lunes, 9 de abril de 2018

El supremacismo vasco (1ª parte)


El otro día andaba revisando hilos en Twitter cuando me topé con las declaraciones de una amante de la quincalla que dice tener "estudios de filología" por la Universidad de Navarra (sí, la del Opus) y que dedica su ocio a contarnos cosas como lo buenos chicos que son los "niños de Altsasu" que hace un año y medio le dieron una paliza a dos guardias civiles que cometieron la osadía de salir por su pueblo de destino a tomar unas copas con sus novias. O que "Nafarroa" está tomada por la Policía Nacional y la Guardia Civil hasta el punto de que "hay varios [policías] por cada habitante".

Pero el tweet irrisorio que me había llamado la atención no era otro que este:


Obviamente nos encontramos ante una abertzale pata negra, de esas que rajan en español hasta por los codos y sólo usan el vascuence para poner que son de "Iruñea"; pero que por lo menos son sinceras y tienen la poca vergüenza de restregarnos a nosotros, seres españolazos inferiores, que le "tenemos envidia" a los vascos porque son los primeros habitantes de Europa allá por la "época de las Glaciaciones", cuando empezaron a hablar la lengua más antigua del mundo. ¿Entenderá esta indocumentada que cuando hablamos de "glaciaciones", estamos hablando de millones de años?

Esta bigotuda puede parecer una chiflada cualquiera, pero no es una colgada aislada. En la misma Universidad Pública de Navarra estamos pagando a profesoras vasquistas que en sus clases afirman sin base alguna que el euskera se llegó hablar hasta en Barcelona. Aquellos que nos seguís sabéis, porque es público y notorio y lo diremos las veces que haga falta, que el nacionalismo vasco parte de un principio supremacista en torno a la supuesta raza vasca, a todas luces superior a los pérfidos españoles turco-chinos.


Fue Sabino Arana, inventor del nacionalismo vasco, el que sentó las bases del separatismo vasco como un nacionalismo racial muy a la moda europea de aquellos tiempos. Según él, los españoles (catalanes incluidos) eramos una raza inferior que manteníamos subyugados a los vascos. Lo que no llegó a contarnos es que si tan inferiores somos, como hemos sido capaces de someter a un pueblo celestial probablemente venido del sistema estelar de Zeta Reticuli.

Pero el sentimiento supremacista del "padre de la idea", que a pesar de haber destacado como un racista manifiesto, aun hoy tiene calles con su nombre en el País Vasco y en Cataluña (parece que la memoria histórica es selectiva), tampoco es algo nuevo ya que antes que el había habido otros vascos que se habían sentido muy, muy especiales.

Los vascos, un pueblo privilegiado en las Españas

Este sentimiento de superioridad de un pueblo netamente pastoril que no ha destacado históricamente como foco de cultura avanzada, proviene en última instancia de los tiempos de Reconquista. Los musulmanes, en su momento de mayor extensión no llegaron más que a rozar con sus razzias aquello que hoy día es el País Vasco, mientras que el sur de Navarra permaneció durante algo más de dos siglos bajo el control de la familia de los Banu Qasi, descendientes de un conde visigodo que se había convertido al Islam.

Posible mapa de la Península Ibérica durante el momento de mayor expansión del Islam

Así es como las Provincias Vascongadas destacan durante este tiempo, sobre todo Vizcaya y Guipúzcoa, por ser un territorio estable con un influjo migratorio mínimo a unas tierras particularmente refractarias hacia cualquier extranjero. Al final de la Reconquista, destacan leyes que por ejemplo en Vizcaya prohiben el afincamiento de personas de consideradas de "malas razas", como cristianos nuevos (judios o musulmanes conversos), gitanos, agotes o perseguidos por la inquisición; así como sus descendientes. 

