martes, 11 de abril de 2017

La memoria desmemoriada de los chequistas, entre Asirón, Barkos y Baraibar


La Navarra del Cuatripartito ha entregado un “certificado de reparación moral” a 64 familiares de víctimas de la guerra civil de 1936. Gran acto, y vocinglero, con la presidenta Uxue Barkos, el alkalde Joseba Asirón y el director general encargado solamente de esas cosas Álvaro Baraibar. Porque esas son las cosas importantes para en Cuatripartito en general y para la extrema izquierda aberchale. Aunque no está muy claro que sean las cosas importantes para los navarros. Ni que sean cosas justas.

El “reconocimiento” de esta gente no es sólo certificar que esas personas murieron en aquella guerra o que sufrieron a consecuencia de ella. En la Navarra del Cuatripartito hay buenos y malos oficiales. Tenemos nada menos que una “Ley foral de reconocimiento y reparación moral de las ciudadanas y ciudadanos asesinados y víctimas de la represión a raíz del golpe militar de 1936”. Así que aplican al 36-39 lo mismo que ya van aplicando al terrorismo y la Transición: unos muertos son despreciables y deben ser negados y olvidados, y los otros son el Modelo Único Que Se Ensalza (y lo mismo en las escuelas).

Pero el trabajo contra el olvido tiene sus problemas, y eso sin contar con la catadura de la asociación Affna. No entremos ahora en si es bueno o malo que esto se haga. Tendríamos que valorar cada caso, y cadasupuesto caso, y esa revisión del pasado puede dar lugar a desagradables sorpresas. Al menos desagradables para la versión oficial geroa-batasuna. Pero lo seguro es que no es justo, en ningún modo, honrar unas víctimas y negar a otras. Vamos a darles tres buenas cosas que hacer si no quieren quedar como lo que hasta ahora parecen, es decir simples nostálgicos de la extrema izquierda y del terrorismo de extrema izquierda y separatista:

Primera sugerencia: la igualdad. Pamplona es el primer ayuntamiento de España que se querella contra los crímenes del franquismo. Cosa por lo demás difícil, porque hay una Ley de Amnistía, entre otras cosas, sin la que no habría habido Transición a la Democracia. Pero bien, supongamos de Asirón y Baraibar lo hacen de buena fe. Ahora, que lo hagan para todos: que denuncien también los crímenes del Frente Popular antes de la Guerra Civil, del gobierno republicano durante la Guerra Civil y del “antifranquismo” después de la Guerra Civil. Así que, bien, querella post mortem contra el franquismo. Pero también querella contra los crímenes de la izquierda antes de julio del 36, contra los crímenes de las checas y de la terrible represión genocida de los republicanos (que ya ha proporcionado miles de santos y beatos cristianos, y no sólo eso), y contra los crímenes posteriores, incluyendo los del maquis y los de otras formas de bandidaje y terrorismo, incluyendo el intento de invasión del Baztán en 1944. Si no hay igualdad vuestra memoria funciona mal.

Unos milicianos se burlan de su víctima, muerta por ser católica, de derechas, militar o falangista. ¿Qué más da?

Segunda sugerencia: la libertad. En la Guerra Civil Pamplona fue bombardeada por los Defensores de la Libertad, en aviones soviéticos, tres veces. Murieron sólo civiles, incluyendo niños, y hubo aún más heridos y daños incluso aún visibles. En nombre de la Libertad habrá que usar la “memoria” para buscar los culpables de aquello. Y sin verdadera libertad tendréis que callaros de lo demás. Así que ale, a denunciarlos.


Tercera sugerencia: la fraternidad. Como matar a gente está mal, y las víctimas deben ser cuidadas (¿o no?) no hay especio entre nosotros para terroristas, ni para hijos de terroristas, ni para defensores de terroristas. Así que, Uxue Barkos, lo tienes fácil. Tienes que expulsar  de tu coalición a Bildu, que no condena el terrorismo abertzale de ETA. Tienes que expulsar de tu coalición a IU, que no condena el terrorismo guerracivilista del PCE, sus checas, su Paracuellos y su Santiago Carrillo. Y tienes que expulsar de tu coalición al Podemos de Pablo Iglesias, que  además de Conferenciante para batasunos en una Herriko Taberna en 2013, y reiteradamente defensor público de etarras, es orgulloso hijo de un terrorista marxista del FRAP, Francisco Javier Iglesias (por cierto: si la amnistía no vale para 1936, ¿por qué si vale para él?), y nieto de Manuel Iglesias Ramírez, miliciano, chequista, condenado por participar en secuestros, torturas y muertes (y el franquismo lo soltó rápidamente, lo que quizá fue un error). Sin esas malas compañías Geroa y el PNV se colocarán en verdadera fraternidad, Uxue, ¿te atreves?

La mediodía del 13 de septiembre de 1974 se vio violentada por una bomba que mató a 12 personas en la cafetería Rolando, en la madrileña Calle del Correo. Entre sus víctimas: dos policías, un obrero, una actriz, un piloto, una abogada... Responsables, la V asamblea de ETA.

¿O no te atreves, Uxue? Pregúntales a Asirón y Baraibar qué hacer. ¿Vais a poner una placa a cada una de las víctimas de ETA en Navarra? ¿Vais a inaugurar cada una honrando a la España que ellos defendieron y por la que ellos murieron? Si no lo hacéis no os va a creer nadie. Y aunque lo hagáis, hasta que no eches a los “desmemoriados” de tu coalición, tampoco.

Caius

1 comentario:

  1. Realmente hay unas víctimas olvidadas de aquellos tiempos de guerra de preguerra y de postguerra: los ciudadanos que no eran parte de ninguna de las partes. A esos millones de ciudadanos que murieron o no murieron pero que padecieron hambre, terror, miseria, miedo.Ellos no participaron en la génesis de aquel horror, pero la tuvieron que soportar. Ellos no eran de izquierdas ni de derechas, si acaso confiaron ingenuamente en que esas ideologías servían para salvar al Estado no para desolar el Estado. Es a esas víctimas inocentes a las que hay que reivindicar y recordar. Esos otros que murieron víctimas de una confrontación que ellos mismos provocaron, y en la que participaron de una manera activa, deberían ser juzgados y condenados o indultados, según su grado de participación, su actitud y su responsabilidad, pero nunca homenajeados, porque en cualquier caso fueron parte de las dos partes que incendiaron el Estado, la paz y la convivencia en aquellos terribles años, más o menos entre, 1917-1939. Los que hoy nos quieren presentar como víctimas a los que fueron los promotores de todos los horrores se merecen una fuerte bofetada de 47 millones de españoles que deberíamos huir de ser manipulados nuevamente por unos malos propagadores de ideologías erróneas y caducas.

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