años tratando de vendernos a los españoles de bien y a la opinión pública internacional que España no es suficientemente democrática por dispersar a sus presos.

Por mucho que se empeñen, sus presos no son políticos, sino asesinos a sueldo de hombres, mujeres y niños. Y los que no lo son es porque su papel era el de reclutar a asesinos, robar armas o colaborar determinantemente con los que cometieron los asesinatos.

No están en la cárcel por emular la encomiable labor de la hermana Teresa de Calcuta. No se persigue la diferencia ideológica, sino la comisión de los peores delitos contra los derechos humanos.

Si en Navarra las peñas sanfermineras, los hinchas Indar Gorrinos, la política del euskera... siempre ha estado dirigida por los que siempre pierden las elecciones de goleada es porque tenían el respaldo de la banda de asesinos ETA.

Sin ETA y sus juventudes (Ernai, Jarrai, Segi, Haika) los gobiernos no nacionalistas (al menos de UPN) se hubieran atrevido a cortar las ayudas públicas a los vagos de IKA y AEK que de otra forma tendrían que cerrar el chiringuito por falta de alumnos.

Sin ETA la zona bilingüe, conocida como vascófona, sería llamada mixta, y la hispanófona monolingüe, conocida como mixta, sería parte de la zona no vascófona. Sin ETA las peñas llevarían en sus pancartas banderas rojigualdas y de Navarra, sin ikurriña alguna. 

Sin ETA las decenas de ciudadanos pamploneses que lucen banderas españolas en su balcón o chándal de la selección, serían miles. Sin ETA Osasuna seguiría siendo el mejor aliado y amigo del Real Zaragoza. 

Sin ETA los miles de vascos y navarros que se tuvieron que exiliar por opinar distinto seguirían estando entre nosotros, igual que los cerca de 1000 asesinados, paralíticos...

Por no contar que la política del euskera, que siempre ha dado ventaja (puntos) para acceder a un puesto de trabajo a los mimados de los vascófonos (cuando no era requisito) y que ha provocado que tantos navarros de bien se vayan a lugares en los que se midan sus aptitudes, no sus conocimientos de euskera.

Sé que es pedir un imposible a nuestra clase política, pero ahora que está tan de moda la ley de memoria histórica, sería de justicia una ley de memoria histórica sobre ETA.

Habría que eliminar todo lo que exalte o blanquee a ETA y su mundo, bien pancartas, recibimientos a etarras, calles y plazas nombradas en su honor... Además en Navarra se le debería dar la oportunidad de votar a los exiliados que echó ETA hacia el resto de España, sean vascos o navarros.

Los nacionalistas pondrían el grito en el cielo y alegarían que eso sería hacer trampas porque esos exiliados por ETA no votarían nacionalista. No, trampa hizo ETA, que fue la que echó a bombazos y a tiros por la espalda a miles y miles de vascos y de navarros no nacionalistas. 

Sé que ninguna de estas medidas las secundarán los no nacionalistas porque no tienen la suficiente valentía. Ni UPN, PSN, PP, Ciudadanos... estarían por la labor de siquiera plantearlo, aunque cualquiera de ellos tuviera mayoría absoluta y no necesitaran pactar con otros.

Los exiliados vascos y navarros no son los etarras. Son los que expulsó ETA a bombazos y tiros en la nuca.

Pamplonica

domingo, 11 de marzo de 2018

viernes, 9 de marzo de 2018

Xabier Rey: ¿víctima o verdugo?


La izquierda abertzale, y todo el panvasquismo gubernamental, han señalado a la “política de dispersión” carcelaria como responsable del suicidio del preso pamplonica Xabier Rey, miembro de la banda terrorista ETA, en una prisión de Cádiz.

