viernes, 7 de abril de 2017

La Korrikaka llega a Pamplona


La Korrika es una carrera de relevos simbólica que transcurre a lo largo del País Vasco, Navarra y el País Vasco Francés, vamos lo que los nacionalistas llaman "Euskal Herria" (país del euskera) obviando que en muchas partes de Navarra e incluso el País Vasco NUNCA se ha hablado euskera. Promovida por AEK (la Coordinadora de Euskaldunización y Alfabetización) transcurre de forma continua pero no ininterrumpida a lo largo de unos 2300 kilómetros y dura dos semanas aproximadamente. Casualidades de la vida, la edición de este año acabará el domingo en Pamplona en el mismo lugar en el que el sábado tendrá lugar un acto de apoyo a la entrega de chatarra que la ETA pretende escenificar en el sur de Francia.

Con una frecuencia bianual, sus objetivos declarados son en primer lugar la "euskaldunización de todo Euskal Herria" y la recaudación de fondos para la red de escuelas en euskera (conocidos como euskaltegis) gestionada por AEK y destinada al menos en teoría a la enseñanza de euskera a adultos. Como suele pasar con todo lo relacionado con la cultura vasca nada escapa a los tentáculos de la izquierda abertzale y su afán de contaminarla; y es que AEK fue en efecto durante décadas una tapadera de la banda terrorista ETA.

Los promotores de la Korrika, gente de lo más granado de la sociedad vasca y navarra, como podemos ver.

El funcionamiento es el siguiente: con anterioridad a la Korrika una red de voluntarios comienza una campaña de publicidad y recaudación de fondos destinados al evento. Personas particulares, empresas (por ejemplo los cines Golem de Pamplona) e incluso instituciones públicas como ayuntamientos o el Gobierno que padecemos; riegan con dinero este evento. Una de las modalidades de financiación consiste en la compra de kilómetros del recorrido, el precio depende de la localización (capitales, ciudades, pueblos...), pero para que nos hagamos a la idea, el Euskogobierno de Navarra este año se ha gastado 1200 euros en la compra de un kilómetro.

La compra de un kilómetro permite que este sea puesto a nombre de la entidad adquiriente. En el caso de la Ribera de Navarra, a falta de euskaldunes autóctonos, estos son importados en autobús. Por ejemplo este año los gaztecerdos de la Rochapea compraron un kilómetro en Milagro, una de esas localidades al sur de Navarra en las que nunca se ha hablado euskera pero que los vasquistas quieren euskaldunizar en nombre de la "diversidad", siempre y cuando esa diversidad consista en abertzales como mínimo agurparlantes.

Cómo les ha debido ir de mal este año, que una o dos semanas antes del comienzo de la Korrika, estaban montando a la desesperada fiestas de recaudación en diversos pueblos. Con eso y todo ha sido necesario que entidades bildu-etarras como el Ayuntamiento de Pamplona le cedan material por un valor de 50.000 euros.

Así es como el Partido Popular se ha convertido en una fuerza irrelevante en el País Vasco.

Respecto al formato de la carrera: la furgoneta de la Korrika preside la marcha enarbolando frecuentemente una ikurriña y una bandera abertzalizada de "Nabarra", mientras con las puertas traseras abiertas, unos animadores cantan o hacen el payaso frente a los corredores. La compra de un kilómetro le da derecho a portar el testigo durante ese recorrido a una persona en nombre de la entidad que lo ha adquirido. A la hora de la verdad muchos kilómetros en áreas no euskaldunas son cubiertos con la furgoneta circulando y nadie corriendo detrás simplemente porque en esos pueblos no habla euskera ni el tato.


La korrika es y ha sido un acto más político que cultural que busca utilizar al euskera como elemento para la construcción de la utópica "Euskal Herria", un ente nacional ficticio sin ningún tipo de tradición ni base histórica. Prueba de ello es su asimilación de la cultura vasca a la ikurriña, bandera del País Vasco por imposición del nacionalismo. No traen una ikurriña a Navarra en nombre de la cultura vasca, sino como símbolo de un movimiento imperialista que busca la anexión de Navarra al País Vasco; unida a la imposición del euskera y la homogeneización cultural de Navarra hasta la desaparición de la lengua castellana en estas tierras. El idioma español es una lengua propia de toda Navarra, frente al vasco, que es propio de sólo una parte de Navarra.

La korrika es y ha sido un acto en el que siempre se ha exaltado a los terroristas de ETA, en ningún momento la organización se ha pronunciado negativamente respecto a la afluencia de corredores portando fotos de terroristas de ETA encarcelados u otro material reivindicativo del mundo de la izquierda abertzale. La apología del terrorismo ha sido y es un acto consustancial a la Korrika y es tolerada por AEK, cuando no promovida. Estos psicópatas no se han cortado en subir vídeos en los que la propia animadora coreaba a los korrikeros amenazas hacia políticos no nacionalistas como los "Sanz. Barcina. Escucha: pim pam pum" de este vídeo:


Por último, la korrika ha sido y es un acto organizado por una organización que fue una tapadera de ETA. AEK es una organización vasquista fundada por el entorno de ETA e intervenida por la banda terrorista durante décadas. No lo digo yo, lo dicen los autos del juez Baltasar Garzón, que investigó a AEK como un órgano dependiente de ETA destinado a la desviación de fondos públicos de tramas corruptas como Udalbiltza, el blanqueo de dinero y al ejercicio del fraude fiscal masivo.


Los abertzales han movido por las redes sociales las "tristes imágenes" del recibimiento que tuvo su Korrika al paso por Caparroso, una reacción natural hacia aquello que es percibido como una imposición. Esto quiere decir que en Navarra hay resistencia.

Hispano

2 comentarios:

  1. La korrika equivale en Navarra a las marchas de la protestante y masónica Liga de Orange por los barrios católicos de Irlanda del Norte. La diferencia es que los navarristas no levantamos barricadas ni los recibimos con cócteles molotov o a pedradas. Tanto autodominio, o pasotismo, según se mire, es tomado por los korrokolaris filoetarras como vía libre para todo. ¿Tendremos que cambiar...?

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  2. Efectivamente, Pamplona hoy parece un VERTEDERO HUMANO.

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