martes, 23 de enero de 2018

Romance navarro: "lengoage de Navarra" o "idiomate terre navarre"


Entre los siglos X y XVII, al sur de Navarra surge y se expande una lengua propia de dicho territorio conocida como romance navarro o navarroaragonés. Filológicamente, se considera que no existía una diferenciación sustancial entre el navarro y las otras dos variedades del navarroaragonés; sino que las tres, el navarro, el aragonés y el riojano eran simples denominaciones de una misma lengua, explicándose esa triple nomenclatura por las diferentes historias lingüísticas que siguió el navarroaragonés en los diferentes 

De hecho, el romance navarro será a partir del siglo XIII la lengua predominante en la corte y en la cancillería real, y en la que estarían escritos una gran parte de la documentación de la realeza navarra. Incluso pasando a ser identificado ya desde 1329 como la lengua oficial del reino siendo designada en la documentación como lengoage de Navarra o idiomate terre Navarre. De hecho, tanto el Fuero General de Navarra, obra cumbre del derecho privado navarro medieval, como sus amejoramientos están escritos en romance navarro.  En el siglo XV se producirá fenómeno de convergencia entre el romance navarro/aragonés y el romance castellano, fenómeno que desembocaría ya en el siglo XVI en su completa sustitución por el nuevo castellano fruto de esta fusión.


Pues bien, José María Iribarren recogería numerosos restos de este romance navarro en una obra que publicó por vez primera en 1952 bajo el título de "Vocabulario navarro". Resulta curioso que en las zonas de influencia cultural vascongada (norte de Navarra), los extremistas de la conservación cultural (principalmente separatistas panvasquistas, extremoizquierdistas e incluso algún carlistón irredento bastante perdido) no lucharan por conservar los vascuences autóctonos pre-batua y sin embargo defiendan el vascuence batua hasta en la sopa. 

Pues precisamente, si de conservar realidades "culturales" se trata, la misma razón existiría de "IMPONER" clases de vascuence (peor aún si es un vascuence batua/unificado que poco tiene que ver con nuestros vascuences milenarios) como de recuperar los restos del romance navarro recogidos en la obra de Iribarren. Puestos a ello, en la zona no-vascófona, en vez de invertir ingentes cantidades de dinero en IMPONER un idioma que en algunas zonas incluso nunca se llegó a hablar, bien podríamos poner unas horas lectivas de Vocabulario Navarro e incluso, desarrollar una ortografía y gramática en torno al mismo. Si de conservar o recuperar culturas se trata, pues que sea todas, y que el vocabulario navarro/aragonés de Iribarren también cuente. ¿o no, falsarios de la historia?

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