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miércoles, 19 de diciembre de 2018

Asirón acaba con la Avenida del Ejército


Y llegó HB- BILDU y se cargó otra de las calles principales de Pamplona. Asírón y los antiguos batasunos tienen una obsesión, acabar con todo lo que signifique España o Ejército en Navarra.

Quieren olvidarse y hacer olvidar a las nuevas generaciones que todos los terrenos que se encuentran en esa Avenida del Ejército eran del Ejército. Quieren que nos olvidemos que Pamplona nació de la mano de uno de los grandes generales romanos Pompeyo, que fundó la ciudad de Pompaelo por su importancia desde un punto de vista militar. Pamplona era considerada una ciudad-fortaleza. Que nuestra ciudad estaba en una posición inmejorable para la defensa del Pirineo y, por esa razón, siempre tuvo una importante guarnición militar. Pamplona formará parte de esa Marca Hispánica que se crea por el reino carolingio para detener a los musulmanes.

Y Pamplona continuará teniendo una importancia militar importante. Se conforma como reino porque hay un ejército que así lo logra. El Reino de Navarra tenía sus fuerzas para hacer la guerra durante la Edad Media.

Pero todo esto no le importa a Asirón. No le importa que el Ejército cediese al ayuntamiento de Pamplona un monumento asociado al Patrimonio de la Humanidad por ser elemento asociado al Camino de Santiago como es la Ciudadela. No importa que la zona de Baluarte y buena parte del conjunto que rodea la Avenida del Ejército era propiedad del Ejército, por ejemplo: recordemos que la zona sin edificar cerca de Yanguas y Miranda era un cuartel de Artillería. 

Todo esto no importa. Había que quitar el nombre a la Avenida del Ejército para poner el nombre de una reina navarra perteneciente a una dinastía francesa. Se olvidan que Navarra en 1512 vivía una guerra civil entre beaumonteses y agramonteses, se olvidan que si no hubiese formado parte de España (lo más natural y lógico que tenía que pasar) hubiese formado parte de Francia.

Las obsesiones del nacionalismo, que han marcado los últimos tres años Navarra, vuelven a aparecer. Quieren acabar con todo lo que sea España y Ejército, pero aunque tienen editoriales, propagandistas en universidades y medios de comunicación, la historia y la realidad es la que es, no la que quieren los nacionalistas vascos.

Una colaboración de Santos Ladrón de Cegama

miércoles, 22 de agosto de 2018

¡Gora delinkuentzia! (viva la delincuencia)


Estos días hemos asistido al esperpento (género literario que se caracteriza por la presentación de una realidad deformada y grotesca, y la degradación de los valores consagrados a una situación ridícula) del desalojo y reocupación del edificio del Palacio de Rozalejo de Pamplona, situado en el Casco Viejo de la capital navarra. Desde hace tres décadas viene siendo habitual que distintos edificios en situación de abandono o desocupación por parte de sus propietarios en el centro de Pamplona sean asaltados por grupos de “ocupas” vinculados a la izquierda aberchal (batasuna/proetarras) para convertirlos en sus sedes sociales. Y no solo se hacen con inmuebles por la fuerza y los utilizan de manera gratuita, además suelen engancharse a la luz y al agua de manera ilegal, disfrutando de estos servicios sin abonar su importe.

Durante unos diez años el antiguo frontón “Euskal-Jai”, que había sido abandonado en 1977, fue ocupado por la izquierda aberchal manteniendo el edificio en sus manos de 1994 a 2004, fecha en la que fueron desalojados para el derribo del edificio y posterior construcción de un centro dotacional de servicios para la ciudadanía por parte del Ayuntamiento de Pamplona. En los últimos años viene siendo habitual que tras la “pérdida” del Euskal-Jai, los ocupas proetarras asaltaran otros edificios en situación de abandono, y ya en 2007 ocuparon el edificio del antiguo Palacio de Rozalejo de Pamplona, aunque en aquella vez fueron desalojados ya que sus “camaradas” todavía no habían conseguido hacerse con el poder en las instituciones forales y municipales.

A la izquierda, imagen del Euskal-Jai convertido en gazteche proetarra, en una situación deplorable y lleno de propaganda separatista y pro-presos etarras. A la derecha, nuevo edificio dotacional que podrán disfrutar TODOS los ciudadanos.

Sin embargo, con la llegada al poder del kutrepartito en junio de 2015, Pamplona se ha convertido en un paraíso ocupa, y no solo el Palacio de Rozalejo de Pamplona, también han intentado otras ocupaciones como la de un edificio en situación de abandono en el céntrico paseo Sarasate (https://www.antena3.com/noticias/sociedad/okupas_2016100857f95ceb0cf2fd8cc6ace83a.html), solo que aquella vez, al ser un edificio de propiedad privada, el desalojo se produjo de una manera instantánea. No resulta extraño, pues, que entre las consignas que coreaban los jóvenes cachorros de neobatasuna una de ellas fuera “Gora delinkuentzia!” (¡Viva la delincuencia!), ya que a fin de cuentas, asaltar y ocupar un inmueble ajeno, no abonar los impuestos correspondientes (IBI) y engancharse a la luz y agua de manera ilegal y sin abonar el importe del consumo no dejan de ser actos de delincuencia.

¡Gora delinkuentzia! (viva la delincuencia) dicen los gaztecerdos.

Edificio sito en paseo Sarasate que los ocupas neobatasunos intentaron ocupar al poco de asumir ETA-Bildu el poder en el Ayuntamiento de Pamplona.

Pero no solo los ocupas neobatasunos son delincuentes de poca monta y mucha jeta, el propio Gobierno de Navarra ha permitido durante estos últimos años la ocupación de un inmueble de su propiedad, y cuando se ha visto forzado legalmente al desalojo ha actuado de una manera totalmente bochornosa, que incluso podría ser hasta prevaricadora. De todas formas, las extremas izquierdas españolas llevan décadas atacando el derecho de propiedad y disolviendo toda la legislación en la materia. Con la crisis económica, pretendieron subirse al carro de los desahucios y, una vez tomado el poder autonómico y local, han abandonado dichas reivindicaciones (¿se habrá solucionado el problema en 24 horas?). De hecho, si cualquier ciudadano se va de vacaciones y, al regresar, un par de quinquis le han ocupado la casa y cambiado la cerradura, debe pasar un calvario judicial o solucionar el problema al margen de la ley, ya que la ley no protege el derecho de propiedad frente al abuso de ocupas o inquilinos morosos. 

No resulta casual que en Venezuela, desde la llegada de Chávez al poder en 1999, se hayan generalizado las ocupaciones forzosas, el cuestionamiento por la vía de hecho del derecho de propiedad y la inseguridad jurídica. Los podemitas y neobatasunos pretenden crear un nuevo paraíso ocupa en España, tanto por razones políticas como por simple caradura, donde las leyes amparan cada vez más a los ocupas y cada vez menos a los propietarios. 

