lunes, 10 de abril de 2017

Los abertzales vuelven a invadir Pamplona, esta vez es la Korrika


Todos los años, con la llegada de la primavera y el otoño, tenemos en Navarra el desfile de miles de evangelizadores que vienen de Guipúzcoa, Vizcaya, Álava y el Suroeste de Francia para traernos la buena nueva de la discriminación del “batua”, la imposición de la “ikurriña” y la construcción nacional de un ente político inexistente llamado “Euskal Herria”.

Estos evangelizadores acuden puntuales como las manecillas de un reloj suizo a sus dos citas obligadas anuales en Navarra. El “Aberri Eguna” y el “Nafarroa Oinez”. Este año como la “Korrika” terminaba en Pamplona en Abril, el “Aberri Eguna” no se celebra en Pamplona como suele suceder habitualmente el Domingo de Resurrección. Por lo que este año nos libramos de esta doble sesión primaveral de sermones y monsergas con su parafernalia correspondiente.

Son fácilmente identificables por su indumentaria. La mochila forma parte imprescindible de su atuendo. Así como camisetas en las que llevan escritas las consignas de este nuevo credo que incansablemente predican a los navarros. Mayoritariamente provienen de Guipúzcoa, aunque también hay una nutrida representación de vizcaínos, y en menor medida de alaveses. 


Algunos de los autobuses venidos de la "Bardulia" -País Vasco- para llenar la Korrika

Y es mejor ignorarlos y no ponerse a dialogar con ellos, no vaya a ser que incluso te den una homilía con su buena retahíla de tópicos de como tienes que pensar y actuar en Navarra por el bien de la nueva creencia que quieren imponer en el Viejo Reino. No hay lugar para el razonamiento. Son fanáticos y sectarios. Ellos se autoproclaman como los auténticos defensores de Navarra y nos dicen como tenemos que pensar los navarros. Y eso que provienen de territorios en los que sus gentes tradicionalmente han sido serviles a la Corona de Castilla, y sus ancestros se han caracterizado por el servicio a los reyes castellanos. Es de todos conocido que hasta hace cuatro días Guipúzcoa tenía en su blasón los 12 cañones de Velate, testigos de la participación de los guipuzcoanos en la conquista de Navarra, del lado de Castilla y a las órdenes del duque de Alba.

Esta especie de “macrosecta” tampoco es que deje un gran beneficio económico en Navarra durante sus visitas. Los organizadores de estas “procesiones y arengas dominicales” instalan casetas (¿ Se fiscaliza el beneficio que obtienen las casetas y pagan tributos al Ayuntamiento de Pamplona y a la Hacienda foral?) donde los visitantes pueden consumir y dejar parte de su salario para mayor gloria de esta nueva fe. Casetas decoradas con todas las figuraciones y dogmas de esta creencia. Por ejemplo, este año con la llegada de la “Korrika”, con el beneplácito y aportación económica de las colaboracionistas y adoctrinadas autoridades locales , han instalado casetas recaudatorias en el centro de Pamplona. Incluso en la explanada de acceso de la Iglesia de San Lorenzo y San NIcolás, donde se han intentado celebrar sin éxito las tradicionales procesiones del Domingo de Ramos. 

Es paradójico observar cómo esta especie de “macrosecta” quiere transformar los ritos y ceremonias. “Macrosecta” formada por personas cuyos antepasados eran profundamente religiosos. No en vano, los vascongados, han sido tradicionalmente grandes evangelizadores por todo el mundo a través de las órdenes religiosas. Aunque la evangelización que llevaron a cabo hace años era mucho más trascendente y humanista y mucho menos nociva. Además de ser Universal.

El desembarco de este fin de semana no ha sido sólo en Pamplona. Casualmente muchos de los que han estado este Domingo en Pamplona, habían estado el día anterior en Bayona en otra jornada “espiritual” y de “trance”. En Bayona celebraban la enésima “gloriosa venida” de una banda terrorista anunciando la ”buena nueva” de un desarme. Unos “cruzados/terroristas” con pistolas al cinto que han sembrado el terror durante cincuenta años a las personas opuestas a sus creencias y que habitan estas tierras. Un fin de semana evangelizador con doble sesión ceremonial con sus diatribas y consignas correspondientes.


Algunas de las pegatinas que fueron puestas el día de la Korrika por la parte vieja de Pamplona: de los descerebrados que destrozaron el centro de Pamplona hace unas semanas, del "desarme" en Bayona el sábado anterior, independentistas gallegos...

Pero si algo hay que destacar especialmente de esta congregación es su fijación y obsesión por Navarra. No les faltan medios ni recursos. Navarra es su manía, su inquietud y su obcecación. Su tierra prometida para poder llevar a cabo sus planes expansionistas y totalitarios. Arrebatar de nuevo la libertad a Navarra sería su gran triunfo. De ahí la doble salida procesional y en comitiva todos los años a su deseada Navarra.

Por si esto fuera poco, quieren seguir dominando socialmente Navarra. Y eso que en Navarra nunca han ganado partidarios de la macrosecta. Aunque hayan alcanzado el Gobierno siguen siendo una minoría social. Estar gobernando no es ganar. Pero una minoría social que necesita seguir ejerciendo su dominación social que hasta hace poco se ejercía con el miedo de las pistolas y todo el conglomerado que giraba a su alrededor. Por eso es importante para esta macrosecta que se visualice su presencia en la calle de manera que abrume. Y por eso necesitan el arrope y la presencia de los fieles en estas dos citas anuales de obligada peregrinación y asistencia. Para amedrentar y acongojar a la mayoría social real de la sociedad Navarra. Para someterla poco a poco y gradualmente a sus principios mediante estas pompas de adoctrinamiento y proselitismo. Como colofón nos empapelan y pintan las paredes de nuestra querida Pamplona con sus letanías, rollos y súplicas,  así como con las imágenes de sus ídolos de barro, que en vez de ser tratados como delincuentes, son tratados como mártires.

Y no lo duden. A pesar del nuevo ambiente místico y trascendente que rodea a todos estos acontecimientos y a las gentes que los arropan, de fondo hay una historia mucho más mundana. La recompensa a sus esfuerzos la tienen día a día. Ya sea mediante puestos de funcionarios gracias al “euskera”, profesores de “ikastola”, puestos en empresas cercanas a la nueva doctrina y convenientemente subvencionadas, etc… ¿O es que acaso creen que no se vive de este protocolo dominical aunque no haya ningún tipo de beneficio para el resto de la sociedad? Están bien regados de dinero público que sale de nuestros bolsillos. ¡Qué cruz!

Aliso

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