La presidenta abertzale de todos los navarros así lo ha proclamado sin vergüenza alguna. Entonces, el propio Xabier Rey, ¿no hizo nada para merecer tan trágico desenlace? ¿Estaba encarcelado por casualidad? ¿Pasaba por allí y los españolazos lo aprisionaron sin causa alguna? ¿Era una pobre e indefensa víctima?

La coordinadora de la expresión política de ETA -Sortu-, Miren Zabaleta, afirmó, por su parte, que tal muerte "se ha producido por una política criminal, cruel, que el Estado español y el Gobierno del PP mantienen contra el colectivo de presos y presas políticos vascos". Cruel y criminal… ¿Y los asesinatos perpetrados por sus amigos y correligionarios, fueron menos criminales y crueles?

Xabier Rey, acaso, ¿es una víctima del “sistema” equiparable a cualquier asesinado por SU organización? ¿Es lo que están afirmando implícitamente ambas políticas separatistas?

Es más, Barkos, Zabaleta, etc., se han permitido el lujo de resaltar cierto “detalle” penal: el que Xabier Rey no estaría cumpliendo condena por ningún “delito de sangre”. ETA, organización en la que militaba, ¿repartía caramelos por los colegios y de tal guisa atrapó al altruista Xabier Rey la malvada policía española?

No vale decir que no cumplía ninguna condena por delitos de sangre: es pura demagogia. Es mentira. La organización de Xabier Rey ha sido responsable de cientos de asesinatos, de los que más trescientos permanecen sin resolver. Todos sus militantes y colaboradores, todos, de una manera u otra, fueron responsables de los asesinatos. ¡Todos! Unos disparaban, otros acogían, o trasladaban, o informaban… Mero reparto funcional de un sucio “trabajo”.

Pero conforme el peculiar criterio de Barkos y demás secuaces, tal vez habría que dividir a los etarras en dos categorías: las malos, malísimos (los torpes a quiénes les habrían pillado con algún muerto sobre sus espaldas) y los pobrecitos que no habrían hecho nada, o casi nada; o que no les “habrían pillado”, suertudos ellos. Un criterio deleznable y miserable. Barkos: deleznable y miserable.


Xabier Rey entró a militar voluntariamente en una organización terrorista cuyo empeño principal era ocasionar muerte, terror y destrucción. Las excusas, francamente, no importan. Barrocas, dialécticas, en castellano o euskera, eran eso: excusas.

Nadie le obligó a ello; no en vano, de haber sido “obligado”, alguien habría cometido otros delitos contra Xabier Rey: ¿abducción?, ¿secuestro sectario? Y por lo que afirman sus apologetas, la de ETA se trataría -en general- de una “militancia ejemplar, generosa, entregada y valiente”. ¿En qué quedamos, pues? En que era un etarra voluntario. Y punto. Recuérdese: existe un célebre libro titulado “Los verdugos voluntarios de Hitler”. Pues aquí tenemos otros voluntarios no menos verdugos: todos los militantes de ETA y sus colaboradores.

Rey pudo haberse marchado de la banda mientras permanecía en libertad. O, una vez encarcelado, podría haberse arrepentido y colaborado con la justicia. Pero no lo hizo. Y con años de prisión, pudo acogerse, en cualquier momento, a la “vía Nanclares”. No fue así. Eligió quedarse. ¿Y lo hizo, libre, consciente y voluntariamente, o le pesaba cómo le tratarían los suyos caso de “cambiar”? Recuérdese: “Hijo mío, aguanta y regresa con la cabeza bien alta. No nos hagas quedar mal”. Mala suerte, Xabier.

Libremente, Xabier Rey eligió una y otra vez; y siempre en la misma dirección. Y los actos tienen consecuencias.

Xabier Rey optó por la muerte, y con la muerte se topó trágica y misteriosamente... en su debido tiempo. Es la pura y escueta realidad.

Pero que no nos vengan con cuentecitos sentimentales y politizados.

