jueves, 24 de mayo de 2018

De ultras futboleros, antifascistas y comunistoides a machistas violadores heteropatriarcales


El itinerario penal y penitenciario de los cinco integrantes de “la manada” sanferminera todavía no está cerrado. Pero simbólica y materialmente ya ha cumplido el papel que ni el mejor propagandista y agitador de cualquier causa revolucionaria pudiera haber pergeñado en aras a su ideal; en nuestro caso, la implantación de una nueva vuelta de tuerca propiciada por la “agenda” práctica de la ideología de género en España.

Las movilizaciones desplegadas –multiplicadas, ensalzadas y ejemplificadas desde unos complacientes medios de comunicación- con ocasión del veredicto de la sentencia, emitida en Pamplona en primera instancia, deben vincularse a la grandiosa puesta en escena del 8-M en España y que ya analizamos sintéticamente en nuestro escrito “Diez tesis sobre el 8-M feminista” (http://www.navarraresiste.com/2018/03/diez-tesis-sobre-el-8-m-feminista.html). No nos repetiremos, pero las claves explicativas de “la respuesta” de “las mujeres” a la sentencia Nº 38/2018 de la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Navarra (https://www.elplural.com/sociedad/2018/04/26/sentencia-completa-la-manada), que casi nadie ha leído, y menos comprendido, son las mismas que movieron a cientos de miles de españolas a salir a las calles el 8-M bajo la invocación de una auténtica revolución feminista sin posibilidad de réplica. Agit-prop en estado puro.

Los cinco integrantes de esta manada estaban acostumbrados a hacer lo que les daba la gana: vivían a tope, se “divertían” sin restricciones, para ellos no existirían “líneas rojas”, toda su vida giraban en torno a la juerga y las nuevas experiencias, el sexo era su principal motor vital. Y tenían “éxito”: novias muy atractivas, ligaban sin restricciones, participaban en orgías pues a su entender “es lo más normal”. Grababan sus excesos con sus móviles, sin vergüenza ni remordimientos, no en vano… “es lo que se lleva” y además “todo el mundo lo hace”.

Enganchados a más y más “chutes de adrenalina”, estaban familiarizados con la violencia del futbol de la mano de otros como ellos: los Biris, ultras del Sevilla de filiación anarco-comunista. Futboleros, antifascistas sevillistas y orgullosos. No eran, pues, unos fachas de los que ya no quedan.

Bandera en apoyo al Prenda desplegada por miembros de Biris Norte en el Sadar (en la peña de extrema izquierda era conocida como "Gordo")

En su conjunto eran -y son- un fruto -entre tantos otros similares de su generación- de la educación y los valores libertarios y desarraigados de nuestro tiempo: “haz lo que sientas”, “experimenta sin restricciones”, “sólo se vive una vez”, “disfruta a tope que será lo único que te lleves”, “el sexo es como la sed: sácialo cuanto se presente”, “no te diferencies de los demás”, “sospecha y rechaza toda forma de autoridad”, “todos los derechos sin cargas”, etc., etc.

Los cinco energúmenos de esta manada se “comían” el mundo, literalmente. Y vinieron a Pamplona atraídos por su leyenda de sexo fácil, alcohol regando las calles, un supermercado de drogas; “desfase a tope, tío”. Nada diferente a lo que se persigue, vive y experimenta en Pilares, Fallas, Feria, o en toda fiesta patronal de cualquier pequeño y perdido pueblo de nuestro país.

Pero calcularon mal: aunque irresistibles para “cualquier mujer” -tal era su autopercepción-, se dieron de bruces con el “no es no” de una muchacha muy joven. Y desde entonces se preguntan: el “no es no”, ¿antes, durante o después y por cuánto? No es baladí: todo lo contrario. La cuestión clave es el consentimiento de la joven. Ellos iban a lo que iban: no hay duda. Todos a una. Pero, ¿ella? Consentimiento, voluntariedad, libertad, madurez: una confluencia de circunstancias, tan delicadas como susceptibles de muy dispar interpretación en sus expresiones y contexto, que explica la emisión de tres soluciones técnico-jurídicas tan diversas (la del Ministerio Fiscal, la de los dos jueces del veredicto mayoritario y la del voto particular).

Aficionadas del betis borran una pintada de los Biris Norte en apoyo a la manada. (https://twitter.com/LinaMolero/status/993385930156363776) El ultrilla antifascista "Dimitri Dzhugashvili" (@Dzhugashvili75) les responde: "Menos se tarda en pintarla de nuevo"

No les ha ayudado, en este juicio social, que uno fuera guardia civil y otro militar. Tampoco que Asirón y el mismo Gobierno de Navarra hicieran propia la causa con voluntad de “hacer historia”, dar ejemplo y marcar las fiestas con un sello indeleble de progresismo y feminismo. Con todo su entusiasmo y característico oportunismo propagandista, por supuesto.