Otro tanto pretendieron con la “expropiación” de carritos de la compra que se llevaban a la fuerza sin abonar su importe de los supermercados, siendo una práctica que, lejos de ocurrir en varios casos mediáticos concretos, hubo un tiempo que empezó a hacerse habitual entre determinados ocupas. En realidad bajo la mascarada de una ideología política, como bien expresaron los ocupas proetarras en Pamplona el pasado fin de semana, se trata de legalizar la delincuencia, porque a fin de cuentas, nuestros neobolcheviques podemitas y separatistas no dejan de ser unos delincuentes, un lumpen socio-político que pretende legalizar e imponer la delincuencia bajo un régimen de terror. A lo dicho, si quieres la legalización de la delincuencia, ¡vota kanvio y gora delinkuentzia!

lunes, 21 de mayo de 2018

«Todos los derechos para todas las personas»: enésima -pero nada casual- mutación ideológica de la izquierda abertzale


Este sábado 19 de mayo de 2018, el partido político “abertzale” Sortu escenificó en Bilbao (http://www.eitb.eus/es/noticias/politica/videos/detalle/5603931/video-acto-sortu-bilbao-arena-19-mayo-2018-nuevo-ciclo/) lo que denomina su «nuevo ciclo abierto tras la decisión de ETA»: evidentemente se refiere a la disolución definitiva de la banda terrorista.

En un -como siempre- muy cuidado  multitudinario escenario público, la siempre omnipresente y referencial matriarca Elena Beloki (https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=4705048) afirmó que «Al igual que hace 60 años, seguimos siendo aquella fuerza que brotó del pueblo y continúa persiguiendo la libertad». En Román paladino: Sortu es la heredera directa de ETA.

Por su parte, el secretario general de Sortu, Arkaitz Rodriguez, apeló al «relevo generacional» de la izquierda abertzale «sumándose a las luchas que están en la calle», marcando que el «nuevo ciclo (…) debe regirse por un principio fundamental: todos los derechos para todas las personas, desde los derechos individuales hasta el derecho a decidir libremente y democráticamente su futuro».

El eslogan elegido es muy significativo: “todos los derechos para todas las personas”. Un lema que perfectamente podría ser esgrimido por el PSOE, IU, Podemos, ERC, etc., etc. Y de hecho, ya lo vienen entendiendo y aplicando como deriva inevitable de su “cultura política”.

Desde nuestros análisis en este blog hemos intentado señalar constantemente una de las grandes “virtudes” del discurso específico de la “izquierda abertzale”: su capacidad de anticipación o, incluso, de apropiación, de cualquier espacio reivindicativo que asomara en las sociedades vasca y navarra a lomos de la creciente globalización mundialista.

La autodenominada izquierda abertzale –por todos es conocido- es el movimiento socio-político desplegado por ETA. Ya en sus inicios, ETA se desdobló en varios “frentes”: político, cultural, obrero, militar.

Posteriormente se dotaría de sucesivos “brazos” políticos (inicialmente varios de manera simultánea), hasta dar con la fórmula precisa que, tras numerosas vicisitudes judiciales, alumbró al actual Sortu (partido hegemónico en la coalición genéricamente abertzale e independentista EH Bildu).

La izquierda abertzale, de manera gradual a lo largo de sus ya 60 años de historia, desplegaría múltiples “organismos populares”, sectoriales y especializados; dotados de cuadros militantes y  medios materiales específicos. Así vieron la luz entidades propias de su idiosincrasia (relacionadas con el euskera, el ocio, la atención a sus presos y familiares), pero también otras de carácter ecologista, sindical, juvenil, rural, internacionalista (cooperación al desarrollo militante sobre el terreno), industria cultural, feminista, gay, etc.

ETA y sus satélites siempre han estado muy atentos a las sucesivas oleadas sociales y mediáticas procedentes de las “factorías” del pensamiento radical-progresista que -ya sabemos- han alcanzando carácter hegemónico en nuestra sociedad; en buena medida gracias a la colaboración y pasividad de las formaciones de centro-derecha, mudas y desconcertadas ante tales embestidas.

Superado el “socialismo real”, la “nueva izquierda” de los años 70 en adelante, el efímero “Nuevo Laborismo”, el finalmente corrupto “socialismo bolivariano”, mutado el comunismo chino en un partido elitista aliado con el capitalismo más duro, etc., el pensamiento radical-progresista ha elaborado una enésima reformulación ideológica que, como todas sus anteriores, mantiene una naturaleza dialéctica: proletarios versus poderosos, explotados  contra explotadores, machistas y feministas, ecologistas y expoliadores… heteropatriarcales versus derechos LGTBI.

«Todos los derechos para todas las personas». Una afortunada formulación sintética de las aspiraciones últimas del pensamiento radical-progresista: todo lo que puedas imaginar será posible gracias a la Ciencia y a la Técnica y tendrás derecho a ello. No habrá límites: ni de clase, familiar, nación, sexo, psicológico, económico, moral… La pura voluntad al servicio de un deseo sin límites…. Con el despliegue a su favor de un Estado invasivo en continua expansión.

A lo largo de su complejo periplo histórico, la izquierda abertzale también supo adecuar su agenda política a los intereses materiales y concretos de grandes grupos sociales: el emergente feminismo y sus reivindicaciones políticas, los creativos culturales, los “nuevos rurales”, los movimientos dinamizadores de barrios depauperados. Conjugaron, pues, teoría y acción: ideología, instrumentos sociales… y necesidades humanas. Y todo bien dosificado y encorsetado por la “cuestión nacional vasca” hecha vida cotidiana. Una máquina imponente.

A nadie se escapa que un planteamiento de estas características llevará a Sortu a competir por un electorado y unas bases sociales en gran medida comunes a PSOE, Izquierda Unida y Podemos. Podría plantearse, incluso, que esa exigencia de “más y más derechos individuales” puede llevar en su seno los gérmenes de su futura desintegración; no en vano el individualismo extremo casa mal con cualquier perspectiva comunitarista, acaso la principal característica orgánica y estructural de ETA/Sortu.

Pero también puede afirmarse que su naturaleza intrínseca -comunitaria e identitaria- será su principal “activo” para el futuro: una vivencia colectiva gratificante y autoafirmadora, frente al desencanto del individualismo arrastrado por un deseo sin freno y sus alternativas del consumismo y la globalización sin alma.

Desde ETA y su conglomerado social han sido audaces, sacrificados, previsores, anticipadores… además de inmorales y despiadados.

Disuelta ETA, descartado el terrorismo como una vía “rentable”, sus herederos más directos, Sortu, inician una nueva fase política con un horizonte teórico muy claro y bien dibujado, coherente con su estrategia de siempre; pero con unas tácticas adaptadas a los “nuevos tiempos”. Sin la tutela de ETA, la izquierda abertzale continúa su camino con un arsenal ideológico bien cargado, aggiornado, y unas bases prestas al combate. Por todo ello, seguirá siendo una formación referencial en Vascongadas y Navarra; además de su principal foco de fractura, inestabilidad e imprevisibilidad democráticas.

Sila Félix

miércoles, 2 de mayo de 2018

¿Veremos al PSOE pactar con Bildu?


Todavía muchas personas considerarán que resulta bastante improbable que las filiales vasca (PSE-EE) y navarra (PSN) del PSOE puedan llegar a pactar con Bildu algo más que una ley. Muchos de ellos se llevarían una desagradable sorpresa al comprobar que la probabilidad cada vez resulta más alta, y no solo por los pactos de gobierno que el PSC realizó no hace tanto tiempo con ERC o los que en la actualidad mantiene el PSOE valenciano y balear con filiales filoseparatistas pancatalanistas en ambas Comunidades Autónomas. Existe un precedente histórico por el cual un grupo de filoetarras acabaron integrándose en el PSE-PSOE y además ejercieron una notable influencia dentro del partido.

