lunes, 3 de abril de 2017

Si escuchan la palabra “euskera”, échense la mano a la cartera.


¿Hay algo rentable o no completamente subvencionado en el euskera?

Esta es la pregunta que cada vez más ciudadanos se están realizando. Como se ha señalado en diferentes artículos que se han escrito en NavarraResiste.com, el euskera en buena parte de Navarra representa adoctrinamiento, discriminación, instrumento de conquista e imposición. Pero debido a la crisis económica es normal que también la ciudanía se pregunte que coste supone la extensión antinatural del euskera y que beneficios nos redunda.

Hay que ser claros a este respecto. La expansión del euskera es debida a la cantidad de recursos públicos que salen de todos los ciudadanos. La lista pudiera ser interminable.

Millones de euros para una televisión vasca en euskera que va perdiendo audiencia cada día que pasa, plazas destinadas a funcionarios que no van a utilizar el euskera en el desempeño de su trabajo, subvenciones a asociaciones que se encargar de expandir el  euskera, subvenciones a escritores y editores que publican en euskera, dinero destinado a cartelería, clases en euskera para funcionarios en las cuales hay que pagar a los docentes, autobuses para llevar a los niños a dar clases en euskera con las aulas semivacía, docentes que dan clases en euskera en aulas semivacías, traductores,   y un largo etcétera. Estos días además nos hemos enterado que el Gobierno de Navarra ha comprado un kilómetro de la Korrika con el dinero de todos los navarros. Así mismo, el Ayuntamiento de Pamplona va a destinar 50.000 Euros para la organización de la Korrika. Esto es un sin parar.

Son cada vez más bocas las que alimenta el euskera. La red clientelar que se puede tejer debido a este negocio paralelo fomentado por la administración pública puede ser muy extensa.

Ahora bien. ¿Redunda esto en algún beneficio para los ciudadanos?

Pues excepto los que viven directa o indirectamente de este negocio totalmente subvencionado, los beneficios son prácticamente inexistentes.

Para el conjunto de la población de Navarra y para el desarrollo de Navarra, invertir en euskera es tirar el dinero a la basura. Para empezar, porque no representa ningún valor añadido. Todo el mundo entendemos y nos comunicamos perfectamente en español. Por lo que estamos haciendo una inversión en algo que es redundante. No se añade valor y sí que nos supone un gran coste a los ciudadanos, ya que es dinero que sale de nuestros bolsillos. Entendemos que fomentar el inglés, el alemán, el chino u otros idiomas globales a partir del buen aprendizaje de la lengua común de todos los navarros, que es el español, sí que añade valor. Nuestras empresas van a necesitar a personas que puedan comunicarse con el exterior para vender sus productos. El euskera, en un mundo globalizado, a una empresa no le añade ningún valor. Y esto último es sólo un ejemplo muy sencillo del derroche de energías y coste que estamos sufriendo los navarros.

Estamos asistiendo a una subida de impuestos, a una fuga de empresas en Navarra que buscan regiones más competitivas y a una estampida de capital humano que se van a otras regiones porque ven que su talento puede ser mucho mejor aprovechado en otros sitios en los cuales no priman criterios tan ineficaces y costosos como los que priman en Navarra.

Estas grandes cantidades de dinero que se destinan al euskera sin apenas retorno están empobreciendo a Navarra en todos los sentidos.  Y lo peor de todo, es que estamos sumidos en una grave crisis económica. Muchos fondos y recursos que podrían estar destinados para hacer de Navarra una Comunidad más próspera, competitiva y con mejor porvenir para sus futuros moradores, se están yendo por el sumidero para el beneficio de una nueva casta extractiva que parece que quiere alumbrarse en Navarra.

Aliso

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