jueves, 27 de abril de 2017

Sin lengua de la tierra, no hay paraíso


Para construir una nación, primero extendamos la lengua: Esto fue lo que pensaron los aberchales nada más llegar al poder en Navarra.  Y a eso se están dedicando sin descanso y con el dinero de nuestros bolsillos, a fomentar el estudio del euskera batúa.   Pero…¿qué idiomas se hablan realmente en Navarra hoy en día?  

Los derechos de la mayoría no pueden estar supeditados a las pretensiones ahistóricas y sectarias de una minoría. Como mucho, alrededor del 10% de la población de la Cuenca de Pamplona utilizaría el euskera con regularidad a lo largo del día, siempre que encontrara interlocutor adecuado. Ese porcentaje de ciudadanos es el que exige que pueda comunicarse en euskera en la administración pública sabiendo,  sin embargo, que también  se comunica fluidamente en español.  ¡Qué manera de tirar el dinero público, y todo en nombre de un equilibrio entre lenguas mal entendido! 

Por otra parte, hay que redefinir la zonificación del euskera en Navarra, de forma que se empodere a los no euskaldunes mayoritarios. La zona vascófona no lo es realmente porque no es monolingüe;  en realidad, habría que redefinirla como bilingüe euskera-español, y fomentar con el mismo ahínco el uso de los dos idiomas.  Además, hay mucha gente de esa zona que no tiene interés por el euskera, pero no tiene más opciones.  Habría que poner escuelas para niños cuyos padres no tienen esa prioridad y, en cambio, estén interesados en que sus hijos se comuniquen en español y/o lenguas internacionales. Esto sería extender la libertad para todos los ciudadanos. 

Siguiendo con la zonificación, la zona mixta tampoco es tal, sino que es mayoritariamente monolingüe en español, con una exigua minoría bilingüe.  Sin embargo, el proyecto de Decreto Foral de uso de las "lenguas de la tierra" en la Administración, considera "de facto" Pamplona como zona vascófona al exigir a buena parte de los funcionarios que aprendan euskera para atender a esa minoría euskaldún que habla español perfectamente . De locos.
En Navarra tenemos inmigrantes africanos de antiguas colonias francesas que aprenden español  más o menos rápido, pero a los que hablan inglés ya les cuesta un poco más. Pocas ganas les quedan de aprender otra lengua minoritaria en el propio territorio donde ya se pueden comunicar en español. Lo mismo podríamos decir de los inmigrantes chinos o magrebíes.   ¿Para qué quitar horas de estudio preciosas para reforzar asignaturas troncales como Lengua española o Matemáticas, dedicándolas a estudiar euskera?  Es un sinsentido.

Los inmigrantes rusos, ucranianos, búlgaros o moldavos hablan ruso, aunque los más jóvenes suelen conocer también el inglés.   Quizás convendría contratar médicos y profesores que supieran inglés, francés, árabe, ruso y hasta chino, para atender a la población que no habla español  fluidamente.   De esta forma, se haría un uso eficiente y racional del dinero de todos, y la administración respondería a su vocación de servicio público, en lugar de gastarlo en promoción del euskera a toda costa.   

Esta es la sociedad navarra en la actualidad.  Una sociedad que intenta insertarse en un mundo abierto, integrando en su seno a gentes de los lugares más variados, mientras unos pocos trabajan para que no podamos salir del paraíso nacional euskaldún que nos prometen.   Pero ni las piedras hablan, ni la tierra tampoco.  Son los ciudadanos los que crean la realidad social al margen de sectarismos y de fomento de lenguas a golpe de decreto.

Una colaboración de Pamplonica

1 comentario:

  1. Al final la vida se impone: el tercer idioma más hablado en Navarra probablemente sea el árabe... hoy. ¿Y mañana?
    De todas formas, si me piden un consejo: aprenda chino, tiene mucho más futuro.

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