Durante su ajetreada existencia, ETA sufrió varias escisiones y llegaron a operar varios grupos aparentemente independientes unos de otros. Los más conocidos fueron los que se constituyeron como ETA-pm (político-militar) y ETA-m (militar), siendo esta última la que ha permanecido hasta la actualidad conocida popularmente como ETA a secas. Ambas ETAs constituyeron sendos partidos políticos, los cuales no dejaban de ser coaliciones de agrupaciones mucho más pequeñas. ETA-m constituyó en 1978 la conocidísima coalición Herri Batasuna, englobándose en ese conglomerado conocido como MLNV. La otra ETA, la pm, constituyó por su parte la coalición Euskadiko Eskerra (EE) un año antes, en 1977, actuando hasta 1982 como brazo político de la organización terrorista.

Si bien ETA-pm a principios de la década de los 80 fue asumiendo internamente el Estatuto de Guernica y caminando hacia el abandono de las armas, este proceso no culminará hasta 1986, año en el cual salieron los dirigentes a cara descubierta a anunciar la disolución de la banda de sicarios. Unos años antes, hacia 1982 el brazo político de ETA-pm Euskadiko Ezkerra inicia un alejamiento de los etarras y una serie de fusiones con otros grupos procedentes de la órbita comunista inician una nueva andadura del partido el cual, en los años siguientes, obtendrá bastantes réditos electorales. Sin embargo, la caída posterior en picado de votos y representación política así como un supuesto "giro" de la formación desde planteamientos marxistas a otros de corte socialdemócrata llevará a establecer contactos con el PSE-PSOE que culminarán con la integración de los "euskadikos" en la filial vasca del PSOE.

La integración de Euskadiko Ezkerra en el PSE-PSOE culminará y se hará oficial en 1993, fecha a partir de la cual las siglas de la filial vasca del PSOE pasarán a ser PSE-EE-PSOE. Hay que tener presente que Euskadiko Ezkerra diez años antes de integrarse en el PSOE era el brazo político de la organización terrorista ETA-pm, con una relación bastante similar a la que tenía HB con ETA-m. Es verdad que los tiempos han cambiado y el desafío separatista en Cataluña como telón de fondo no resulta muy halagüeño, por otra parte el sector más radical de ETA-pm y EE que no aprobaron ni la disolución de la banda de sicarios, ni el giro socialdemócrata ni la integración en el PSOE se acabaron yendo a HB, mientras que ahora los sectores más radicales de Sortu no tienen una HB más radical a la que emigrar. Por otro lado, los bildus todavía hoy resultan demasiado totalitarios en ideas y formas incluso para el PSOE tanto en sus filiales vasca como navarra, las cuales prefieren pactar con el PNV y Geroa Bai.

Pero el tiempo pasará, los bildus por pura estrategia política girarán "al centro", eso sí, teniendo como horizonte final sus objetivos identitarios. Es más, en numerosos municipios navarros, concejales del PSN-PSOE han preferido ser expulsados del partido que romper sus pactos de gobierno con Bildu, como es el caso de Villava, Larraga o Tafalla en la legislatura en curso. Aunque las preferencias de PSN-PSOE y sus favoritos a compartir el poder son Geroa Bai, con una ETA aparentemente disuelta y un Bildu domesticado, nada impedirá en un futuro más próximo o lejano que el PSN-PSOE en Navarra  y al PSE-EE-PSOE en la CAV poder acercar posiciones y abrirse a pactos de gobierno con los post-batasunos. Los pactos comenzarán a nivel local (ayuntamientos y diputaciones forales), y probablemente en un futuro algo más lejano en el tiempo (no más de una década) esos pactos se acabarán extendiendo a nivel autonómico tanto en el Parlamento vasco como en el navarro. No parece factible que veamos a un Bildu/Sortu integrado en el PSE-EE-PSOE ni en el PSN-PSOE, pero un acuerdo de gobierno, que comenzará en algunos municipios, para extenderse en un futuro al resto de instituciones y niveles resulta algo más que probable e inquietante.

viernes, 2 de febrero de 2018

¡Pamplona se va a la mierda!


Pamplona y sobre todo su Casco Antiguo han de ser el nuevo macrogaztetxe de la bildurrianada. Para ello están trabajando con ahinco Asirón y su equipo. Ahora los atacados son los comerciantes del centro de la ciudad, que están viendo que las medidas de "amabilización" llevadas a cabo por el Consistorio se están traduciendo en la desertización de sus tiendas, con pérdidas de entre el 10% y el 30%; y aquí nadie puede protestar porque si no ya te mandarán a un borroka que te redecore el escaparate de un adoquinazo.

Las cosas son así: bajo la excusa de crear una Pamplona más sostenible, los del cambiazo están ahora aislando el centro de una ciudad pequeña que no ha tenido problemas notables de circulación y aun menos de contaminación. Mediante la eliminación de plazas de garaje y las restricciones de tráfico aderezadas con cientos de multas de todo menos amables, el consistorio bildu-podemita está logrando que los habitantes del resto de Pamplona y su comarca pasen olímpicamente de meterse en el berenjenal de ir de compras al centro de la ciudad, ya irán a lo sumo el fin de semana a tomarse unos potes por los bares del Casco Antiguo.

Los comerciantes del centro no son los únicos en pie de guerra, la sombra del nuevo modelo urbanístico planea sobre otros lugares de la ciudad como Pio XII: una de las avenidas más amplias de Pamplona, con buenas aceras y un número razonable de aparcamientos. Aquí el Consistorio amenaza con convertir la avenida en un infierno circulatorio, mediante la introducción de un carril bici redundante puesto que ya discurre otro por una calle paralela, un carril bus en una avenida en la que el transporte público no tiene significativos problemas para discurrir, y la ampliación de unas aceras que se encuentran entre las más anchas de la ciudad. Todo esto, ideica del concejal podemita Spider-Cuenca, que ha dejado patente en alguna ocasión sus prejuicios clasistas hacia los vecinos del Pio XII.

Manifestación de vecinos y comerciantes de Pio XII en contra de la problemática remodelación de su calle

Volviendo al centro de Pamplona, la contestación de los comerciantes al modelo aislacionista del Casco Antiguo y el Primer Ensanche tomó forma la semana pasada mediante una campaña de carteles colocados en los propios establecimientos disconformes. La respuesta de la purria proetarra no se hizo esperar: en Redes Sociales comenzaron a elaborar listas negras de comercios y una piara de abertzales se presentó en alguno de ellos haciendo amenazas veladas respecto a la integridad de sus escaparates. La respuesta esperada en una ciudad anormal como Pamplona, con importantes déficits democráticos que impiden la libertad de expresión plena de sus vecinos, cuya libertad es coartada de forma sistemática por la gentuza asilvestrada de siempre.

Algún mierda bastante miserable como Daniel Saralegi, coordinador de EH Bildu en Pamplona, llegó a afirmar que esta campaña era en realidad una conspiración de la derecha en contubernio con el Corte Inglés; para luego jactarse del "cambio de opinión" de algunos comerciantes que retiraron los carteles, tras ser señalados o incluso amenazados, claro está. Mientras, el alcalde batasuno afirmaba de forma socarrona en una entrevista para Navarra Televisión, que no le constaban ese tipo de presiones y que si quienes habían denunciado públicamente ese tipo de amenazas no lo denunciaban a la policía, a lo mejor es que era una "mentirijilla".