Si a Uxue le impresiona que “uno de los suyos” haya muerto lejos de su familia y su tierra, debiera ser un poquitín autocrítica: ¡acaso nunca hizo lo que pudo, lo que dependía de ella misma, para contribuir al final de ETA, en su debido tiempo!

Lo fácil es pasar la responsabilidad a otros. Fácil, demagógico, ideológico, político...

Uxue Barkos está demostrando, de múltiples maneras, ser la presidente abertzale… para los abertzales navarros y demás euskolaboracionistas.

Seamos realistas y veámoslos como realmente son: todos los nacionalismos vascos son muy comprensivos entre ellos; aunque unos muevan el árbol y otros recojan las nueces.

Rey lo movió. Barkos recoge nueces, votos y privilegios.

En definitiva, Xabier Rey, aunque te hayas suicidado, aunque la presidenta haya soltado alguna lagrimita por ti: eras un verdugo.

Sila Félix

lunes, 5 de marzo de 2018

ETA anuncia que se disolverá en la “izquierda abertzale”: el último sofisma de la banda


Era una de las noticias más esperadas a lo largo de los últimos años: la de su disolución definitiva. Y, de nuevo, ETA defraudó.

La habían vaticinado personalidades del calibre del lehendakari  Iñigo Urkullu o el “mediador” sudafricano Brian Currin; incluso desde Gara se venía insinuando tal posibilidad como inmediata. No obstante, lo que el pasado 22 de febrero informó -concretamente dicho diario abertzale- fue que la militancia de ETA estaría debatiendo, todavía hoy, tres documentos: el primero, relativo a la contextualización histórica; el segundo, el período de 2009 hasta hoy; el tercero, que se estaría votando desde hace tres meses, el que menciona el final de la banda y la propuesta de “cierre”.

Y el final que plantea su “dirección” es disolverse e integrarse en la izquierda abertzale; según sus propias palabras: «dejar la anterior fase [se refiere a la del terrorismo puro y duro]definitivamente atrás», no en vano «La situación más beneficiosa para nosotros, así como para los sectores populares y la clase trabajadora vasca, no es otra que dejar la anterior fase definitivamente atrás y abrir totalmente la nueva», descartando convertirse en un nuevo partido político; caso de las FARC en Colombia.

En el sentido anterior, Gara afirmaba: «En el caso de que la propuesta de la dirección [de ETA] sea aprobada, el final del ciclo y la misión de ETA serán dadas a conocer públicamente. Y con ello la organización desaparecerá de facto. En consecuencia, “no será ya un agente que interpela y es interpelado”, remarca la propuesta. Únicamente quedarán algunas labores de carácter técnico (por ejemplo, impedir eventuales “utilizaciones malintencionadas de las siglas de ETA”), que en buena parte ya se han ido encarrilando estos meses. Pero ETA ya no existirá». Por eventuales “utilizaciones malintencionadas” se remiten a los disidentes abertzales de Ibil o ATA, quienes ya estarían “controlados”.

Además, la actual dirección de ETA se muestra muy optimista: «La “tranquilidad estratégica” es uno de los conceptos clave. Se quiere destacar con ello que existen condiciones objetivas suficientes para llevar al final el proceso de liberación nacional que ha sido objetivo de ETA en su historia». Toda la violencia desplegada por ETA habría sido rentable y los objetivos finales de siempre estarían más próximos en alcanzarse, conforme su entender.


Acaso una de las frases del tercer documento más relevantes sea la siguiente: «Hace mucho ya que el proyecto de la Organización no es solo de ETA. Además, el movimiento político que denominamos izquierda abertzale ha demostrado suficiente madurez y capacidad de lucha, resulta mucho más eficaz para materializar el reto al que nos enfrentamos hoy en día». Es decir, el proyecto global de ETA es también el de la izquierda abertzale; y serían más rentables su “vías” específicas (parlamentaria, institucional, movilización callejera, conquista de espacios de poder popular, etc.) que una “lucha armada” ya “cegada”.

