lunes, 16 de enero de 2017

Barkos juega con fuego, con dinero y con el convenio de Navarra


El 20 de enero se reúnen representantes del actual Gobierno de Navarra y del Ministerio de Hacienda para negociar la renovación del Convenio. Hay que tener en cuenta que Navarra, no por el Amejoramiento foral sino por un sistema establecido en el siglo XIX y confirmado en el franquismo, recauda sus propios impuestos, paga con ese dinero lo que hace y luego contribuye a los gastos comunes de la Nación. Esa aportación, teniendo en cuenta además lo que el Estado gasta e invierte en Navarra, es la base del Convenio.

Uxue Barkos y su equipo están jugando con fuego, y además existe el peligro de que quieran usar el Convenio para hacer su política abertzale. Las cuentas no son fáciles de entender. Hasta ahora, Navarra paga al Estado por los servicios que el Estado presta en la Comunidad Foral y en principio por los gastos nacionales comunes 519 millones de euros. Eso supone, por habitante, 927 euros por cabeza.

Es, tras la anterior negociación, la aportación de Navarra al Estado por los servicios en los que no tiene competencias y por todo lo que el Estado hace. Puede parecer mucho o poco, pero la cuestión es que no puede compararse: el resto de autonomías no recauda nada, es el Estado el que lo hace y luego Hacienda paga a cada autonomía por el ejercicio de sus competencias. Con una excepción: el País Vasco y sus tres Diputaciones tiene un sistema que, aunque radicalmente distinto en su origen y naturaleza, lleva a una circulación parecida de las obligaciones. Lo que permite pagar ikastolas en Idaho, gaztetxes de policonsumo en la Ribera o subvenciones a todos los amigos.

El consejero de Hacienda y Política Financiera del Gobierno de Navarra, Mikel Aramburu, dice que va a haber "total transparencia" en las negociaciones. ¿De verdad? Hagámoslo; Aramburu quiere pagar menos en el quinquenio 2015-19 ¿por qué? En la práctica, descontando los servicios prestados por Navarra, los contribuyentes de otras partes pagan más por las funciones del Estado. ¿Defiende el gobierno de Barkos que somos desiguales, que tenemos más derechos, que debemos ser privilegiados, e incluso que debemos ser aún más privilegiados, pagando aún menos? Si es así debe decirlo, y explicar por qué.

Claro que si lo dice, y si lo explica, la cosa puede estallarle entre las manos, y Hacienda decirle desde Madrid que en lo sucesivo los navarros pagaremos tanto como los demás. Barkos y Aramburu están en una situación muy peligrosa: por una parte suben bestialmente los impuestos navarros a los navarros, esperando recaudar más para gastar más en lo que manden Bildu y Podemos; y por otra quieren pagar menos al Estado, y a la vez conseguir que el Estado gaste más en Navarra, así, por la cara (en servicios generales, en el AVE, en obras públicas… les falta pedir que paguen el fallido pabellón de Navarra o la deuda de Osasuna).

Aramburu y Barkos tienen por supuesto su modelo: la negociación vasca de 1996, en la que el padre Arzallus consiguió una situación absolutamente privilegiada a cambio de votar a José María Aznar. La cifra que paga la CAV al Estado es de 1.500 millones de euros, 693 euros por habitante. Así que Navarra paga menos, y los vascos aún menos que nosotros. Ojo: la Comunidad paga menos al Estado, lo que no quiere decir que los navarros y los vascos paguemos menos impuestos: pagamos más, lo que pasa es que se lo quedan las respectivas Haciendas para sus gastos y para tener contentos a los abertzales y a la extrema izquierda proetarras incluidos. Y eso es porque el cálculo, aunque se hace sobre los Presupuestos, se presta a todo tipo de politiqueos, chantajes, mentiras y chalaneos.

¿A qué se arriesga Barkos? Por una parte, está claro, a que Madrid le diga que no a todo; pero eso es poco probable, visto lo flojo que es el PP también con Rajoy y Montoro. Y por otra a que los navarros nos hartemos de ellos y de todo este montaje fósil y corrupto, y queramos ser como los demás y no pagar más que los demás y sentirnos tan libres como los demás, sin ningún cacique Aramburu.

¡Cuidado con los conflictos que montamos! Que nadie piense que esta tensión es inocente: el Gobierno del Cuatripartito no quiere realmente solucionar el asunto y negociar de modo bueno para los navarros, sino que prefiere crear una tensión artificial con el Estado que alimente sus fuentes de votos nacionalistas y comunistas, y que haga sentirse mal a los regionalistas que no entienden el fondo de la cosa. Pero que Barkos tenga cuidado: no se puede eternamente predicar MÁS GASTO sin reconocer que eso empieza por MÁS IMPUESTOS; y con esto lo que pueden conseguir es que la gente normal se harte de sus mentiras fiscales y tiren por la calle de en medio. Cosa que, por cierto, les recomendamos, porque queremos una Navarra de navarros libres, no una Navarra de privilegios ni mucho menos una Navarra encadenada al aberchalismo ladrón y mentiroso.

Caius

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