Medidas como esta, bajo la bandera de la sostenibilidad precisamente fomentan modelos poco sostenibles en un futuro no muy lejano, al redireccionar a los ciudadanos a las grandes superficies situadas en la periferia de la ciudad, lugares a los que se pueden desplazar y aparcar sin muchos problemas. Este modelo tiene más de useño que de europeo y parece que al concejal Cuenca le gusta porque no es ningún tonto.


Mientras escribo esto, el Navarra.com informa de que durante la madrugada, algún grupo de abertzales irredentos se ha dedicado a pegar panfletos al lado de los comercios que aun no han retirado los carteles en contra de la desertificación de sus tiendas. Los mensajes son muy amables como podemos ver, deseando que estos comerciantes se vayan del barrio. Las cámaras de seguridad ciudadana situadas por todo el centro de la ciudad serán incapaces de identificar a esta recua, como es obvio. Son cámaras incapaces de ver a un grupo de acosadores de la cuerda del alcalde, pero que aun sin audio son capaces de escuchar amenazas al alcalde que después se demuestran inexistentes mediante resolución judicial.


El mensaje está bastante claro: si eres comerciante en Pamplona y las medidas aislacionistas del Consistorio te están arruinando, te jodes y cierras. No tienes ningún derecho a protestar. Se ve que lo del cambio en realidad consistía en darle las obras públicas a Erri-berri, pero algo bueno pueden traer la desastrosa gestión del consistorio bildu-podemita y es demostrar la incapacidad de la extrema izquierda para la gestión pública y que los vecinos de Pamplona aprendan aunque sea al golpe y queden vacunados al menos por una década.

Hispano

lunes, 8 de enero de 2018

Vigilantismo social en Pamplona


Nos hemos enterado recientemente, pero en marzo del año 2016 un miembro de la Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz encontró una videocámara oculta en un respiradero de la cripta del Monumento a los Caídos de Pamplona. Monumento que por cierto nunca se llamó oficialmente así, sino "de Navarra a sus Muertos en la Cruzada", pero nos entendemos.

¿Qué clase de actividades subversivas venía realizando esta asociación religiosa canónica legalmente inscrita para que alguien le haga una escucha? Pues una misa privada todos los meses (este es un recinto consagrado) en honor a todos aquellos que han dado su vida defendiendo España, además de las reuniones ordinarias de la asociación. Quizás quienes colocaron la cámara creían que iban a grabar a los asistentes brazo en alto y entonando el Cara al Sol; o urdiendo conspiraciones golpistas, pero el hecho es que si no lo han filtrado ya se debe a que lo más peligroso que vieron en los vídeos son unos cuantos rezos.

De la investigación llevada a cabo por parte de la Policía Nacional se desprende que los responsables de la colocación de este artículo de espionaje serían dos miembros de ZER, un colectivo memorialista de extrema izquierda cuya única finalidad es la demolición del monumento que recuerda a los casi 5000 navarros que prefirieron morir luchando a ser llevados al matadero como corderitos mansos.


Descartado el que este dispositivo fuese colocado desde la propia cripta, ya que su acceso está restringido a los miembros de la hermandad, se desprende que quienes colocaron la cámara accedieron al conducto a través de la nave principal del monumento, esta sí en posesión del Ayuntamiento de Pamplona y cerrada al público. Lo que quiere decir que esta maniobra de espionaje fue llevado a cabo con la colaboración de algún empleado municipal, sino en connivencia con el Consistorio de extrema izquierda.

Bien podría ser este el escándalo Watergate de Joseba Asirón, pero la realidad es -y me gustaría equivocarme- que no existe voluntad política alguna para exigirle responsabilidades a la corporación proetarra de Bildu por estas labores de espionaje tan torpes pero que suponen un delito de revelación de secretos que no es baladí, acompañado de otro de prevaricación para los colaboradores necesarios en el Ayuntamiento. Recordar también que este consistorio reserva una partida de 13 millones de euros para la demolición del monumento, que es lo que más le preocupa a los pamploneses, ¿verdad?

Que el vigilantismo social es un proceder habitual en la ultraizquierda es algo harto conocido, un caso típico son los Comités de Defensa de la Revolución aun vigentes en Cuba y que se dedican a la vigilancia y el control de la vida pública y privada de sus conciudadanos; en aras del señalamiento y el acoso a los disidentes aun presentes en ese paraíso socialista del caribe que se está cayendo a cachos. Estos organismos parapoliciales los encontramos en cualquier lugar en el que se intenta reproducir una revolución socialista y todos ellos beben de los Revcom, los comités revolucionarios de la extinta Unión Soviética.

Recientemente las CUP intentaron crear "comités de defensa del referéndum" que se iban a encargar de suministrar las "hòsties que pariran terror" que nos habían prometido.

Esta maniobra de espionaje propia de algún Anacleto no es un hecho aislado, sino que se enmarca en una estrategia de acoso llevada a cabo por medios y asociaciones en la órbita de la izquierda abertzale y Podemos; que llevan años vigilando las actividades de esta hermandad y sacando fotografías a aquellos que asisten a sus misas o a quienes acuden por el Día de Todos los santos a las tumbas del cementerio de Pamplona que están reservadas a los combatientes caídos durante Guerra Civil.

Tomar fotografías a escondidas de una señora de 88 años que acude a un oficio religioso, lo llaman informar.

El vigilantismo, el señalamiento y el acoso; siempre han estado en el ADN de la extrema izquierda y actualmente la mayor amenaza para la libertad en España no son ni Donald Trump, ni Marine Lepen, por mucho que se empeñe en hacernos creer algún redactor cornudo de El Mundo; sino la formación criptocomunista que es la tercera fuerza más votada, gobierna las dos ciudades más grandes de España y gracias a la cual también el vasquismo ha tomado el poder político en Pamplona y en Navarra.

Hispano

jueves, 9 de noviembre de 2017

Cambio influidor por influencer


Se imaginan Uds. a Donald Trump "bloqueando" a los followers que critican sus twits en el universo internet, a Pablo Iglesias mosqueado por un "comentario" a propósito de su coleta o su torpeza para mantener una relación sentimental discreta y te "elimine" de Facebook o a Oriol Junqueras deleitándonos  en Instagram con imágenes de vendimia mirando una puesta de sol y no le guste tu "me gusta" y te "borre" como seguidor. Pues creo que ni lo hacen ni lo harán pues saben que por su condición pública están expuestos a esas opiniones, está incluido en su cargo y son lo suficientemente inteligentes para no echar más piedras a su propia imagen y reputación.

Les cuento mi experiencia personal de esta misma semana con mi alcalde de Pamplona coetáneo y coterráneo. Hay que ser torpe y necio para entrar al trapo de manera infantil a comentarios divertidos en sus publicaciones en Facebook a propósito del gusto que ha cogido últimamente por redecorar el Zaguán del Ayuntamiento o bailar al Rey por las paredes del Salón de Plenos. Yo pensaba que nuestro alcalde tenía más que hacer que contestar a todos sus acólitos, que no seguidores, con un "me llena de orgullo y satisfacción ..." cada dos por tres. En fin, que no me he llevado una decepción porque mis expectativas eran muy bajas y después de "bloquearme" o "eliminarme", ¡cuidado!, seguirá por sus salones de la red cual Rey "sin mérito" alguno. Fijense que lo normal es tener ediles cercanos al pueblo, es una frase muy utilizada entre los políticos, pues en internet no debe ser así con Joseba Asirón, debe estar acostumbrado a los dóciles votantes que les "encanta" sus noticias y se retroalimentan de su posicionamiento en "la nube". Pues nada sigan en ella pero deje el puesto a otro u otra que tenga los pies en el suelo y dé sentido y sentido del humos a su perfil público.

