lunes, 27 de junio de 2016

¿Navarra está salvada? Creerlo es de tontos o de malvados


Hubo elecciones generales el 20 de diciembre, y ha vuelto a haberlas el 26 de junio, por si alguien no lo sabía. Quizás no sean las últimas este año, si los políticos siguen siendo incapaces de convertir en Gobierno la voluntad popular en las urnas. En España todo sigue igual. Y en Navarra casi igual.

En Navarra UPN-PP (en coalición) obtienen en junio como en diciembre algo más de 100.000 votos. Un leve ascenso y con la participación en ligero descenso; un voto estable, que no ilusiona pero al menos sí capitaliza el temor. Los 126.000 votos de 2011, que habían llegado a ser en su momento unos 150.000, bajaron a 101.000 y se han quedado ahora en 106.000. Suficiente para ganar, para superar el 30% y para tener dos diputados y tres senadores. Podemos no les supera, pueden salir diciendo que han ganado –lo que técnicamente es cierto- y nadie pierde su puesto. ¿Felices vencedores en una Navarra salvada de la amenaza izquierdista?

Lo cierto es que tanto UPN como PP están fuera del poder real en las instituciones navarras, excepto algunos Ayuntamientos, y que esto los está desgastando. Tienen menos afilados, menos entusiasmos y el único horizonte de ganar elecciones y recuperar el poder. Han mantenido su fuerza con el “voto del miedo”, arañando consensos a Ciudadanos (que baja en Navarra de los 25.000 de diciembre) y quizás a la abstención de los hastiados. Es un buen resultado a corto plazo, que sin embargo ni resuelve sus problemas internos, ni les da una meta clara y atractiva ni, sobre todo, los pone más cerca de derrotar al Cuatripartito de Uxue Barkos.

Podemos conserva por otro lado sus dos inesperados escaños  de diciembre - Ione Belarra y Eduardo Santos -  subiendo de 80.000 a más de 94.000 votos. Y aquí hay varias cosas dolorosas que recordar: si bien es verdad que han perdido como en toda España votos que han vuelto al PSOE y votos de IU que quizá no se han movilizado, han sabido conservar el grueso de Izquierda-Ezkerra y además pescar en los caladeros antes vedados de Bildu-Batasuna. Podemos es el “voto útil” para la izquierda y la extrema izquierda, y también para el descontento  juvenil e incluso para los separatistas. Son la columna vertebral en la sociedad real del Cuatripartito, y están curiosamente menos lejos de UPN-PP que en diciembre. En el conjunto de España no les ha ido bien pero en una Navarra radicalizada, con un centroderecha voluntariamente lejos durante décadas de las aulas y de los jóvenes y con una cuestión nacionalista añadida al resto de temas propios de Podemos, a los de Iglesias les ha ido bien, y van modestamente a más.

El PSOE temía ir a mucho menos, y se ha salvado. Los socialistas, que en 2011 fueron segunda fuerza, en diciembre perdieron  unos 20.000 votos, fueron tercera fuerza con sólo unos 55.000 y salvaron un solo diputado -Jesús María Fernández-, resisten y suben un poquito hasta los 57.000 y se quedan como terceros. Aquí ya hubo ‘sorpasso’ pero al menos no se ha agravado. En cifras, como UPN-PP, pueden decir que se han estabilizado, que suben y cuanto quieran decir. Pero el hecho es que su votante, fiel, está envejecido y desilusionado, carecen de actividad social y juvenil real –como UPN-PP- y han renunciado también a la batalla de las ideas, de la educación y de las imágenes. Sus carteles, a su modo eficaces, podían haber sido los deFelipe González en 1982. Tienen una crisis de afiliación y de activismo, y realmente no saben dónde van. La izquierda radical de Podemos es joven y sí tiene un proyecto social sugestivo… aunque aún sea minoritario.

¿Y los nacionalistas vascos? Por primera vez desde 2000, aunque no por primera vez en absoluto, se quedan sin representación parlamentaria en Madrid a cuenta de Navarra. El partido de la presidenta Uxue Barkos, que en diciembre tuvo aún 30.000 votos y fue quinta fuerza, se queda en la mitad con apenas 14.000. Tiene su gracia que en unas elecciones celebradas justo el 26 de junio –día de san Josemaría Escrivá- Geroa Bai presentando como candidato a un ex numerario como Daniel Innerarity tenga semejante fracaso. Tampoco se lo reprocharán mucho desde el País Vasco porque al PNV no le ha ido mucho mejor allí, y en el fondo esta posición es la tradicional del nacionalismo ‘moderado’ en Navarra, llámense PNV, EA o Geroa: la marginalidad de una sexta fuerza. Otra cosa es que Barkos sea presidenta en una posición tan débil.

Los batasunos de EH Bildu en diciembre rondaron los 35.000 votos y se quedaron sin representación, 15.000 votos por debajo de los que tuvieron en 2011. Ahora en junio resisten en torno a los 31.000 votos, y son la cuarta fuerza aunque sin escaño, y esto debe ser entendido como un éxito pese a todo. ¿Por qué éxito?Porque a pesar de que el “voto útil” tanto extremista de izquierdas como antiespañol es aquí el de Podemos, y hay un desvío de votos desde el entorno potencialmente abertzale a Podemos, Bildu demuestra solidez y  tener una masa social a prueba de bomba en su lealtad. Una red social coherente y activa con el doble de votos que los de Barkos y, sin ninguna duda, todos los argumentos para liderar ellos y no los de Geroa cualquier futuro que el mundo abertzale quiera tener en Navarra. El activismo juvenil y la penetración social de Podemos son las únicas partes amargas de una jornada electoral que para los de Bildu no lo es tanto. Y pronto les veremos manos a la obra, tanto para deglutir los restos de Geroa Bai como para competir en crecimiento con sus por otro lado compañeros de Podemos.

Los abertzales, con menos votos, están hoy más cerca que antes de alcanzar sus objetivos en Navarra. Y eso porque Podemos, siendo una extrema izquierda de líderes marxistas, está abierto a una posible secesión o a una anexión al País Vasco. Y esto también porque hay una menor resistencia social identitaria a esa opción, de la que sólo es posible culpar a los que durante dos generaciones ya se han encargado de la educación, la cultura y muchos medios de comunicación en Navarra y en España: aquí UPN siempre hasta 2015 y a menudo el PP en todas partes.

Podemos sumado a los abertzales es una amenaza. Pero a nosotros no nos importa que lo sea para ciertos intereses empresariales, sino que lo es, y de frente, para una Navarra en España. La independencia y la ruptura están hoy más cerca. UPN y PP se equivocaron en diciembre y se han vuelto a equivocar ahora al desilusionar a parte de su electorado tradicional, que se ha abstenido, y a un electorado renovador que sigue fiel a Ciudadanos (20.000 votos y cuarta fuerza) pese a los desprecios y ninguneos soberbios de los partidos tradicionales y de los medios de comunicación provinciales.

La Navarra foral y española, amenazada de un modo nuevo, está más en peligro que nunca, ante un horizonte impreciso. Los líderes políticos han demostrado estos seis meses que les importan más sus siglas y sus puestos que el bien común de España y de Navarra. Han permitido la repetición de elecciones para nada y han renunciado a dar batallas esenciales de ideas, de valores y de simple acción social. Si Navarra ha de resistir la amenaza, no va a ser por lo que ellos hagan sino por lo que todos nosotros hagamos juntos desde la sociedad real, no un día votando sino cada día actuando.

Caius

No hay comentarios:

Publicar un comentario