sábado, 27 de enero de 2018

¿Navarricos o vasquitos? (2a. parte y final)


¿Cómo se hace entonces para parar el incremento de conversos al nacionalismo?

La política del euskera es clave. Por un lado el conocimiento del euskera no debería de valer un carajo en las oposiciones. Puede sonar radical, pero es que el tema del euskera no es baladí ni tiene nada de inocente. Si se quiere simplemente que se preserve la lengua es la forma de hacerlo.

Si no, los hijos de padres ingenuos que piensan inocentemente que el saber no ocupa lugar o más bien que sus hijos van a tener un puesto de funcionario gracias al euskera, serán las próximas víctimas, o sea conversos al nacionalismo vasco. Primero va el bolsillo y después el corazón.

El famoso lema "euskaraz bizi nahi dut" (quiero vivir en euskera) parece justo y razonable, pero no, porque no podemos bailar todos a su son teniendo que aprender euskera. Menos aún cuando la mayoría de vascófonos no tienen esta lengua como lengua materna, sino que la han adquirido en la ikastola.

En una comunidad hispanófona muy mayoritariamente monolingüe, como lo es Navarra, pretender que el funcionariado sea euskaldún es profundamente injusto. Más si cabe, insisto, si tenemos en cuenta que el grueso de euskaldunes no tiene este idioma como materno, heredado de padres y abuelos, sino aprendido en la ikastola.

Si yo vivo en Bayona, Francia, no puedo pretender que me atiendan en las entidades públicas en español, a pesar de que hay muchos hispanófonos. En Bayona también hay unos cuantos vascófonos, pero no se les pone funcionarios vascófonos y nadie sensato piensa que Francia sea un Estado que quita derechos a sus ciudadanos.

El tema del Olenchero tampoco es inocente. Es una reivindicación política con ikurriñas, carteles proetarras y simbología aberchale. Donde no hay esa propaganda siempre está ahí la intención de transvestir navarricos en vasquitos.

Por ejemplo en las últimas "olencheradas" de La Ribera navarra (Riberna en redes sociales) están pidiendo de forma "voluntaria" que se vistan de casericos y casericas, vamos, de vasquitos y vasquitas. El juego de diminutivos es para diferenciar el habla de aquí, Navarra, de la de el País Vasco.

¿Caseros vascos o caseros navarros? No, son caseros aragoneses. Hay muchos trajes regionales en Aragón, lo mismo que en Navarra.

Caseríos hay en diferentes sitios de España, pero se suele usar el término caserío para los lugares aislados donde se habla eusquera. Así los caseros son los habitantes de los caseríos. En Navarra se dan los caseríos en la zona más al norte de La Montaña navarra. Así que pretender que un ribero vista como un montañés es pretender quitarle su identidad.

Caserío maño en un recóndito lugar de la provincia de Zaragoza

Pamplona y el resto de Navarra ya tenemos un traje regional que aunque no es el más antiguo, efectivamente nos une a todos: boina roja, faja roja y ropa blanca.

Cuando yo era niño nos vestíamos de navarricos al acabar el curso en verano. En Navidades los de euskera iban de caseros, pero nosotros no llevábamos nada especial. Así unos años después, como por arte de magia mi hermana pequeña, a instancias no sé de quién, empezó a vestirse de casera, como todos los demás niños pamplonicas, estudiasen la lengua que estudiasen.

Lo de travestirnos de vascos es parecido a la película de la chica danesa "The Danish girl". Una mujer le pide a su marido que se maquille y vista de mujer. El hombre lo hace y la historia acaba con el suicidio del marido.

Por supuesto que no estoy sugiriendo que vestirse de casero o casera vaya a acabar de manera tan trágica, pero la intención de que los navarros nos vistamos de vascos es que nos acostumbremos desde pequeños a que nuestra identidad es vasca.

Para la fiesta del colegio de fin de trimestre de mi hijo tuve que conseguir un traje de casero para que no fuera el único que no lo llevaba. Pero mi hijo odia disfrazarse. Se agarró tal rebote que al final no llevó nada especial.

Lo del Olenchero como repartidor de juguetes empezó sólo en los años 80 del siglo pasado, así que no es muy tradicional. En resumen, no trasvistamos lo no inocente como si fuera sólo una bonita tradición, y más si no es una tradición, sino un invento para conquistar las mentes y los corazones de los navarros.

Seamos navarricos y navarricas, no vasquitos y vasquitas.

Pamplonica

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