Para descartar la posibilidad de transformar lo que queda de ETA en otro nuevo partido político “referencial” del área, razonan del siguiente modo: «”si quisiéramos dar continuidad a la Organización [desde la actual dirección de ETA], como una organización convencional, tendríamos que reinventar todo lo demás: estrategia, funciones políticas concretas y medios de lucha e influencia”. Y, del mismo modo, si tras el desarme ETA quisiera seguir como organización civil, “al objeto de mantener algún tipo de autoridad moral, las amplias mayorías a conseguir, si son ciertamente amplias, no lo entenderían”, e incluso podría ser presentada como obstáculo». Puro cálculo, pues.

Pero decantarse por el fin de ETA como organización no implicaría acabar con su labor. Por el contrario: «“Esta es una propuesta para avanzar, y para ello resulta muy importante que toda la fuerza militante creada bajo la influencia de ETA y a su alrededor aporte –siga haciéndolo– en la Izquierda Abertzale, en el proceso independentista, en el movimiento popular... No es el momento de irse a casa. Por el contrario, la presente fase política necesitará la fuerza e impulso de todos y todas, como nunca”».

El lenguaje de estos terroristas puede resultar barroco, dialéctico, aséptico incluso, proceloso en ocasiones…, pero nunca es ocioso. Forma parte de una cultura política muy concreta y sus gentes lo entienden muy bien; pues así han sido educadas desde hace décadas.


ETA nació para conseguir la independencia y el socialismo de los territorios vascos e imponer una república propia. Desde sus diversas escisiones, siempre existió una continuidad organizativa y una dirección centralizada referencial de todo el movimiento que generaron en su entorno, a modo de capas de cebolla: la dirección, los militantes de ETA, los apoyos clandestinos o semilegales, las organizaciones ciudadanas, los partidos políticos, los sindicatos y organizaciones sectoriales, las organizaciones “pantalla” y las de “carácter puente”, etc.

Una de las incógnitas todavía no reveladas -al contrario que en el caso del IRA en Irlanda del Norte- es la de si la actual “dirección de ETA” sigue siendo la rectora de todo el conjunto del MLNV, cuya expresión política es la “izquierda abertzale” y su actual partido Sortu; o se encuentra subordinada a otra igualmente desconocida que ya estaría dirigiendo al que denominan MLNV y a la propia ETA y su cúpula residual. Con toda seguridad, algún día se sabrá todo ello; dado el gusto obsesivo por las actas y los documentos escritos en esta cultura político-terrorista.

Mientras tanto debemos seguir en guardia y mantenernos alerta: ETA no ha desaparecido. E incluso, si lo hace, sus antiguas gentes continuarán liderando al independentismo radical controlado desde la “izquierda abertzale” (hoy es el caso de la coalición EH Bildu, en la que participan otros elementos políticos además de los totalmente afines a ETA).

Siguen sin resolverse cientos de asesinatos y miles de otros delitos de terrorismo, como han sido la cobertura, el encubrimiento y las labores de información que facilitaron tantas muertes atroces. ETA, sus líderes, militantes y todos sus demás seguidores y afines, no tienen intención alguna en aclarar todo ello; al contrario, su pretensión sigue siendo la imposición de un relato equidistante y edulcorado de esta tragedia colectiva, en el que no existirían terroristas sino “personas ejemplares obligadas a militar en la resistencia popular frente a la ocupación militar de los territorios vascos por parte del Estado español”.


En esta nueva situación, en la que se sucederán tópicos envenenados, rutinas tranquilizadoras, silencios clamorosos y dialécticas jamás inocentes, conviene estar más despierto y crítico que nunca. Por todo ello, bienvenida la Asociación Navarra de Víctimas del Terrorismo de ETA. Seguro que sus criterios, movimientos y juicios cívicos aportarán luz, sentido común y directrices de acción.

Sila Félix