En medios penitenciarios se ha destacado que el perfil de los cabestros de la manada no es el propio de los más habituales en prisiones. Pero, ya se sabe, los delincuentes sexuales rompen los esquemas muchas veces… De hecho, y esa es la impresión que se ha trasladado desde el feminismo radical, “cualquier hombres es un violador en potencia”; por muy “normal” que aparente ser.

Por otra parte, como internos apenas han establecido estrechas relaciones con otros… salvo con los jóvenes de ATA (Amnistia Ta Askatasuna, radicales a la izquierda de Sortu) que permanecieron en su mismo módulo (el número 3 de la prisión de Pamplona en el caso de los tres “civiles” de la manada) durante unos meses, a raíz de su detención, por su implicación en la kale borroka que unos centenares de guipuchis desataron en Pamplona el 11 de marzo de 2017 bajo la convocatoria de Errepresioari Autodefentsa (http://www.navarraresiste.com/2017/03/la-violencia-abertzale-retorna-pamplona.html) y que estos días está siendo enjuiciada.

Lo que no oirás en los medios es que El Prenda simpatiza con la izquierda abertzale aun hoy en día, como delatan sus amistades en prisión

De lo que no eran conscientes, los delincuentes de esta manada, es que forman parte –velis nolis- de la minoría mayoritaria responsable de todos los males del mundo mundial  y a lo largo de la historia; por lo que ésta debe ser desposeída de todo poder, visibilidad y posición: la de los heteropatriarcales españoles autóctonos (y para más inri, guardia civil y militar –aunque comunistas- dos de los cinco).

Con su brutalidad e irresponsabilidad, los biris de la manada se pusieron en bandeja para un verdadero auto de fe de la nueva inquisición políticamente correcta diseñada por la “sancta ecclesia feminista de todos los  derechos para todas las personas hasta el infinito y más allá”.

Estamos viviendo una nueva fase de la revolución cultural que significativamente se visualizara y ahondara a partir del recién celebrado mayo del 68. Aquellos rescoldos vienen alimentando esta “agenda” ideológica con sus expresiones sociales, culturales, mediáticas y políticas. De todo ello se derivan, inevitablemente, unos “reajustes” colectivos que deberán ser coherentes con esas premisas ideológicas y sus “contra-valores” ya devenidos en “valores” universalmente aceptados; siendo aplicados con los consiguientes correctivos estatales, institucionales, judiciales y económicos que toda revolución requiere implantar.

Una de las derivaciones más inmediatas del “acontecimiento manada” es la “imperiosa” necesidad de reforma del Código Penal que ya ha iniciado el Partido Popular, desde el Gobierno, con el nombramiento de numerosas mujeres como vocales permanentes de la Sección Penal de la Comisión General de Codificación que asesora la reforma en el capítulo de delitos contra la libertad sexual del Código Penal. Pero, ¿es la única reforma que precisa el Código Penal? ¿No está desfasado o poco operativo en múltiples áreas? Y, sobre todo, ¿con qué orientación?: ¿acaso hacia la “discriminación positiva” en el ámbito penal, extendiendo la inversión de la carga de la prueba -en toda casuística afectivo-sexual-patrimonial en la que sea señalado un español heteropatriarcal- al igual que se implantó desde la llamada Ley contra la Violencia de Género?

Este es el debate real: la sociedad española se juega la imposición de un modelo feminista de revancha, discriminatorio y de virtualidad totalitaria; no en vano el empoderamiento sin reservas de unas requiere la destrucción –o máxima contención- de los otros.

En nombre de “todos los derechos para todas las personas”, la “agenda de género” viene estableciendo los mecanismos jurídicos, mentales y mediáticos propios de una dictadura de nuevo cuño. Más sutil que otras, pero no menos liberticida, y en nombre del feminismo. Pero, nos preguntamos, ¿qué opinarían de todo esto si las sufragistas británicas levantaran la cabeza? Aquéllas querían voto, reconocimiento, igualdad. Justo, muy justo todo ello. Las de hoy, al menos las más mediáticas, enfrentamiento civil, conflicto inter-sexos, ruptura con la naturaleza, poder y más poder. No es justicia lo que quieren, ni igualdad: es poder, todo el poder; “porque yo lo valgo”.

Sila Félix

1 comentario:

  1. Mira por dónde: Así que aquello que se dijo de que eran de extrema derecha, nacionalistas españoles y tal y cual...nada de nada. Se descubre que son tíos de extrema izquierda y amigos de separatistas los que se pasean como machistas y violentos. Más de uno tendrá que tragarse sus palabras y sus tuits.

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