Por cierto su blog tampoco tiene desperdicio llamándose "adiospamplona" precuela de el thriller que estamos viviendo en la actualidad. El blog lo crea en 2010 y el mérito es contrastar fotos antiguas con actuales y hacer un pequeño comentario de texto al puro estilo de los ejercicios que utilizábamos en la EGB en los colegios de curas en tiempos de Franco, gran formato influidor.

Pues nada, lo seguiré a través de su blog cuando me aburra mucho o mejor buscaré a otros "influencers" que tengan más sentido y sentido del humor. 

Una colaboración de Cabezudo

lunes, 18 de septiembre de 2017

Los yihadistas takfires, gracias al euskogobierno, seguirán entre nosotros


El pleno del Parlamento de Navarra debatió el pasado jueves 14 de septiembre  una moción de UPN en apoyo al pacto antiyihadista, suscrito en febrero de 2015 en Madrid y al que se sumaron -en los meses siguientes- la mayoría de fuerzas políticas de representación nacional y autonómica, al objeto de «afianzar la unidad en defensa de las libertades y en la lucha contra el terrorismo». Dicha moción, apoyada por UPN, PPN y PSN-PSOE, fue rechazada por el cuatripartito; de modo que no prosperó.

La propuesta contemplaba diversas medidas de carácter policial y penal. Pero desde el cuatripartito se consideraron otros factores en su unánime rechazo.

José Miguel Nuin, por I-E, alegó que no se contemplaba la problemática de sus fuentes de financiación e implicaciones de política internacional.

El podemita Mikel Buil explicaba, por su parte, que un endurecimiento de las penas no puede disuadir a unos hipotéticos terroristas suicidas ya decididos.

Koldo Martínez, por Geroa Bai, alegó que «la seguridad total es un mito». No en vano, quien nunca se ha visto en el punto de mira del terrorismo practicado por sus correligionarios, al contrario que muchos navarros, puede llegar a sentirse invulnerable en otras circunstancias análogas.

Por último, Bakartxo Ruiz (EH Bildu) aseguró que su formación no daría un cheque en blanco al Estado para que éste, con la excusa del terrorismo, recortara las libertades. En definitiva: el habitual repertorio radical-progresista de sofismas cuyos efectos reales, más allá del guay postureo de sus voceros, son la parálisis y la indefensión de toda una sociedad. En este caso, la navarra.

Y decimos parálisis, pues algo más que buenas intenciones y retorcidos argumentos se precisan para afrontar un terrorismo casi invisible y difuso, pero muy real, como es el yihadista.

Es evidente que calificar al terrorismo de matriz radical-islamista como yihadista no gusta a muchos musulmanes; ni tampoco a ciertos analistas y periodistas.

Desde esta perspectiva, la “yihad”, ya entendida como ascesis personal, ya como guerra -defensiva u ofensiva siempre “santa”- serían actitudes totalmente justificadas y legítimas desde la teología musulmana y el “buenismo” occidental. Por ello, la mera asociación de los conceptos terrorismo y yihadismo implicaría una contaminación despectiva y propagandística cuya pretensión última no sería otra que la devaluación y estigmatización del islam en general.

Tal vez por ello, algunos de tales analistas, así como desde el mundo musulmán, especialmente el chií, a tan extensa variedad de terroristas se le denomina takfir.

Así, sin ir más lejos, recordemos que al fallecido imán de Ripoll, muerto en la explosión de Alcanar, se le calificó, así como a sus jóvenes reclutas, como takfires (http://www.diariosur.es/nacional/doble-vida-soldados-20170826000832-ntvo.html).

Pero, ¿qué significa “takfir”? ¿De dónde viene tal término? ¿A qué realidad musulmana se remite?

Para entender este fenómeno debemos remontarnos a los Hermanos Musulmanes, acaso la organización islamista internacional más conocida hasta la aparición de Al Qaeda y su escisión de Estado Islámico.

Nacida en Egipto, del genio de Hassan Al Banna hace casi 90 años, como fruto del movimiento reformista musulmán, sigue siendo una de las organizaciones sunitas islamistas más relevantes hoy día: en el poder en Palestina de la mano del partido político Hamás; habiendo alcanzado una potente presencia parlamentaria y social en Jordania; desalojada violentamente del poder en su patria natal; realizando una potente labor proselitista especialmente en el norte de África, Oriente Medio y Europa. 

En su seno se fue configurando una tendencia, posteriormente por completo desgajada, mucho más radical: Takfir Wal Hijra (traducido como Excomunión -o Anatema- y Exilio), fundada hacia 1969 de la mano del ingeniero egipcio Choukri Ahmed Mustapha; uno de tantos discípulos radicales de Sayed Qutb, el segundo líder histórico de los Hermanos Musulmanes egipcios, ejecutado en 1966 bajo el gobierno de Nasser.

Takfir Wal Hijra propone abandonar la actual sociedad impía y sustituirla por el modelo practicado hace diez siglos por los salaf (antepasados, quienes, idealizados, encarnarían el auténtico y primigenio islam). Prohíbe que sus miembros se integren en la función pública, el servicio militar o en la enseñanza pública. Tampoco participan en las mezquitas oficiales, por lo que acuden a las clandestinas en grupos de una docena como máximo de miembros, dirigidos por un emir, a fin de salvaguardar su clandestinidad. Este grupo, nacido inicialmente en Egipto, decíamos, se extendió por el norte de África y también entre las comunidades musulmanas de Europa; propiciando la creación de auténticas “islas musulmanas” que prefiguran, de alguna manera, la futura sociedad de los salaf.

Otra de sus características es la práctica de cierta “hipocresía”, justificada desde su peculiar teología, que les permite camuflarse entre las comunidades paganas, ya musulmanas, ya cristianas o ateas, al objeto de pasar desapercibidos y proseguir sus labores proselitistas. De este modo, según las circunstancias, no frecuentan las mezquitas “oficiales”, pueden lucir una cruz al cuello o tatuajes, beber alcohol, comer cerdo o salir con mujeres “cristianas”.

Destaquemos que, por su proximidad geográfica y su emigración en España, las doctrinas de Takfir Wal Hijra se encuentran en la génesis de, al menos, dos grupos terroristas marroquíes.

Asserate Al-Moustakine (el Camino Recto) perpetró hacia el año 2002 dos decenas de asesinatos sectarios, hasta su total desarticulación policial. Habría estado formado por militantes takfiros de procedencia social muy baja y escasa formación teológica, asiduos a mezquitas clandestinas de barriadas populares de las grandes ciudades marroquíes.

El segundo grupo terrorista, de credo takfir, sería el hoy día más conocido de todos ellos: el Grupo Islámico Combatiente Marroquí (GICM), directamente implicado en los atentados de Casablanca y, presumiblemente, en los del 11-M en Madrid.

No está del todo aclarada su génesis. Para unos sería fruto de la experiencia yihadista afgana. Para otros, un producto directo, aunque acaso no orgánico, de la escuela takfir. Incluso se ha afirmado que tal grupo habría sido muy infiltrado por determinados servicios de información estatales marroquíes. En cualquier caso, se trata de la expresión más mortífera del yihadismo del país vecino; integrándose en las redes de Al Qaeda.

