martes, 27 de octubre de 2015

Euroregión o euskoregión


El Gobierno de Navarra ha pedido integrarse de nuevo en la Eurorregión que ahora mismo se llama Aquitania-Euskadi y tiene su capital en Hendaya. El mismo nombre nos puede llamar la atención, porque Navarra no es ni Aquitania ni País Vasco, al menos por ahora. ¿Qué está pasando en realidad?

Desde 1982, antes incluso de la incorporación de España a las Comunidades Europeas (hoy UE), Navarra participó en la Comunidad de Trabajo de los Pirineos, que nació para que las regiones y Estados que comparten la frontera pirenaica se coordinasen por sus intereses comunes, y gestionasen una serie de programas europeos transfronterizos. Algo como se ve bastante sensato y razonable. Realista y sobre todo sin un trasfondo político.

Pero, como siempre que en algo participan los separatistas vascos, la cosa se politizó. Con los años los programas de cooperación en intercambios fueron avanzando y teniendo sus frutos, pero a la vez los partidarios de la integración de Navarra en su soñada Euskal Herria vieron en eso la posibilidad, una más, de construir su Paraíso.

Al crearse una Eurorregión, los Gobiernos del PNV no pensaban en regionalismo, ni en los ciudadanos ni en su bienestar: era una oportunidad para ellos magnífica de crear un marco administrativo compartido en el que participasen todos los territorios anhelados al menos por los más moderados de los nacionalistas: la región francesa de Aquitaine (con sus cinco Departamentos, de los que sólo los más imperialistas de ellos reclaman más de uno… por ahora) y las regiones españolas de Vascongadas y de Navarra. En definitiva, un camino europeo para crear una unidad administrativa compartida, algo que las Leyes y las Constituciones de los dos estados no permitirían de otro modo.

Ante la exhibición jeltzale del imperialismo separatista contra Navarra (en sus mismos símbolos, en todas las declaraciones y documentos de su Gobierno) y ante la no condena por parte de los Gobiernos del PNV de actos de terrorismo de todo tipo contra la libertad de Navarra, foral y española, en 2000 Miguel Sanz sacó a Navarra de toda cooperación en esa Eurorregión. Navarra ha seguido en la Comunidad de Trabajo de los Pirineos, pero no se sometió a esta región usada como instrumento vasquista.

Uxue Barkos se ha precipitado a suplicar que la Comunidad Foral sea aceptada de vuelta en la “Eurorregión Aquitania/Euskadi”, usando la habitual palabrería. De hecho, desde 2011, una es una Agrupación Europea de Cooperación Territorial, dotada de personalidad jurídica. Algo que puede estar muy bien pero que en este caso sólo tiene una interpretación: sumisión a Euskal Herria y más temprana integración.

Lo curioso del caso es que el próximo 1 de enero de 2016 Francia reduce drásticamente el número de sus regiones, para ahorrar (y en todo caso las regiones allí no tienen competencias ni educativas, ni fiscales, ni sanitarias), y desaparecerá Aquitaine para integrarse en una mucho más extensa Aquitaine-Limousin-Poitu-Charentes. Tendrán entonces que cambiar de nombre a la región. ¿Qué harán? ¿La llamarán Euskadi-Navarra-Aquitaine-Limousin-Poitu-Charentes? ¿Llevarán su sueño imperial vasco hasta orillas del Loira, superando incluso a Federico Krutwig? ¿O directamente nos quedaremos “en familia” y la llamaremos Euskorregión Euskal Herria?

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