lunes, 5 de septiembre de 2016

Asirón contra los muertos. Los políticos contra las cuerdas. Navarra contra los cobardes y los mentirosos.


El Ayuntamiento de Pamplona, presidido por Joseba Asirón, quiere exhumar los restos de Mola y Sanjurjo. Los dos generales están enterrados en la cripta del Monumento a los Caídos. Un monumento que por cierto nunca se llamó oficialmente así, sino “de Navarra a sus Muertos en la Cruzada”. Aquí siempre hemos tenido políticos y aspirantes con ganas de dar la nota, de ser distintos o de parecerlo para abrirse un huequecito.

Lo que pasa es que hay demasiados huecos en la historia de Asirón. Pero también en la de los que ahora se llevan las manos a la cabeza con lo que el alcalde quiere hacer.

Lo que Asirón quiere, sin hablar del futuro del edificio, es sacar de él cuanto antes los restos mortales de las ocho personas enterradas en la cripta del Monumento a los Caídos, incluidos los de Emilio Mola y José Sanjurjo, dos de los generales que protagonizaron el alzamiento contra el Frente Popular que dio lugar a la guerra de 1936. Y quiere sobre todo ser él el protagonista.

Asirón se equivoca. Ante todo, porque no puede proceder a la clausura de la cripta. Es un lugar de culto religioso, incluyendo las sepulturas, y el Arzobispado a través de la Parroquia de Cristo Rey tiene unos derechos de uso a perpetuidad. Si la Iglesia se niega no habrá apertura de la cripta ni nada, o en todo caso habría un pleito muy espinoso que el Cuatripartito no querrá.

Pero ese error de nuestro alcalde batasuno no debe ocultar que fue la Iglesia, por boca y mano de Su Eminencia Reverendísima don Fernando Sebastián Aguilar C.M.F., la que en 1997-1998 se deshizo de la propiedad y control del Monumento entero, dándoselos al Ayuntamiento y haciendo posible esto. Sin duda un ahorro de problemas y de dinero, pero poco coherente con lo que la Iglesia navarra había sido y había recibido antes. O se renuncia a todo, o se defiende todo, monseñor. Y la pregunta es... ¿se plantará la Iglesia ahora?


Asirón tropieza. Porque el maquillaje sobre el Monumento emprendido por los Ayuntamientos anteriores al suyo ha hecho que no se trate ya de un símbolo ‘franquista’ al que se le pueda aplicar ni la Ley de Memoria Histórica zapaterista de 2007 ni ninguna de sus secuelas forales. Sí, es un revanchismo simbólico, pero sin bases, ya que está sentenciado que el Monumento cumple con la Ley de Memoria Histórica. Y en cambio es un edificio protegido, diseñado por José Yárnoz y Víctor Eúsa, pagado por la Diputación.

Pero eso no debe hacernos olvidar que si Asirón puede decir y hacer lo que dice y hace es precisamente porque hay una Ley de Memoria Histórica. Qué malo Zapatero, es verdad. Pero tan culpable es el que la hizo como Mariano Rajoy que pudiendo no la suprimió (y el PP aliado con la UPN pudo, en 4 años de mayoría absoluta, y no lo hizo, y no porque hubiese crisis porque dinero no costaba).

Asirón miente. Miente porque dice que “desde hace ya meses el Ayuntamiento ha venido haciendo las gestiones oportunas con la máxima discreción y respeto para llevar a cabo esta acción”, y en cambio las familias afectadas niegan haber sido ni siquiera contactadas. Y Asirón hace trampas, porque ha encargado la gestión técnica del proceso a su compañero abertzale Pako Etxeberria, que es profesor titular de Medicina forense en la Universidad del País Vasco, al que se nombra a dedo por ser presidente de la Sociedad de Ciencias Aranzadi. Y por tener las ideas que tiene, no por su formación. Un acto sectario, calculado, totalmente politizado.

Pero Asirón hace lo que se puede esperar de él. Es normal que un abertzale semialfabetizado y provinciano quiera ganar la guerra 80 años después de perderla. Es normal además que use el Monumento para mantener unida la coalición de partidos perdedores que le dieron a él Pamplona y a Barkos Navarra a pesar de perder en las urnas. Lo que les une es el rencor, el odio y una lectura falseada del pasado, y pocas cosas más.


Asirón hace política. ¿Y contra él? Los caballeros que se hicieron a lo largo de décadas con la gestión efectiva y sesgada del Monumento para... ¿para llegar a esto? ¿Para limitarse a lloriquear en foros y esquinas esperando una intervención milagrosa? No hacen política y no resisten al enemigo. Los chicos y chicas del PP y de la UPN que como con buena intención Álvaro Sobejano piden defender el Monumento en change.org, ¿van a cambiar el rumbo de sus siglas? ¿Lo va a pedir también Álvaro Pardo?  ¿El parlamentario cultural Javier García? ¿O incluso Ana Beltrán? ¿Lo va a pedir Enrique Maya? ¿O van a aceptar que se derriben todas las obras públicas 1936-1975 y se van a callar, por miedo a que toda la izquierda, de Sánchez a Asirón, los acorrale y los llame franquistas? Total, ya fueron al cambio de nombre de la plaza del Conde de Rodezno.

Mientras, la Navarra real tiene otros problemas. Una Policía en el caos. Una Educación en manos abertzales. Unos bomberos a los que se niegan los medios. Una Sanidad que funciona peor. Una economía que se para. Todo eso tiene culpables en los dos lados. Pero Asirón hace su política hace 80 años. Y le va bien, porque sus enemigos piensan más en sus puestos que en la Navarra española que aquí defendemos.

Caius

1 comentario:

  1. Que lo llamen a uno franquista no es ningún insulto. A fin de cuentas Franco venció la revolución bolchevique y la unidad española. Lo malo es no responder con alusiones al otro bando, el que destruyó la democracia durante la república, el que amparó la revolución y el caos; el bando de los chekistas y comunistas.

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