Richard Labévière, redactor jefe de Radio France International, afirmó en su obra La trastienda del terror (Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores, Barcelona, 2004), que la mayoría de implicados en los atentados del 11-M en España participaban del credo takfir. Igualmente, otros autores españoles han insistido en la importancia de este factor en la configuración del terrorismo islámico europeo: es el caso de Javier Jordán (Profetas del miedo, EUNSA, Pamplona, 2004), por citar uno.

El GICM constituyó un caso excepcional en la perversa historia del terrorismo, pues fue desarticulado completamente en Marruecos a resultas de los atentados que perpetró en Casablanca el 16 de mayo de 2003: 14 suicidas provocaron la muerte de 45 personas y heridas a más de 60 en la que fue su primera y prácticamente única acción allí consumada. Esta circunstancia, además, contribuyó a frenar el crecimiento de un ascendente Partido por la Justicia y el Desarrollo (PJD), de tendencia islamista/nacionalista/conservador; pues éste limitó, ya entonces, su presencia electoral a un tercio de circunscripciones electorales al objeto de no alarmar a los “poderes fácticos”, en un ejercicio de autocontención y realismo. Todo ello alimentó cierta leyenda en torno a su posible infiltración externa (¿servicios secretos?) de carácter provocador...

En todo caso, de la importancia táctica de la ideología takfir para el devenir del terrorismo yihadista, rindió debida cuenta -muy lejos de cualquier teoría conspirativa- el cualificado periodista navarro José María Irujo en el diario El País un ya lejano 19 de diciembre de 2005. Entonces publicó un extenso reportaje en torno a la naturaleza y presencia en España del grupo Takfir wal Hijra. A destacar del mismo su influencia en diversas mezquitas ubicadas en Barcelona y Valencia, así como su convicción, coincidente con la de Richard Labévière, de que la mayoría de los autores de los atentados del 11-M compartían tal credo. Irujo afirmaba, por último, que informes de los servicios secretos franceses, a los que había tenido acceso, definía al grupo, nada menos, que como «el núcleo logístico de la mayoría de los grupos terroristas islamistas que actúan en Europa». Y todo ello antes de la eclosión de Estado Islámico también en diversos países de Europa.

Recordemos que Navarra ya ha sido objeto de varias operaciones antiterroristas en las que fueron detenidos diversos integrantes de redes yihadistas años atrás; un paisaje al que debe sumarse la movilidad de migrantes musulmanes en nuestra tierra, su variedad étnico-cultural, la opacidad de sus comunidades y el desconocimiento generalizado del idioma árabe, bereber y urdu.

Sin duda, tan complejo panorama constituye una poliédrica constelación humana -de grupos religiosos y políticos vinculados a redes de muy diversa naturaleza, en algunos casos de inequívoca vocación terrorista- a la que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estados, los Servicios de Inteligencia y los Jueces, deberán seguir, en todo caso, muy de cerca. A pesar del cuatripartito navarro.

Sila Félix

lunes, 14 de agosto de 2017

La “Ley del Vascuence” ha desaparecido del pasado de Navarra


Han borrado de la memoria colectiva de Navarra una de sus leyes, sin necesidad de derogarla. Como lo está leyendo: Ya no existe la Ley del Vascuence de 1986. El cuatripartito aprobó el día 27 de junio en el Parlamento foral una modificación de dicha ley, y el Gobierno foral se ha encargado durante el mes de julio de reescribirla en nuestro pasado. Bonita manera de respetar la memoria de un pueblo. ¿Le parece increíble? Veamos.

Durante esta primavera, los parlamentarios han estado discutiendo cómo modificar la Ley del Vascuence para incluir en la zona mixta y en la zona vascófona nuevos municipios que así lo habían solicitado. Las posturas eran (Ver noticia de febrero de 2017 aquí ):

- EH Bildu y Podemos querían la desaparición pura y simple de la zonificación establecida en la Ley de 1986, para “superar el marco discriminatorio”. Estos partidos veían la modificación de la ley como “un parche”, y un avance muy limitado para solucionar el tratamiento discriminatorio a los ciudadanos según donde vivan.

- Pero se ve que Geroa Bai consideraba esa postura traumática para la sociedad (por algo será), y dijeron que la ley se puede ir modificando mediante decretos para impulsar un cambio “profundo, tranquilo e integrador” que normalice el vascuence sin generar ningún trauma.  Dicho en román paladino: Para que no nos enteremos, vaya.

Y así, de sesión en sesión parlamentaria, se llega a la aprobación final de la modificación de la Ley de 1986, publicada en el BON del 6 de julio a mediodía, que se puede consultar aquí.   Vemos que el cuatripartito añade ahora una disposición adicional  que ordena la sustitución de la expresión “vascuence” por la expresión “euskera”.  Según la R.A.E., ambas palabras son sinónimas, pero algunos no están convencidos, y luego son los que acusan a otros de tener “obsesiones identitarias”. Qué paciencia.

A lo largo del mes de julio, el Gobierno foral, obedeciendo al Parlamento, ha reescrito la ley antigua para, con decisiones de 2017, colocarla en el año 1986: Vea el texto de la nueva “Ley del Euskera” que sustituye al  anterior.   De esta forma tan peculiar de hacer las cosas, la Ley del Vascuence ya no existe. Como dijo Geroa Bai, sin traumas, por favor. Y circulando, que es gerundio.

Sin embargo, como el pasado es terco y se empecina en mantenerse, podemos consultar en la página web del Parlamento Foral cómo era el texto de la Ley del Vascuence de 1986.  Nos imaginamos que los Boletines escaneados desde el papel no podrán cambiarse tan fácilmente, aunque no es descabellado. Pero no vamos a dar más pistas para que sigan borrando nuestra memoria.  

Por supuesto, ahora tenemos todo tipo de reglamentos, decretos e incluso alguna ley posterior a 1986 que modifican una ley anterior que ya no existe, según el Gobierno Foral.  La verdad, ni siquiera en la serie “El  Ministerio del Tiempo” se habían atrevido a tanto.  La realidad siempre supera a la ficción.

 Una colaboración de Leodegundia

miércoles, 5 de julio de 2017

Otro verano más, infectados de ikurriñas


En realidad, de la que aquí vamos a hablar, no se trata de una marea negra “normal”, la que se sufre en costas y playas de cualquier parte del mundo a causa de un accidente petrolífero; esas contaminaciones que todo lo anegan, cubren, deforman, destrozan… e impiden que la vida autóctona se manifieste.

Nos referimos a la marea de la “purrusalda”, de la bicrucífera vizcaitarra, de la ikurriña que tanta división, dolor y muerte ha traído también a Navarra. Y de todo lo que ella conlleva.

Este verano, cual marea negra que elimina el oxígeno vital de cualquier forma de vida social y comunitaria sana -pues reclama su tributo de totalidad- la ikurriña volverá a anegar Navarra. De diversas formas, por toda su geografía, en múltiples tiempos.

En ese espacio territorial del norte de Navarra -auténtico laboratorio social separatista a modo de extensión del Goyerri guipuzcoano- al igual que los veranos anteriores, con Ley y sin ella, la purrusalda permanecerá omnipresente: en salones de ayuntamientos, en balcones municipales, en calles y casas, en rotondas, frontones y cimas. Previa limpieza ideológica y eliminación física de disidentes durante décadas, se experimentará lo que viene acaeciendo también verano tras verano y en fiestas: la marea negra -tricolor en realidad- seguirá anegándolo todo.