Esta pureza de sangre constatada junto con otros factores como cierta homogeneidad económica dentro de su pobreza, motiva la concesión de la hidalguía universal a los habitantes de Vizcaya y Guipúzcoa, cuestión que les hacía gozar de privilegios como la exención de pagar impuestos o una mayor facilidad para acceder a administración del reino, tanto en la península como en los territorios de ultramar. Este tipo de funcionariado requería que los interesados demostrasen su limpieza de sangre, tarea que requería un importante esfuerzo económico e investigativo. Mientras que en el caso de los "vizcaínos" (término genérico por el que eran conocidos los vascos) se les reconocía esta condición de "limpios de sangre" por haber nacido en las Provincias Vascongadas.

Por ejemplo es conocido aquel pasaje de El Quijote en el que el secretario del gobernador Sancho Panza en la ínsula Barataria se revela como vizcaíno: «—¿Quién es aquí mi secretario? —Yo, señor, porque sé leer y escribir, y soy vizcaíno. —Con esa añadidura —dijo Sancho—, bien podéis ser secretario del mismo emperador.» Esta última frase no es casual, dado que en el momento de la impresión del libro, el rey Felipe III tenía a su cargo como secretarios a 13 vascos y a otros cinco oficiales.

Buscando un origen mítico de los vascos

Es también por aquel entonces cuando algunos estudiosos retoman la vieja leyenda del tubalismo, creada en el siglo I por el historiador judío fariseo Tito Flavio Josefo y recogida por San Isidoro de Sevilla; según la cual Túbal, personaje bíblico hijo de Jafet y nieto de Noé, fue el primer hombre que tras el diluvio universal vino a establecerse en la Península Ibérica y cuya progenie dio lugar a los íberos o por extensión a los vascos mediante las teorías vascoiberistas. Estas historias comienzan a sentar un cimiento mítico en torno a los orígenes del pueblo vasco que después puede ser usado para justificar sus privilegios. Así, suponiendo que los vascos fueron los "primeros españoles", han de tener un trato preferente.

Otra leyenda disparatada de origen bíblico que también circula desde antiguo, aunque no he logrado trazar su origen, es la que dice que el euskera es el idioma único que se hablaba antes de que Yahveh castigase a los hombres con la poliglosia y la dispersión por intentar construir la Torre de Babel.

Durante la Primera Guerra Carlista, el masón de Origen Vasco-Francés Agustin Chaho viene a parar a Navarra y el País Vasco. Este autor es probablemente el principal precursor del nacionalismo vasco dado que en sus escritos llama a la creación de un Estado vasco entre España y Francia. 

Esta proposición cae en saco roto, no así una leyenda inventada por Chaho, basada en el hecho de que los pastores suletinos se llamaban entre ellos "aitoren semeak" derivación dialectal de "aitonen semeak" que significa literalmente "hijos de buenos padres" o hidalgos. Sin embargo Chaho toma esta expresión como "los hijos de Aitor" y a partir de esto se saca de la manga una leyenda según la cual el primer vasco fue Aitor, un hijo de Túbal; que a su vez tuvo otros siete hijos, que se distribuyeron por cada territorio pretendidamente vasco. Así es como este nombre inventado y sin fundamento alguno, tras ser recogida esta leyenda la novela histórica de Amaya o los vascos en el siglo VIII de Francisco Navarro Villoslada, pasaría al acervo popular siendo utilizado aun hoy en día.


Una vez sentadas estas bases mitológicas que explican las ínfulas de algunos vascos del pasado, creo que es oportuno entrar de lleno en las ideas supremacistas promovidas ya por el nacionalismo vasco originario, pero como mi ánimo no es el saturaros con un ladrillo, lo dejaré para mañana.

Segundo artículo: El supremacismo vasco (2ª parte)

Hispano

5 comentarios:

  1. ¿Que una lengua sea la más antigua ( que eso está por ver ) os da derecho a imponeros a los demás mortales?
    ¡Pero cuán ciegos estáis!
    Ciegos, guías de ciegos, que caerán juntos en el hoyo...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es que no es tan antigua como dicen.... mañana la segunda parte.

      Eliminar
  2. La última glaciación acabó hace 10.000 años. Parece que no estás muy documentado tampoco....

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. La "época de las glaciaciones" comprende millones de años. De nada.

      Eliminar
  3. Tengo bloqueada la cuenta @asierbijoux Bloqueo en cuanto veo un churro amarillo.

    ResponderEliminar