martes, 2 de mayo de 2017

El primero de mayo ya no es lo que era...


No hay nada más aburrido y previsible que una manifestación del primero de mayo; incluso en la siempre temperamental Pamplona.

Por tener, ayer uno de mayo de 2017, tuvimos hasta tres manifestaciones distintas; cada una con su recorrido, su historia y su idiosincrasia.

La de los sindicatos del régimen, es decir, CC.OO. y UGT, transcurrió como todos los años: con un marcado carácter “festivo”. Y es que lo de la “acción directa”, el impulso revolucionario y demás excesos verbales, pasó a la historia.

Haciendo números, en torno a la asistencia, se deduce que ni siquiera se personó una mayoría de sus delegados sindicales y liberados (¿de qué?, de trabajar, faltaría más). Pero ahí estaban: casi todos/as perfectamente reconocibles como “liberados/as” y demás estómagos agradecidos. Gentes de mediana edad, saludándose, abrazándose, colocándose cariñosamente las pegatinas unos a otros… Pero muchos no esperaron hasta los tediosos discursos finales del evento, optando por dejar la marcha y repartirse por los bares del casco viejo, celebrándolo como mejor se hacen estas cosas: en compañía de la familia, con unas cervecitas y los siempre sabrosos y reconstituyentes pintxos; que ser de la clase obrera no está reñido con vivir bien, oiga.

Con toda seguridad, a los siempre bisoños e inexpertos chicos/as de la UJCE –las juventudes del PCE-, reunidos en torno a un centenar, tamaña desviación «revisionista-claudicante-pequeño burguesa-gastronómica» les habrá parecido deleznable; sobre todo a los tres que gritaban “les pique a quien les pique, partido bolchevique”. Pero criaturas, ¿queréis ser bolcheviques en el PCE? Pues lo tenéis claro. Si sobrevivís a la lectura de los informes de los diversos comités del partido, a su reflexión, debate, conclusiones y práctica, cientos de folios más que aburridos y reiterativos, miles acaso…, se os habrán quitado las ganas de cualquier ejercicio revolucionario. Ser joven y estar en el PCE, hoy día, es como ser niño y rechazar una golosina: es increíble. Por antinatural. Y ello sin necesidad de recordarles que forman parte del entramado agónico de una ideología genocida cuya apología debiera estar perseguida por el Código Penal.

La manifestación de los sindicatos radicales -ESK, STEE-EILAS, Solidari, CGT, CNT- parecía una procesión de funcionarios camino de la ceremonia de su jubilación. Tan serios marchaban, ellas y ellos, rememorando tiempos mejores, que ni siquiera coreaban esos eslóganes que siempre les caracterizó; sí aquellos de “obrero despedido, patrón colgado” y similares, que tanto animaban aquellas memorables jornadas. Pero nada divertidas, nada de nada, marchaban entre ellos una decena de empleadas domésticas –hispanas, para más señas- que coreaban “tenemos sueldo, pero no jubilación” ante la general indiferencia. Esperemos que estas mujeres se sumen, en otras convocatorias futuras, a compañeros más entusiastas; pues si dependen de éstos, seguirán currando sin jubilarse jamás. Y en sus casas (aunque fueren de protección oficial  precio tasado).

La de LAB siempre reserva sorpresas, un clásico. De modo que en NavarraResiste.com también damos cuenta del “numerito”, ya preanunciado, de las placas; claro que si hubiera sido otro “colectivo” el que las hubiera retirado –robado, pues hubo violencia contra las cosas- ya estarían sus autores disfrutando de las comodidades de los calabozos pamploneses y de los bocadillos de mortadela suministrados en tan largas noches en compañía de otros aventajados adalides de la innovación social.

Pero destaquemos que, finalmente, los de LAB ya han diseñado el paraíso vasco de la clase trabajadora: “35 horas, 1.200 euros”, es lo que voceaban. Pues, la verdad, para este viaje no hacían falta tales alforjas: ¡así no hay vasco o vasca que salga de Euskadi para subir montañas!; salvo cuatro privilegiados. Que los Alpes y el Himalaya están muy caros…

También han resultado enternecedoras esas pancartas de LAB que reclamaban la “soberanía” en diversos planos como respuesta al actual estado de cosas y el maltrato sufrido por la clase obrera. Sorprendente: la misma receta que el Partido Comunista Portugués… y Marine Le Pen. De hecho, fue un socialista francés, Jean Jaurès, el que decía que “la patria es el único bien de los pobres”. Será por ello que los trabajadores franceses han abandonado al PCF, el PS y la CGT, para votar mayoritariamente al Frente Nacional; quien denuncia que “la izquierda francesa ha traicionado a la clase trabajadores”. Cosas veredes, hermano Sancho...

Pero en Navarra, como en el resto de España -mal que les pese a la mayoría de los precitados-, los sindicatos de trabajadores todavía disfrutan de un cierto peso e implantación sistémica. Una circunstancia realmente sorprendente, no en vano la financiación de estos sindicatos, que tienen una de las afiliaciones más bajas de Europa, es casi totalmente pública. Y quien paga, manda. De modo que sus fervores revolucionarios siempre estarán condicionados… por los presupuestos generales del Estado y los de las autonomías. Unos sindicatos que, en el plano laboral, siguen la misma lógica estructural y corrupta de los partidos políticos al uso: derivando a ser meros apéndices de las administraciones, a merced de los caprichos e intereses del poder estatal y de sus amigos mediáticos y de las finanzas internacionales. De hecho, ¿no han observado que Podemos ha sido incapaz de montar un sindicato afín, pese a haberlo intentado? ¿La causa de tal contradicción?: que el régimen, en este plano, todavía está muy consolidado; pues su enorme red clientelar, el modus vivendi de cientos de miles de liberados, la afiliación como requisito imprescindible para acceder a muchas empresas (“buena referencia” de docilidad), y demás mecanismos de perpetuación de semejantes estructuras parasitarias, juegan con el pan –y la vivienda, ayudas sociales, subsidios, etc.- de mucha gente sencilla.

Por ello, cuando ayer algunos se atrevían a gritar “el pueblo unido jamás será vencido”, se les escapaba una sonrisita irónica; pues, mirando alrededor, no tenían más remedio que preguntarse: ¿pero, dónde está el pueblo? , porque lo que es aquí, no.

Sila Félix

1 comentario:

  1. Pues hubo una cuarta mani: ELA, en la plaza de la Cruz de Pamplona, denunciando a los políticas antisociales. "Ellos", que en un alarde de sectarismo hace años que eliminaron el STV que seguía a ELA: "ELA-STV

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