En Pamplona será protagonista, de una u otra forma, como lo viene siendo desde hace años: por la fuerza de los hechos, por una imposición violenta, en suma, que no admite réplica alguna. En un mástil colocado a última hora en el balcón principal de la fachada del ayuntamiento de Asirón (ese chico que no reside en Pamplona, por cierto), cinco centímetros más largo o más corto que los “oficiales”; da igual. O en el balcón de al lado, o en el de arriba. En decenas de ikurriñas empuñadas con ferocidad identitaria en la plaza del ayuntamiento, al mediodía del día 6 de julio, por energúmenos drogados con alucinógenos dialécticos… y de los otros. En gigantescas ikurriñas, acaso, colgadas entre edificios de la plaza consistorial, para que resulte inevitable no retransmitir -desde tantas cadenas televisivas desplazadas con ocasión del universal evento- que los violentos persisten en deformar y “dominar” la fiesta.

En el resto de Navarra viviremos escenas parecidas: más ikurriñas en el ayuntamiento de Tafalla y en el de Cortes. Grupos de danzas luciendo sin pudor, ni memoria, los colores vizcaitarras en cualquier espacio pagado con los dineros de todos. Cuadrillas engreídas con sus pegatinas en pecho o pañuelo a favor de los “presos” (¿orgullo por unos asesinos cobardes, despiadados y sin corazón?) de tal o cual barrio de Pamplona, o de donde sea que fueren. Las txosnas guarras con rock atronador e irrintzis de guerra. Las pancartas antiestéticas y agresivas.

No importa: ya estamos habituados. Resignados. Llevamos años aguantando, mirando hacia otro lado, al suelo, o al cielo. Para, después, comprobar que ahí siguen: “jaiak eta borroka”. Efectivamente: una Navarra descansa, bosteza, dormita, disimula, mientras otra persiste en su eterna campaña militante. Años llevamos escuchando el “voló, voló, Carrero, voló…”, o “en Euskadi se prepara, pim, pam, pum, la revolución”, o “vamos a quemar el Opus Dei…”. Y sus chulerías, y su control del espacio público, y su intolerancia, y sus violencias, y sus heterofobias. Pero, realmente, nada nuevo bajo el sol.

La gente normal no quiere violencia. La gente normal quiere vivir, disfrutar, distraerse, descansar. Los totalitarios panvasquistas, los separatistas, los amigos del “Ortega Lara vuelve a la cárcel”, los graciosillos del “después de la borrachera viene la resaca”, las gentuzas del “algo habrá hecho”, seguirán con su programa, su prepotencia, su violencia. Su hipermilitancia y su “vigilantismo social”.

Pero algo ha cambiado en estos meses.

El pasado 3 de junio muchos miles de personas “normales” salimos a las calles de Pamplona para exigir poder seguir viviendo conforme nuestro estilo de vida: sin presiones terroristas, sin apremios desde el cuatripartito, sin amenazas y señalamientos desde el Menticias, sin necesidad de largarnos de nuestra tierra por imposición expresa o tácita del lobby euskonazi/guipuchi.

Algo se mueve en la sociedad civil navarra. Y ese “algo” lo ha hecho por iniciativa propia, tomando la delantera a partidos y grupos que creían ser la élite anticipadora del pueblo navarro.

Este verano, materialmente hablando, será parecido a los anteriores. Para escándalo de foráneos que, una vez aquí, no entenderán nada. Para resignación de los autóctonos que no se han plegado a los imperativos de las violencias abertzales y sus compañeros de viaje. Será parecido en formas y escenas ya vividas muchas veces; acaso más cañero, o un poquito menos, según conveniencias cortoplacistas de Barkos y los suyos. Pero, por parecido, no será igual. Todos tendremos, en las retinas, las imágenes de un 3 de junio en que un pueblo se movilizó frente al poder constituido de hoy –un nuevo régimen- y por delante de unas élites acobardadas por excesos de  prudencia o salvaguardia de exclusivos intereses. Y por todo ello sabemos que el futuro no está escrito. Y que las cosas pueden empezar a cambiar. 

Que ya no nos tragamos que la Barkos y sus amigos guipuchis sean la honestidad en cuerpo y alma. Ni su gobierno, el paraíso terrenal de leche y miel que nos prometieron. Ya sabemos que si no tenemos el EGA somos ciudadanos de segunda. También sabemos que, además de la corrupción material propia de una oligarquía partitocrática muy parecida independientemente de su color, existe otra corrupción moral que lo pudre todo: con sus mentiras, violencias e imposturas. Como sabemos que Koldo tiene un pasado del que no puede sentirse orgulloso. Y que el barómetro de euskorrupción (http://www.navarraresiste.com/2017/06/pamplona-la-empresa-de-armando-cuenca.html) sigue sumando... 

Es lo que sucede, antes o después, con los programas totalitarios y sus actores políticos: sus hechos también hablan por ellos. Con palabras y con violencias. Pues violencia es establecer una doble ciudadanía de hecho. Violencia en señalar a los disidentes. Violencia es perseguir cualquier símbolo –pegatina, bandera o pancarta- disidente con el “oficialismo” guipuchi/napartarra/panvasquista. Violencia es reinventar la Historia. Violencia es fracturar las familias y la sociedad. Violencia es vampirizar las mentes con espíritu y técnicas de secta.

Hay una Navarra que dormita, descansa y bosteza: está en su derecho. Otros se agitan y agreden desde la violencia moral y física. Pero hay razones para la esperanza.

De todo lo expuesto, único es el camino a seguir: comprometerse, organizarse y trabajar. No hay atajos ni soluciones mágicas. Ni nadie vendrá a salvarnos. Hoy día, trabajo cultural, social y político, son esperanza.

Verano de descanso, verano de pasión, verano para la decisión.

Sila Félix

lunes, 26 de junio de 2017

Los herederos de ETA vampirizan EH Bildu

Un movimiento táctico-organizativo de amplio calado

EH Bildu es la gran formación política de la “izquierda abertzale”, conforme su propia nomenclatura, con estructura jurídica de coalición electoral en la que se integran cuatro partidos de procedencia muy diversa. Dicha entidad celebró un congreso decisivo, para su estructuración interna y el juego real de las diversas “sensibilidades” existentes en su seno, el pasado 17 de junio de 2017; al que calificaron como de “refundación”. Lo que se presentó como “novedad” fue este intento de trascender la fórmula de coalición electoral para dotarse de órganos con capacidad ejecutiva; especialmente su “Mesa Política” de 19 miembros con derecho a voto y otros dos más sin él. ¿Simples palabras o giro táctico? Ya se verá un poco más adelante.

El principal de todos esos partidos sin duda alguna, tanto en número de militantes, cargos públicos, como proyección social, es Sortu: heredero directo de la expresión política de ETA Militar que ha conocido, al calor de los circunstancias legales, diversas denominaciones: Herri Batasuna, Batasuna, Partido Comunista de las Tierras Vascas, Acción Nacionalista Vasca, Euskal Herritarrok, Askatasuna, Bildu… Su líder más mediático, y seguramente el que disfruta de mayor prestigio tanto dentro como fuera de la organización, sigue siendo Arnaldo Otegi; quien tras su última estancia en prisión sigue liderando y marcando los nuevos ritmos. En la nueva Mesa Política de EH Bilbu, Sortu ocupa 12 puestos de los 19; casi dos tercios del total.

