jueves, 22 de diciembre de 2016

Vuelve la Navidad, vuelve la estafa del Olenchero


Vuelve la Navidad y como cada año estas fechas no están exentas de polémicas, no en torno a la figura en si del Olenchero (o Olentzero usando la grafía vasca) sino al uso político que hacen de ella los abertzales, cosa que no es de extrañar puesto que la práctica totalidad de las asociaciones culturales euskaras están controladas e instrumentalizadas por auténticos proetarras. Como vengo diciendo, a la izquierda abertzale no le importa adulterar cualquier tipo de rasgo cultural o tradición pretendidamente vasca (en este caso, pseudo-tradición) para lograr sus fines políticos, si en el proceso hay que lavarle el cerebro a los niños o jugar con sus ilusiones, es lo de menos.

No es algo nuevo que los vasquistas utilicen los desfiles del Olenchero en Pamplona para exaltar a los asesinos de ETA, algo que ha ocurrido desde que tengo uso de memoria, a pesar de que en los últimos años UPN  utilizó la táctica del palo y la zanahoria (si hay exaltación del terrorismo, no hay subvención). Como es de esperar, con Bildu en la alcaldía se pueden permitir ya una barra libre de desmanes sin tapujo alguno. 

Este año ha saltado a la prensa que tres asociaciones del barrio pamplonés de La Milagrosa, han convocado un Olenchero en el que se repartirán chocolatinas y castañas a los niños en diferentes puntos del recorrido, puntos que a su vez estarán dedicados respectivamente a los presos de la banda terrorista ETA, las feminazis o la ya famosa independentzia; entre otras cosas como podemos ver muy originales y muy apropiadas para los niños.


Huelga decir que una de las asociaciones convocantes es la Asociación Juvenil Yoar, dirigida por la hermana de la concejala podemita Laura Berro, asociación que por casualidades de la vida recibió 130.000 € en forma de subvención municipal aprobada por la propia hermana de la presidenta. Uno de esos "despistes" que en cualquier lugar normal serían llamados nepotismo y corrupción política, pero como un delincuente no puede ser de izquierdas -Alberto Garzón dixit-, pues la cosa se queda en eso: un "descuido" de 130.000€ regalados a tu hermana.

Cualquier euskomermao que se precie sabe que el Olenchero es una tradición antiquísima practicada por el pueblo vasco desde antes de que los romanos pasasen unos cuantos siglos "de excursión" por estas tierras... Pues no, señores, todo eso del Olenchero es una tradición nueva, expresión que recalco porque por definición una tradición no puede ser "nueva", pero todo vale cuando se trata de "hacer patria" y sepultar otras tradiciones milenarias que son vistas como españolistas, incluso rescatar al hombre del saco.

El primero en citar el "Onentzaro" es el religioso e historiador Lope Martinez de Isasti a principios del siglo XVI; y no como un personaje, sino como una festividad que tendría lugar en torno al Pirineo navarro durante el solsticio de invierno (víspera de nochebuena) en la que se quemaría un tronco que sí que sería llamado olentzero. Esta sería una reminiscencia de las celebraciones paganas precristianas.

El personaje del Olenchero como tal, aunque probablemente bajo otros nombres, nace en algunos pueblos a caballo entre el noroeste de Navarra y el oriente de Guipúzcoa, como un personaje grotesco al que no le gustaban los niños y que bajaba desde el monte para raptar a los infantes o cortarles la cabeza con una hoz. Parece que su afición por el vino y el buen comer, así como su profesión de carbonero; son añadidas a la leyenda de forma más tardía, cosa esta última que no es de extrañar ya que por esos lares abundaban los fabricantes de carbón vegetal. Según estas versiones, este monigote ridículo sería atado a las chimeneas o paseado por los pueblos hasta ser quemado en un puente o un cruce de caminos.

Es ya a mediados del siglo XX cuando el personaje será rescatado por los nacionalistas vascos como un vector de secularización y desespañolización de la sociedad vasca y navarra. Este fenómeno se extendería por medio de las ikastrolas en Navarra y el País Vasco, siendo esta una celebración tolerada por el franquismo. La mutación definitiva vendrá en los años 80, cuando este personaje asume el papel del "Papá Noel Vasco" que le trae regalos a los hijos de los abertzales, los padres sin carácter o los que quieren conseguir un carné de "buen vasco".


¡La historia no termina aquí! a mediados de los 90 aparece como por arte de magia una nueva compañera del Olenchero conocida como la Mari Domingi, la contraparte femenina del Olenchero. Ataviada esta con vestimentas propias de la gente adinerada del siglo XVI-XVII, no parece importarte salir con un carbonero que viste como en el siglo XIX. Todo sea por la correción política y para no parecer sexistas, aunque no se yo si buscarle una "novia" al Olenchero será contemplado por la fauna feminazi como buscar el igualitarismo... En definitiva el personaje de la Mari Domingi se extenderá sobre todo a partir de que Bildu lo asumiese también en el desfile del Olenchero durante su alcaldía en San Sebastián, ya en nuestro siglo XXI.

Puede parecer pintoresco, pero las generaciones anteriores -salvo en algún pueblo del norte- no oyeron hablar del Olenchero y nuestra generación ha visto aparecer de la nada a la tal Mari Domingi. Así es como al fin y al cabo los abertzales riegan con dinero público "tradiciones" que apenas tienen unas décadas y las asumen como si fuesen milenarias, mientras intentan recortar la financiación de las Cabalgatas de Reyes Magos porque este referente tan monárquico y tan español no puede ser bueno para los niños vascos de bien.

Hispano

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