El segundo partido histórico de la coalición es Eusko Alkartasuna: la formación social-demócrata que fundara el navarro de origen -y guipuzcoano de adopción- Carlos Garaikoetxea, al escindirse del partido-madre EAJ-PNV con sus seguidores, allá por 1986. Tras unos primeros tiempos en los que jugó un papel relevante en la política vasca, el partido ha ido declinando hasta que, en la actualidad, se ha convertido en un mero satélite de la izquierda abertzale. Ciertamente, el propio Carlos Garaikoetxea, alarmado junto a otros “históricos”, se sumó, meses atrás, a un pequeño movimiento crítico a tal deriva; pero, pese a ello, los restos de su antaño criatura predilecta, están más marcados que nunca por el “Gran Hermano” etarra. Apenas dos escaños de la nueva Mesa Política, de un total de 19, son suyos.

Aralar, tercera formación de la coalición, es otra fuerza de izquierda abertzale que nació, formalmente el 29 de septiembre de 2001, como disidencia de Herri Batasuna; al no compartir la subordinación de la expresión política a la organización-líder, es decir, a ETA. En consecuencia, rechazaron la “violencia” política”, si bien por “consideraciones tácticas”, que no morales o de principios. Su escisión les generó no pocas dificultades de convivencia y de comprensión desde la izquierda abertzale “oficial”. De ideología “ecosocialista” e independentista, nunca alcanzó grandes cuotas de poder; no obstante, entre sus méritos siempre figurará que facilitara -con su pragmatismo y buenos oficios-el despegue del separatismo panvasquista en Navarra con el impulso de Nafarroa Bai, antecesor de Geroa Bai. Dos puestos en la Mesa.

El cuarto y último partido es Alternatiba, una pequeña formación comunista nacida en 2008 desde una de las facciones de la siempre convulsa y minoritaria Izquierda Unida vasca. Con apenas doscientos militantes, y con Oskar Matute como siempre sonriente coreógrafo de la izquierda abertzale en todos sus actos públicos, en la actualidad tiene el mismo peso político que Aralar y Eusko Alkartasuna (2 puestos en la MP); de modo que siempre se mostrarán agradecidos a Sortu, facilitándoles el control absoluto de la organización a los herederos de ETA.

Por último, un único puesto –el decimonoveno de la ejecutiva- se ha reservado para los “independientes” de los que tanto hablan; en la persona de la ex-presentadora y directiva de ETB Maddalen Iriarte.

El congreso del 17 de junio, apenas estudiado y seguido en Navarra pese a su relevancia, aportó algunas novedades.

La principal de todas: EH Bildu concebido como partido-coalición-movimiento; lo que es una simple traslación semántica de la tradicional concepción centralista y leninista del autodenominado MLNV. Entonces, y durante décadas, fue ETA la organización-vanguardia; Herri Batasuna en sus diversas denominaciones, la expresión política; diversos movimientos sociales, a modo de “aros de cebolla”, sus estructuras sectoriales especializadas. No olvidemos que, en su origen, Herri Batasuna -inicialmente Mesa de Alsasua (24 de octubre de 1977)-  también fue una coalición: ANV, HASI, ESB y EIA. Posteriormente, EIA se marcharía, dando lugar a Euskadiko Ezkerra entre 1981 y 1982; incorporándose al resto de formaciones abertzales LAIA.

Ahora se repite, bajo la palabrería oficiosa propia del proceso y debate interno de las formaciones de EH Bildu, una operación análoga; pasando a controlar, por parte de los herederos directos de ETA, unas organizaciones que, al menos en origen, disfrutaban de una autonomía y una ideología propias. El cambio se ha justificado, según su propio documento interno, del siguiente modo: «la forma de una coalición, la estructura de un partido y el carácter de un movimiento (…) integra las característica de estas tres tradiciones organizativas: la riqueza ideológica de las coaliciones, la eficacia de las estructuras de partido y la horizontalidad y participación de los movimientos». Y ello es así, pues «queremos dar el salto y evolucionar de coalición de cuatro fuerzas políticas a sujeto político que incorpore también a sectores y personas independientes, con nuevas ideas y proyectos, no necesariamente identificadas con alguno de los partidos». Un verdadero logro táctico, pues además de asegurarse la solidez del proyecto y la fidelidad de sus socios, gana prestigio y una aparente aura de pluralidad al canalizar “culturas políticas” diversas.

Pero, ¿por qué se ha elegido este momento y no otro, antes o después? También lo explican: «En el Estado español no hay condiciones para una democratización y el ciclo del autonomismo se ha agotado. El vuelco en Nafarroa, la creación de la Mancomunidad Vasca o la amplia mayoría por el derecho a decidir en la CAV facilitan “un itinerario confederalista” en que los tres espacios podrían ir convirtiéndose en Estado por sus ritmos y vías e integrar finalmente si lo desean una República vasca».

Arnaldo Otegi, en una amplia entrevista concedida a Gara el 19 de junio, demuestra, además, ser un alumno aventajado del tantas veces mencionado en este blog, Antonio Gramsci, al afirmar que «Vemos que la gente percibe a EH Bildu en un extremo del eje izquierda-derecha, en feminismo, en independentismo... y sin embargo ahí convivimos culturas muy diferentes: sectores socialdemócratas, comunistas, ecosocialistas... Desde mi punto de vista, esa síntesis conecta bien con las amplias mayorías del país, aunque aún no se haya traducido en mayoría electoral, porque esos son los valores hegemónicos».

Por lo que a Navarra se refiere, asegura que: «Todo el mundo es consciente de que EH Bildu está jugando un papel fundamental en el sostenimiento del cambio en Nafarroa. Y se reconoce. Dicho esto, hay una demanda de que el cambio tenga otra intensidad e incluso otra dirección en determinadas esferas. Sacar a UPN, como sacar a Maroto, era una condición imprescindible, pero no suficiente. El Gobierno del cambio tiene que hacer cambios. Con toda la responsabilidad del mundo, sabiendo lo que nos jugamos, decimos que la mayoría social que existe se tiene que ver reflejada en la acción de Gobierno». Gramsci, puro Gramsci.

Sin duda hay que reconocer su capacidad de trabajo interno y de adaptación a las nuevas condiciones objetivas, sociales y políticas, en el contexto de la globalización, de los “escenarios vasco y navarro”. Bien harían sus rivales políticos en analizar las motivaciones de unos cambios aparentemente poco importantes y en poner en práctica las enseñanzas tácticas-organizativas derivadas de ese pragmatismo organizativo. En definitiva: nuevos escenarios, nuevas tácticas y nuevas formas de organización. Por el contrario, PP, UPN, Ciudadanos y PSN-PSOE, mantienen desde hace años los mismos estatutos y la misma cultura organizativa: la de ser “partidos de gestión del poder”. Lógicamente, tan rígida y precisa estructuración, propia de unas circunstancias políticas muy determinadas –democracia formal, juego parlamentario clásico, turnismo gubernamental-, impide trabajar de una manera eficiente desde la oposición; careciendo en consecuencia de experiencia y estructuras propias del trabajo de calle y de base.

Un pequeño paso, en suma, desde una gran estrategia. Que nadie se llame a engaños.

Sila Félix